lunes, 17 de agosto de 2020

QUISIERA QUE ALGUIEN ME ESPERARA EN ALGÚN LUGAR (2019)


SECRETOS DE FAMILIA


PAÍS: Francia (2019)
TÍTULO ORIGINAL: Je voudrais que quelqu'un m'attende quelque part
DIRECCIÓN: Arnaud Viard
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 22 de Agosto de 1965, Lyon (Francia)
INTÉRPRETES: Jean-Paul Rouve, Alice Taglioni, Aurore Clément, Benjamin Lavernhe, Camille Rowe, Elsa Zylberstein, Sarah Adler, Christophe Paou, Elsa Damour Cazebonne, Flore Bonaventura, Yannick Choirat, Eriq Ebouaney, Gregoire Oestermann, Pierre Guénard, Manu Ralambo, Colin Russeil
GUIONISTAS: Emmanuel Courcol, Vincent Dietschy, Thomas Lilti, Arnaud Viard
BASADA EN: El libro de relatos cortos homónimo escrito por Anna Gavalda, y publicado en 2001
FOTOGRAFÍA: Emmanuel Soyer
MÚSICA: Clément Ducol
GÉNERO: Romántica
PRODUCCIÓN: Easy Tiger, France 2 Cinema, UGC Images, Les 1001 Marches, France Télévisions, La Région Île-de-France, Centre National du Cinéma et de l'Image Animée, Région Bourgogne-Franche-Comté, OCS
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Karma Films
DURACIÓN: 90 minutos



SINOPSIS:
En la bonita casa de verano familiar, Aurore celebra su 70 cumpleaños rodeada de sus cuatro hijos. Jean-Pierre es el mayor y ha asumido el rol de cabeza de familia desde la muerte de su padre; Juliette, de 40 años, está embarazada de su primer hijo y desea convertirse en escritora; Margaux, la artista de la familia, es una talentosa fotógrafa que aspira a llegar a lo más alto y Mathieu, el más joven, sueña con seducir a su compañera de trabajo Sarah. Un día, uno de ellos tomará una decisión que cambiará la vida de los demás para siempre.

 (Fuente de la sinopsis, el cartel y las imágenes: Karma Films)
 (Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Karma Films, IMDb, Wikipedia)


CRÍTICA:
Arnaud Viard nos presenta su tercer largometraje, con una historia basada en el exitoso libro escrito por Anna Gavalda. El cine francés es un especialista en mostrarnos el mundo de la familia y las relaciones que van surgiendo, entre los miembros de la misma, durante toda la vida. Las otras dos películas del director, actor y productor no se llegaron a estrenar en nuestro país.
La película empieza en una fiesta, concretamente en el setenta cumpleaños de la madre, que para celebrarlo reúne a sus cuatro hijos, la fiesta es en una gran casa al aire libre, es una zona de campo, donde la naturaleza y la luz del sol vienen muy bien para ir introduciendo en la historia a todos los personajes.


Por un lado tenemos a Jean Pierre, el hijo mayor, que desde hace mucho tiempo tuvo que adoptar el papel de padre, es una persona bastante insegura e inestable, está casado y tiene una hija, pero su verdadera frustración es no haber podido ser actor. Luego está Juliette, que con cuarenta años todavía no ha sentado cabeza, está embarazada y su sueño es ser escritora.
Además están los dos más pequeños: Margaux, que tiene como única meta en la vida ser fotógrafa, es la más rebelde de la familia, pero en el fondo tiene un gran corazón y, finalmente, tenemos a Mathieu, que con treinta años se siente muy solo, con muchos complejos y con miedo de conquistar a Sarah, una compañera de trabajo.


El director nos va contando durante todo el metraje, los secretos ocultos de todos los personajes, sus miedos y sobre todo el gran amor que sienten unos por otros. Este tema, el de las inseguridades y el saber si hemos tomado las decisiones correctas en nuestras vidas, se ha abordado mucho dentro del cine francés, hace poco hemos podido ver dos títulos que trataban ese tema, “Habitación 212” era uno de ellos.
La película no tiene grandes escenas, ni una gran historia, pero sí posee un reparto bastante sólido y una estructura narrativa bastante pausada, pero necesaria. Viard (que por cierto también se guarda un papel protagonista) deja que los actores hablen y cuenten cómo se sienten en cada momento. Quizás el guion se queda en tierra de nadie, pero aun así el espectador se identifica con lo que está viendo y finalmente se queda con la sensación de que ha visto una película que emociona y que tiene su interés.
Puntuación: 6/10



LO MEJOR: La facilidad del cine francés para contarnos historias que funcionan casi siempre bien.
LO PEOR: El guion y la unión de cada historia no cuadra muy bien en algunos tramos.

(Crítica escrita por Christopher Laso)

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Pedro de Frutos en Coveralia

Ricardo Pablo López en Destino Arrakis

Susana Peral en La Estrategia de Caracol




PODCASTS:




 


DÍAS DE CINE:

ENTREVISTA AL DIRECTOR:
¿Cuál fue el origen de la película?
Todo comenzó cuando compré el primer libro de Anna Gavalda. Fue en el verano de 1999. Me gustó tanto que le escribí una carta. De hecho, me respondió con una postal que aún tengo guardada. Pero nuestra correspondencia se detuvo ahí. Unos años más tarde la conocí y me contó que había visto mi primera película «Clara y yo» y le había encantado. Volví a leer algunos de sus libros y nació el deseo de hacer una película. Me puse en contacto con su editor y comencé a escribir el guión. Estábamos ya en el año 2010.


¿Y qué pasó entonces?
El proceso de escritura duró un año y cuando intentamos hablar de la película con el productor, rápidamente nos hizo saber que ya no estaba interesado en el proyecto, lo que me pareció bastante incomprensible ya que el libro había vendido más de 2 millones de ejemplares. Pero lo cierto es que la película no se hizo. Sin embargo, si quisiera agradecer al editor Dominique Gaultier y a Anna Gavalda, el haberme reservado todo este tiempo -o eso creo yo- los derechos cinematográficos. El tiempo pasó, hice otra película y tuve dos hijos… En 2017, repasé el guión, conocí a nuevos productores y un día, todo se desbloqueó cuando Jean-Paul Rouve dijo sí al proyecto. Después, UGC, mostró su entusiasmo por el guión y a partir de ahí tuve claro que por fin podría hacer esta película.


Muchas películas están inspiradas en libros. La tuya está basada en una colección de relatos muy diferentes unos de otros ¿Cómo lo has hecho?
Sí, es verdad. En una primera lectura, el único punto común en todos estos relatos es Anna Gavalda. Pero analizándolo más profundamente, me pareció que el tema común era el deseo. Después de haber releído todos los relatos en todos los sentidos y después de haber comprendido que había un número infinito de adaptaciones posibles, hice una elección que se impuso casi inconscientemente sobre las demás. Esta elección me hizo partir del relato titulado «Clic Clac» que cuenta la historia de dos hermanas y un hermano con dificultades para cortar el cordón con sus hermanas. Después, trabajando con Vincent Dietschy, añadí a estos tres hermanos uno más: el Jean-Pierre del relato titulado «El hecho del día». Cuando ya tenía a los hermanos, a continuación les di cuatro situaciones creadas con fragmentos de diálogos o de historias escogidas de los relatos. Por ejemplo, Juliette es al mismo tiempo la heroína del relato titulado «IIG» y del que se titula «Epilogo». Creé al personaje de la madre, que no existe en ninguno de los relatos originales de Gavalda, pero que era esencial para poder dirigir una familia, o al menos esta familia. Todo se volvía claro para mí, había encontrado un tema – la familia – y una arquitectura para unir los relatos de Gavalda.


Su película comienza con una escena bastante explícita…
La escena de apertura se concibió realmente como un prólogo. En ella se vislumbra la relación madre/hijo entre Aurore y Jean-Pierre. Para ella Jean-Pierre es como el niño que lo esperaba sentado en la cama cuando era pequeño, pero cuando le pone el collar, y lo mira con infinita ternura, es como el marido que ya no está a su lado. Quería mostrar este vínculo tan extremadamente fuerte que los une.


Hábleme de Jean-Pierre Rouve.
Me decidí por él por un plano en «Les Souvenirs», película en la que interpretaba a un director de hotel. No le conocí personalmente hasta justo antes del rodaje pero conocía su trabajo en el cine y el teatro. Lo que de verdad me cautivó de él fue su pudor, su amabilidad y su humildad. Es muy agradable hablar con él y es muy buen compañero. En el plató descubrí un actor de gran delicadeza, que entendía todo muy rápidamente.


Juliette y Jean-Pierre están en el centro de la película…
Sí, son los personajes principales de la película. Si Jean-Pierre es el actor central, Juliette es la protagonista. Son como dos astros que se cruzan: uno, atormentado, decayendo y el otro en ascenso hacia la luz. Resulta que en la película, se cruzan una última vez en una escena hermano/hermana muy tierna en el hospital, y esta escena está exactamente en la mitad de la película. Si la película empezaba con Jean-Pierre, me parecía natural terminarla con Juliette, la heroína de la película.


¿Por qué Alice Taglioni?
Para el papel de Juliette, que en cierto modo es el doble de ficción de Anna Gavalda, quería una actriz que resplandeciera por su belleza, una estrella en potencia. Entonces almorcé con Alice Taglioni, que había leído el guión y le había encantado, y me enamoré de ella. Mirándola, me fascinaba lo hermosa que era. Le ofrecí entonces una sesión de ensayo sobre un monólogo extraído de la película de Lars von Trier «Rompiendo las olas». Su actuación me conmovió y decidí apostar por ella.


¿Cómo elegiste a los dos hermanos pequeños?
Había visto a Camille Rowe en «Cosas de la Edad» de Guillaume Canet. Estaba estupenda y su papel estaba muy relacionado con la Margaux que había imaginado. Me pareció interesante tener dos hermanas. A cada una de ellas les había regalado, justo antes del rodaje, el libro de Catherine Deneuve sobre su hermana Françoise Dorléac. A Alice le dije que ella era Catherine, y a Camille que ella era Françoise. Para el personaje de Mathieu, fue el director de casting quien me convenció de hacer una prueba a Benjamin Lavernhe. Al principio buscaba a alguien más frágil que él pero en los ensayos, y sobre todo en una de las escenas de comedia, su inventiva y su sentido del humor me fascinaron al máximo.


¿Aún hay más mujeres alrededor de Jean-Pierre?
Sí, hay muchas mujeres en esta película. Otras no menos importantes son su madre y su primer amor. Aurore Clément, que interpreta a su madre, está increíble en este papel. Nos conocimos en el rodaje de Eleanor Coppola, y anteriormente la había visto en el teatro trabajando en «La gaviota». Como mi película tiene algunas resonancias con la obra de Chejov, Aurore era perfecta para el papel. Su elegancia, su clase y su delicadeza seducieron no solo al equipo, sino también a sus cuatro hijos. Si la familia funciona tan bien en la película creo que es porque Aurore tuvo algo que ver en ello. Por último, había que encontrar a alguien que interpretara a Helena. Quería una actriz de gran sensibilidad, con la dosis justa de narcisismo y humildad y con gran dedicación a su profesión. Elsa Zylberstein aunaba todo esto. Además, me encanta esta actriz desde que la descubrí en el «Van Gogh» de Pialat.


¿Has encontrado tu hueco entre los personajes del guion?
Para serte sincero creo que podría encontrarme fácilmente en Juliette, Mathieu o Jean-Pierre. Por otro lado, personalmente y por diversas razones, me ha costado mucho tiempo vivir mi vida, la que verdaderamente quería vivir. A los 14 años quería ser actor pero mis padres no me escucharon. Cuando tenía 26 les escribí una carta diciéndoles que dejaba mi trabajo como publicista. Finalmente podía vivir mi vida. Y de ahí viene el personaje de Jean-Pierre. Quería escenificar el drama de alguien que se despierta un día a los 50 años y se da cuenta de que ha perdido su vida. A veces los sueños están tan enterrados que no salen, pero de repente puede que vuelvan a aparecer, por ejemplo, con una llamada telefónica de tu primer amor, como le ocurre a Jean-Pierre. Él se da cuenta de que probablemente ya es demasiado tarde para vivir su deseo. El campo de posibilidades se ha estrechado y la distancia entre la vida que él tiene y la que soñaba se ha hecho demasiado grande. Este es el verdadero drama romántico de la película. Y como dice la canción de New Order sobre la que Mathieu expulsa su pena, «Dreams never end»: los sueños nunca terminan.


Háblanos sobre el montaje y la música…
Ahora sé lo que significa reescribir una película en el montaje. En un principio “QUISIERA QUE ALGUIEN ME ESPERARA EN ALGÚN LUGAR” había sido concebida con una duración de casi dos horas pero se quedó en una hora y media. Me di cuenta de que el ritmo era más importante que las explicaciones por lo que tuve que darle más fluidez a la película. Un día, un amigo montador me dijo: «Cuanto más quitas, más muestras» por eso durante el montaje me propuse darle protagonismo a la sensación y a la emoción. En cuanto a la música, tuve la suerte de conocer a Clément Ducol que es un gran arreglista, pero trabajando con él también descubrí el gran talento que tiene como compositor. Me gusta mucho su música. Es sencilla, contemporánea, melodiosa, al servicio de la emoción. Sólo un piano, un chelo, y voces.


En qué categoría situarías la película…
Yo diría que es una película que cuenta la historia de una familia aunque a modo de melodrama y con grandes dosis de melancolía.
(Fuente del texto de la entrevista: Pressbook-Karma Films)



TRAILER:


(CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO)

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