EL FICX PROSIGUE OFRECIENDO BUEN CINE
La segunda crónica del festival de Gijón 2015 realizada por Enrique Marqués, el enviado especial del blog a la localidad asturiana.
La competición sigue ofreciendo buen cine en el FICX. La magnífica Land of mine nos descubre un episodio semidesconocido tras la ocupación nazi de Dinamarca, y la más que interesante Je suis un soldat también cuenta con una trama poco habitual en el cine: el tráfico ilegal de perros. Aferim, apuesta rumana en los Oscar, destaca ante todo por su factura. En la sección dedicada a los espectadores más jóvenes, Enfants Terribles, destaca la canadiense Sleeping giant.
En 1945, tras la humillación sufrida por el pueblo danés por
la invasión nazi, nadie por aquellas tierras quería saber nada que tuviera que
ver con alemanes. En este contexto, un grupo de adolescentes germanos fueron
forzados a limpiar una playa danesa de las minas que ocultaron en ella sus padres
y hermanos mayores, useáse el Ejército Nazi. A la apuesta por contar -y muy
bien- un episodio de posguerra muy interesante y poco conocido, hay que añadir
a favor de la película danesa Land of mine sus estupendas realización y
producción, y un guión y labor actoral que consigue interesar en todo momento. Una
de las más firmes candidatas hasta el momento para entrar en el palmarés,
Jurado mediante…
El cine francés tiene siempre una importante (y merecida)
presencia en el certamén gijonés. Este año, la representante de la
cinematografía más potente de Europa es una opera prima, Je suis un soldat,
que ha destacado en el concurso con su retrato de una joven que se ve forzada,
dada su mala situación económica a aceptar el trabajo en la perrera que regenta
su tío, donde pronto descubrirá que no es sino la tapadera de actividades
ilegales en torno al tráfico de animales.
La naturalidad en los diálogos y situaciones, y la buena
labor del reparto, destacando la protagonista, Louise Bourgoin y Jean Hugues
Anglade, serios candidatos a los premios de interpretación, son las
características de esta bien contada e interesante obra, cuyo director,
presente en la ciudad, ha destacado antes con dos premiados cortometrajes.
La verborreica Aferim (sus protagonistas y el resto del reparto hablan incansablemente durante todo el metraje, uniéndose a su locuacidad el ruido y el caos del ambiente), narra una historia localizada en la primera mitad del siglo XIX en Rumanía. Un guardia y su hijo persiguen a un fugitivo gitano acusado por el boyardo de haber cometido adulterio con su esposa. Nada que discutir de su buen aspecto visual, con una buena labor de fotografía en blanco y negro y una planificación y montaje más que competentes. No se puede decir, sin embargo, que la cuestión narrativa esté a la altura, aunque se trata de una curiosidad que, en ocasiones, es hilarante por su socarrón tono cómico (ese discurso del cura sobre los tópicos nacionales europeos, etc) y, en cualquier caso, merece verse.
Enrique Marqués
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