sábado, 9 de junio de 2018

ALGO CELOSA (2017)


LOS CAMBIOS EN EL ESTADO DE ÁNIMO DE NATHALIE


PAÍS: Francia (2017)
TÍTULO ORIGINAL: Jalouse
DIRECCIÓN: David Foenkinos, Stéphane Foenkinos
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DE LOS DIRECTORES: David: 28 de Octubre de 1974, París (Francia); Stéphane: 1969, París (Francia)
INTÉRPRETES: Karin Viard, Marie-Julie Baup, Thibault de Montalembert, Anaïs Demoustier,Anne Dorval, Corentin Fila, Stéphane Foenkinos, Éric Frey, Bruno Todeschini,Dara Tombroff
GUIONISTAS: David Foenkinos, Stéphane Foenkinos
FOTOGRAFÍA: Guillaume Deffontaines
MÚSICA: Paul-Marie Barbier, Julien Grunberg
GÉNERO: Comedia
PRODUCCIÓN: Mandarin Films, StudioCanal, France 2 Cinéma, Canal+, Ciné+, France Télévisions
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: A Contracorriente Films
DURACIÓN: 102 minutos



SINOPSIS:
Nathalie es una profesora divorciada que, de repente, comienza a sentir unos celos enfermizos hacia las personas de su entorno. Esto supone un cambio drástico en su personalidad. Su hija Mathilde, una bailarina de ballet de 18 años, es la primera víctima de los celos de Nathalie. Y muy pronto este sentimiento se extiende, con consecuencia nefastas, contra sus vecinos, colegas y amigos.
(Fuente de la sinopsis y el cartel: Image.net-A Contracorriente Films)
(Fuentes de las imágenes: Image.net-A Contracorriente Films, Cinéfilos Frustrados)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, IMDb, Wikipedia)



CRÍTICA:
Los hermanos Foenkinos, guionistas y escritores, nos presentan su segundo largometraje, 6 años después de su notable ópera prima "La delicadeza (2011)", protagonizada por Audrey Tautou, en una comedia romántica protagonizada por Karin Viard, que logró su undécima nominación a los premios César en categorías interpretativos por su papel de Nathalie, una mujer con un carácter difícil y algo celosa como indica el título de la película. La intérprete francesa perdió el premio que se llevó Jeanne Balibar, la protagonista de "Barbara (2017)" de Mathieu Amalric, y tiene en su palmarés dos César, uno como actriz principal y otro en como intérprete femenina de reparto. Nos encontramos ante una de las mejores actrices europeas, que lleva demostrando su talento en más de 20 años de carrera, y que lo hace bien en diferentes géneros, aunque su registro interpretativo se adapta más a papeles cómicos. 
Los directores son los responsables del guión, que presenta a muchos personajes, y que tiene como eje central a esta mujer, y el resto son secundarios, en algunos casos de lujo que se mueven alrededor de la posesiva Nathalie. 


Esperaba muy poco de la película, teniendo en cuenta la calidad de las propuestas francesas que nos llegan a los cines españoles en los últimos años, aunque ya he abordado el tema varias veces, y reconozco que, salvo alguna excepción de películas dirigidas a los amantes del cine de autor, el cine francés actual es sencillo, con historias convencionales, con la que disfruta el público medio y que las distribuidoras se pelean por tenerlas en su catálogo. Pero en general no me parecen buenas películas reconociendo sus virtudes, sobre todo la capacidad interpretativa de los actores y actrices franceses. 
En esta ocasión he salido más contento de lo habitual, sobre todo porque funciona bastante bien como comedia e historia romántica, y no tanto en los momentos más dramáticos, en parte gracias al texto de los hermanos Foenkinos y a la solvencia interpretativa de la protagonista. 
La película es Karin Viard, pero hay otra interpretación destacada, la de Dara Tombroff, una joven actriz que debuta en el mundo del séptimo arte, y cuyo personaje de Mathilde, la hija de Nathalie nos regala las mejores escenas en sus apariciones junto a la protagonista, y ese asunto de la conflictiva relación madre-hija es lo que está mejor tratada en esta película, ya que otros temas como los relativos a la vida laboral de esa mujer tan inestable no me interesa tanto, y creo que no está bien tratado. 


Tampoco está bien introducido el personaje de Sophie, interpretada por una desaprovechada Anne Dorval, la excelente intérprete canadiense habitual en las películas de su compatriota Xavier Dolan. El otro rostro conocido es el de Anaïs Demoustier, que es Mélanie, la nueva maestra que aparece en el instituto en donde trabaja Nathalie, y que termina chocando con ella por considerarla una competidora por ser El Centro de atención de ese lugar de trabajo. Las envidias y los celos de la protagonista provocarán unas reacciones que, estando en algunos casos mal si no analizamos desde el punto de vista de la ética o moral, harán reír a los espectadores. 
Una película bastante convencional, pero que no aburre y logra su objetivo de mantener el interés durante sus casi dos horas de metraje. Recomendable al público medio y a los aficionados al género.


LO MEJOR: La actuación de Karin Viard. Las escenas con las conversaciones de la madre e hija.
LO PEOR: Los personajes secundarios están desaprovechados, exceptuando el de Mathilde. 

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Santi Abad en Habladecine

Xavier Vidal en Cinoscar & Rarities

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Laura Zurita en Cine de Patio




PODCASTS:








DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA CON LOS DIRECTORES Y GUIONISTAS:
¿De dónde provino la idea de la película?
Tras La delicadeza, queríamos realizar otro retrato de mujer basado en el encuentro con una actriz, un personaje al que seguiríamos desde el momento en que se ve asaltada por muchas dudas. Una “mujer al borde de un ataque de nervios” era con mucho nuestro punto de partida. Ella no ve sino felicidad y éxito en torno a ella. La felicidad de los demás “restregada en mi rostro”, como le dice a su médico. Para empezar, nos concentramos sobre todo en la relación entre madre e hija. Es duro contemplar la belleza y la gracia emerger, llena de un futuro prometedor, justo cuando tu vida parece declinar. Gradualmente, decidimos extender el tema a todos en la vida de Nathalie. Su malestar se hace universal.


¿Qué les atrajo hacia este tema?
A fin de cuentas, envidiar a los otros es tabú, no poder soportarlos porque sus vidas parecen mejores, más completas. Y todavía está más prohibido si ello implica a tus propios hijos. Nos sentimos tremendamente atraídos hacia ese escandaloso aspecto. Y más allá de la vertiente social o psicológica, también vimos el potencial cómico de la cuestión. Reír mientras uno se tapa la vista y se dice: “¡No puedo creérmelo! ¡No será capaz de hacerlo!” También eso resulta muy gratificante para un guionista y director.


¿Cómo estructuraron la narrativa?
Imaginamos la película en tres partes. La primera era la emergencia de la crisis, con una sucesión de actos cada vez más terribles y unas reacciones crecientemente impredecibles. A continuación, el drama central: un acto definitivo y violento que se sale de madre. Luego, en la tercera fase, seguimos a Nathalie mientras trata de reparar el mal hecho; se trata de cualquier cosa menos de una redención, sino más bien de una aceptación.


¿Cómo creó el personaje de Nathalie, esta madre celosa?
Nathalie da muestra de una increíble inventiva cuando se trata de rechazar a los otros. La primera escena con los vecinos es un ejemplo. Creemos que encarna la mezquindad con una sonrisa. Pero actúa así sin premeditación. Se dice a sí misma: “Actuó impulsivamente, y después lo lamento.” Uno de sus principales motivos está en su auténtico sufrimiento, que hace de ella toda otra persona, tanto en su mezquindad como su anhelo por ser perdonada.


¿Cuál fue su modo de trabajar juntos durante el proceso de preparación?
Hablábamos mucho. Nos preguntábamos acerca de la psicología de los distintos personajes, incluso de aquéllos que aparecen fugazmente. Reflexionábamos acerca de su modo de actuar o de reaccionar. Lleva tiempo desarrollar a los personajes.


¿Cómo describiría el tono de la película? ¿Es una comedia? ¿Un drama?
Digamos que habla de la crisis de una mujer, con situaciones por entero hilarantes, y otras graves o desesperadas. Queríamos que el tono cambiara continuamente de la comedia al retrato íntimo. La clave está en la autenticidad psicológica, incluso en los momentos más perturbadores. El tono se halla en algún lugar entre ¿Qué hacemos con la abuela? y Una mujer bajo la influencia. Es todo un amplio abanico.


¿Cuándo pensó en Karin Viard para el papel de Nathalie?
Se escribió la película pensando en Karin. Obviamente, temíamos que ella declinara, dada la personalidad extrema del personaje. El hecho de que aceptara inmediatamente entusiasmada con el papel fue muy alentador. Desde el mismo comienzo, nos dijo que no nos reprimiéramos.


¿Y cómo dieron con la sorprendente Dara Tombroff, que encarna a Mathilde?
El verdadero reto, una vez Karin a bordo, estaba en encontrar la rara perla que encarnara a la hija: una bailarina clásica de muy alto nivel que tenía que ser no sólo bella sino que también pudiera interpretar comedia. Hubo un largo periodo de audiciones por toda Francia y en el extranjero. Vimos cerca de 300 chicas. Dara es una bailarina de la Ópera de Burdeos, y fue a por el papel sin realmente esperar que se la escogiera. Tan pronto como la vimos, estuvo claro. Lo que resulta sorprendente en lo que concierne a esta historia es que ella decidió abandonar la danza; subconscientemente estaba buscando reinventarse. Decida lo que decida, todo una nueva carrera se abre ante ella.


La mejor amiga, interpretada por Anne Dorval, ofrece un interesante contrapunto para el personaje de Karin Viard. ¿Qué pensó de las actrices cuando las vio actuar juntas?
No es necesariamente un contrapunto. Más bien resulta una víctima colateral del comportamiento de Nathalie. Queríamos evitar a toda costa el síndrome “amiga encantadora”, que a menudo se usa para mostrar a la heroína de manera positiva. Por el contrario, buscábamos posicionarla frente a una amiga que pasa por un mal momento. Y peor aún, una amiga que se está tornando maliciosa. Es un tema complejo. ¿Sales corriendo? ¿Te quedas y tratas de ayudar? El personaje de Sofía se pregunta todo esto, y decide ayudar a Nathalie, pese a todos los ataques de que es objeto. Permanecer fiel a su amiga pase lo que pase, incluso en los peores momentos; quizá ésa sea la definición real de amistad. A este respecto, deviene la roca a la que el espectador puede asirse para identificarse con la historia. Admiramos mucho a Anne Dorval, era maravilloso que aceptara el papel. Inyectó al personaje una intensidad increíble.


¿Qué hay de los otros papeles?
Thibault de Montalembert apareció en nuestro primer corto. Y Bruno Todeschini dio vida a un tipo maltratado en La delicadeza. Así que ambos tienen lazos con nuestros filmes previos. Su fe renovada en nosotros y su generosidad de espíritu reconfortó nuestros corazones, y fue un placer trabajar con ellos de nuevo. Anaïs Demoustier fue un sueño como Mélanie. Era necesaria una gran actriz que dejara trazo frente a Karin en sólo unas pocas escenas. Esa escasez nos frustró tanto que ¡estamos planeando realizar un spin-off basado en Mélanie Pick!! De verdad que nos encantó Corentin Fila en la cinta de Téchiné, Cuando tienes 17 años, y no decepcionó. Es un actor sutil y preciso, uno de los más prometedores de su generación. Y el papel de Isabelle se escribió para Marie-Julie Baup, que ya nos gustó en los escenarios, y que estaba maravillosa como la madrastra que actúa estúpidamente.


¿Cómo se desenvuelven ustedes en el plató? ¿Qué se aportan el uno al otro?
Lo más importante cuando hay dos directores es que compartan la misma visión. Trabajamos mucho eso antes del rodaje, particularmente con el director de fotografía, Guillaume Deffontaines, cuyo trabajo admirábamos en la película de los hermanos Larrieu, y más recientemente en La alta sociedad. En el plató, echamos mano de este trabajo preparatorio y alcanzamos a tener el mismo enfoque. Miramos cada toma, y estudiamos cómo poder perfeccionar las cosas o mejorarlas para conseguir lo que queremos. Somos afortunados de ser complementarios, ya que no vemos las mismas cosas.


¿Qué aprendieron en su primera experiencia cinematográfica, y en qué modo ello influyó en este rodaje?
Un primer largo deviene muy difícil, con todo y haber hecho un corto y estar bien preparados. Hemos disfrutado más en la realización de este segundo film. En primer lugar porque no lo hemos hecho precipitadamente. Los seis años entre La delicadeza y Jealous nos han permitido crecer en nuestras respectivas carreras antes de, fortalecidos, juntarnos de nuevo. Asimismo, encontramos algunos socios preferentes como Éric y Nicolas Altmayer, nuestros productores (también hermanos). De tal modo que llegábamos al plató con enormes ganas de rodar juntos de nuevo. La experiencia en nuestra primera película fue decisiva en lo tocante a entender el ritmo de les escenas y pensar la película como una totalidad. Y acaso en tomarse el tiempo para buscar lo que realmente necesitábamos y así evitar todo reproche. Jealous está muy cerca de la cinta que teníamos en mente.


De todas las cosas que se propusieron lograr, ¿Cuál era la que más querían?
Queríamos que la heroína fuera agradable pese a todo. A este respecto, no podemos agradecerle lo suficiente a Karin cuanto ha invertido. Es una de esas pocas actrices con un alcance inmenso, que le permite ir de una emoción a otra en la misma escena sin resultar forzado. Por encima de todo, posee una cualidad única: puede permitirse decir y hacer toda clase de cosas horribles y aun así el espectador la perdonará siempre.
 (Fuente del texto de la entrevista: Image.net-Dossier de prensa-A Contracorriente Films)


TRAILER:



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