miércoles, 22 de mayo de 2013

EL SABOR DE LAS CEREZAS (1997)



KIAROSTAMI SE HACE ADULTO Y NOS OFRECE UN DRAMA PSICÓLOGICO


PAÍSES: Irán-Francia (1997)
DIRECCIÓN: Abbas Kiarostami
INTÉRPRETES: Homayon Irshadi, Abdolrahman Bagueri, Safar Ali Moradi, Afshin Khorshid Bakhtiari
GÉNERO: Drama
DISTRIBUIDORA: Vértigo Films

SINOPSIS:
Badii es un hombre que está cansado de la vida, quiere suicidarse pero no puede porque vive en un país en el que está muy mal visto. El mayor problema es que nadie quiere mancharse las manos enterrando a alguien que se ha quitado la vida. Badii se pone en marcha para buscar a alguien que lo haga a cambio de una gran suma de dinero. El único que se ofrecerá a hacerlo será un taxidermista que necesita el dinero para curar a su hijo. 
 (Fuente de la sinopsis y el cartel: Sensacine)

CRÍTICA:
La mayor parte de la película transcurre en el interior de un vehículo, pero la situación creada es tan intensa que una película de acción. El argumento es sencillo y conocido desde el principio, pero lo que no conocemos es la relación de los diferentes personajes a la propuesta y sobre todo si se llevará a cabo.
Por allí pasan un soldado, un seminarista y el taxidermista. Este último cuenta una historia personal, que será la verdadera protagonista del resultado final de la película, que tiene que ver con el título de la película y que es una verdadera oda a la vida.








Es la película de Kiarostami que tiene más diálogos hasta el momento. Las imágenes como siempre en todo el cine del director iraní son muy variadas, aunque la película tiene lugar en el interior del vehículo las pocas veces que lo abandonan son para mostrarnos la luna llena en una noche tormentosa, la vista desde el parque del museo- el cual está colocado en una colina de Teherán. También se puede destacar el momento en que el protagonista se prepara a salir para su destino por la noche, le vemos en el salón de su casa y se crea un suspense que en parte me recuerda a algunas escenas de La ventana indiscreta. Pero la principal imagen que queda en la retina es cuando cae la noche y sin saber lo que va a pasar vemos ese recorrido por la carretera oscura, donde solo vemos la luz del vehículo. Esta escena ha sido imitada en el cine independiente moderno, como en la película " Erase una vez en Anatolia ".Las únicas cosas negativas son la ausencia total de música y ese final cerrado y forzado, que es totalmente decepcionante.

SPOILERS:
Pese a ser una suculenta oferta económica tanto el soldado como el seminarista la declinan, pese a haber llegado hasta el final y observar el agujero a donde tenían que acudir a las 6 de la mañana.
El verdadero motivo por el que no se suicida el protagonista es la historia que le cuenta Bagheri, ya que él también decidió suicidarse cuando estaba pasando problemas familiares. Cuando se disponía a hacerlo y colgarse con una cuerda a un árbol notó el tacto suave de las cerezas y eso unido al sabor que le produjo esa fruta le animó a no suicidarse. Fue a su casa y llevó a su mujer las cerezas y debido a eso se olvidó del suicidio. 

El otro gran momento visual de la película es la llegada de Badii al agujero por la noche, todo está oscuro, se tumba y solo le vemos cuando un rayo ilumina el lugar.
La pena es que cuando el sol se pone y antes de que llegue el taxidermista el protagonista coge el coche y se va, con lo que nos deja con un final cerrado, que en este caso no es adecuado con lo visto hasta ese momento.


PERSONAJES:        
- Badii, el protagonista de la película. Por su coche pasan muchas personas, pero no a todo el mundo le satisface su propuesta.

- Bagheri, el taxidermista que trabaja en el museo de historia natural de Teherán. Es una de las personas que entran en el coche de Badii, pero realmente es el único que se llevarla a cabo.


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