martes, 30 de abril de 2019

LETO ( 2018 )


A RITMO DE ROCK EN LENINGRADO


PAÍSES: Rusia-Francia ( 2018 )
DIRECCIÓN: Kirill Serebrennikov
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 7 de Septiembre de 1969, Rostov del Don ( Rusia )
INTÉRPRETES: Irina Starshenbaum, Teo Yoo, Roman Bilyk, Anton Adasinsky, Liya Akhedzhakova, Yuliya Aug, Filipp Avdeev, Aleksandr Bashirov
GUIONISTAS: Lily Idov, Mikhail Idov, Kirill Serebrennikov
FOTOGRAFÍA: Vladislav Opelyants
MÚSICA: Roman Bilyk
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Hype Film, KinoVista, Centre National de la Cinématographie, Charades
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Avalon Distribución
DURACIÓN: 120 minutos
PREMIOS: 9 Premios, incluyendo uno en los EFA 2018



SINOPSIS:
Leningrado, un verano a principios de los 80: la escena del rock de la ciudad está en pleno apogeo. Viktor Tsoï, un joven músico que creció escuchando a Led Zeppelin, T-Rex y David Bowie, está tratando de hacerse un nombre. El encuentro con su ídolo Mike y su esposa, la bella Natacha, cambiará su destino. Juntos construirán una leyenda que les llevará a la eternidad. 

 ( Fuente sinopsis y cartel: Avalon Distribución )
 ( Fuentes imágenes: Sensacine, Avalon Distribución, Festival de San Sebastián )
 ( Fuentes información de la película: Filmaffinity, Avalon Distribución, IMDb )


CRÍTICA:
Kirill Serebrennikov es el encargado de estar al frente de un proyecto que se presentó en el pasado festival de cine de Cannes, en su sección oficial, y obtuvo el premio a la mejor banda sonora.
Desde ese momento la película, que tuvo una buena acogida por la prensa asistente a la Croisette, se ha convertido en de culto, ya que siendo compleja y poco accesible para el público medio por su estética, el aspecto formal y su ritmo bastante pausado y porque las canciones, que en mi opinión son tan buenas, se salen del tópico del cine musical clásico. Su presentación en España fue en el festival de San Sebastián, ya que formó parte de la sección Perlas del Zinemaldia 2018, y en ese escenario es donde la pude ver por primera vez, y tengo que reconocer ( ya lo comenté en mis crónicas diarias de Donosti ) que me costó entrar en la historia, que gana con el paso de los minutos y que termina de manera espectacular. Gana en un segundo visionado, ya que he terminado de comprender ese primer tercio en donde se van presentando los personajes, y que parece que sea de manera caótica sin estar bien diseñados esos jóvenes músicos, cantantes, compositores que viven en la región de Leningrado a principios de la década de los 80. La propuesta también formó parte del la sección EFA del festival de cine europeo de Sevilla, y en los premios del cine europeo no se fue de vacío al lograr el galardón al mejor diseño de producción.



La película intenta mostrar las dificultades sociales de esos jóvenes que tienen problemas para sobrevivir en la Unión Soviética de la época, que quieren cumplir su sueño de ser un grupo musical importante en su país, y que se comportan muchas veces en contra de los establecido por ese régimen soviético, que restringía muchas cosas a la población. La historia funciona bastante bien por lo que cuenta y cómo lo cuenta, ya que se plantean relaciones sentimentales y personales entre los protagonistas, hay debates sobre el estilo musical en relación con los grupos de Rock underground y otras variaciones, y salen a la palestra nombres como The Who, Lou Reed, Talking Heads, Bod Bylan, David Bowie, Blondie, Iggy Pop, y otros tantos a los que idolatran esos jóvenes que forman parte de ese movimiento hippie que estuvo tan de actualidad 10 años a partir del festival de Woodstock.
La propuesta tiene muchas cosas positivas, ya que es bastante original a nivel artístico, ya que anima a los personajes cuando escuchamos las canciones, en unas coreografías muy pocas veces vistas ( recuerdo algo parecido en alguna película británica reciente ) que además va dividiendo la pantalla para que en las partes laterales podamos leer las letras de esos temas, en algunos casos ya conocidos, y en otros originales escritos en ruso.



Se recrea bastante bien la ciudad de San Petersburgo de la época y la región de Leningrado, y la fotografía en blanco y negro, sin ser espectacular, encaja muy bien en ese tono cercano al cine de autor en el que se mueve el proyecto, y que únicamente desaparece para dar cromatismo a las imágenes cuando anima esas escenas musicales y en una situación en los minutos finales en donde uno de los personajes atraviesa la pantalla para sumergirse en el mar Báltico captando muy bien el azul, tanto del cielo como del agua. Está inspirada en hechos reales, y algunas escenas, personajes y diálogos son ficticios ( como aparece en un texto al final de la película ), ya que uno de los protagonistas es Viktor Tsoy, el cantante del grupo Kinó.
A nivel interpretativo, sin ser unas actuaciones destacadas, cumplen el elenco de jóvenes actores y actrices.
La música es un elemento fundamental en este proyecto que, sin ser un musical, sino un drama de personajes, y se escuchan las canciones de manera constante, pero también hay música clásica de la banda sonora que escuchamos en algunos momentos en donde los personajes están en su vida privada o disfrutando de su tiempo libre alejados de sus proyectos musicales. Pero entiendo que no gustará a todo el mundo, pero recomiendo que los que disfrutan con la música Rock den una oportunidad a este proyecto interesante, con gran parte de producción francesa, que tiene entre sus cosas negativas su excesiva duración.



LO MEJOR: La dirección y la música.
LO PEOR: Su excesivo metraje.


CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario

Guillermo Navarro en 7 días, 7 notas

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Pedro de Frutos en Coveralia

Alain Garrido en Cinema Ad Hoz


Sonia Barroso en Faces on the Box

Miguel Martín en Nos hacemos un cine en Orión




PODCASTS:









DÍAS DE CINE:

NOTAS DEL DIRECTOR:
Kirill Serebrennikov escribió su declaración de intenciones en 2017, antes de rodar la película. Las estipulaciones de su arresto domiciliario no le permiten hacer más declaraciones. Leto (“verano” en ruso), es una historia de rock’n’roll ambientada en 1980 en la ciudad soviética de Leningrado. Un triángulo amoroso formado por tres individuos muy diferentes bajo el telón de fondo de la extraña, a veces exótica, Unión Soviética. Todo esto en un ambiente muy hostil con el rock’n’roll y la cultura occidental, pero que terminó siendo el nido de una nueva ola de rock ruso. Nuestra historia trata de la fe necesaria para sobreponerse al contexto social y de la actitud despreocupada de los héroes frente a la opresión heredada. Es, por encima de todo, la historia de un simple e inalterado amor, como una oda a estos futuros iconos del rock, a su forma de vida. Es la historia del último verano antes de la Peretroiska, antes de la transformación total hacia la Rusia contemporánea. Esto es lo que me atrajo en un primer momento de la historia. Su inocencia y su pureza. 
Mi generación tiene unos recuerdos muy fuertes de la energía de la Peretroiska, ese periodo de tiempo inmediatamente después de la época de nuestra película. En realidad, no sabemos nada de la generación anterior a la nuestra, de su don natural de rebelión, su fuego interno. La Peretroiska borró completamente esta generación, los convirtió en barrenderos o conserjes y pronto no quedó nada de ellos. Pero en ese relato estamos en los incipientes años ochenta. 


En un glorioso blanco y negro, la única manera de contar la historia de esta generación, ya que la noción del color apareció más tarde en la conciencia colectiva rusa. Es una época brutal y alternativa donde todo el mundo está muy vivo: Mike Naumenko y Viktor Tsoï (al que la prensa soviética, después de su trágica muerte en 1990, apodó el “último héroe del rock”). 
Todo lo que sabemos de ellos ocurrió después del contexto de nuestra película, es el futuro de nuestros personajes. En la película, están todavía intactos, inocentes. Hemos tomado prestada una máquina del tiempo y solo hace una breve parada. En ese pequeño periodo de tiempo, nuestros héroes hacen lo que más les gusta hacer: crear música. 
Tuve que ignorar el tercer acto en la vida de nuestros personajes, la manera en la que todo termina. Mi objetivo es hacer una película sobre gente que es feliz, que están disfrutando una total libertad artística a pesar de la opresión del gobierno. 
Estaban haciendo música y no podían imaginarse otra forma de crear. Cualquier otra cosa hubiera ido en contra de su naturaleza. Me puedo identificar fácilmente con ellos, entender sus motivaciones, los obstáculos en su camino. Aquí, en el Gogol-Center, del cual soy director, estamos familiarizados con sus métodos. A pesar de estos tiempos tan politizados, estamos creando un teatro que es moderno, antiestablishment, que puede ser visto como un movimiento. Y lo más importante, este movimiento está vivo. Estamos insuflando vida a una cultura que es inaceptable para los poderes, para las directrices culturales de nuestro gobierno, exactamente de la misma manera cuando Leningrado en 1983 no era ni el tiempo ni el lugar para la cultura rock en la Unión Soviética. Haré esta película para una generación que ve la libertad como una decisión personal, y como la única posible. Mi objetivo es capturar y destacar el verdadero valor de esta libertad.
 ( Fuente del texto: Pressbook-Avalon Distribución )


TRAILER:

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