UN PARTIDO PARA LA HISTORIA
TÍTULO ORIGINAL: Borg McEnroe
DIRECCIÓN: Janus Metz Pedersen
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 27 de Septiembre de 1974, Dinamarca
INTÉRPRETES: Sverrir Gudnason, Shia LaBeouf, Stellan Skarsgard, Tuva Novotny, Marcus Mossberg, Leo Borg, Robert Emms, Ian Blackman, James Sobol Kelly, Jackson Gann
GUIONISTA: Ronnie Sandahl
FOTOGRAFÍA: Niels Thastum
MÚSICA: Vladislav Delay, Jonas Struck
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: SF Studios Production AB, Danish Film Institute, Film I Väst, Nordisk Film, Finnish Film Foundation
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: A Contracorriente Films
DURACIÓN: 103 minutos
PREMIOS: 6 Premios, incluyendo 2 Guldbagge 2018
SINOPSIS:
Wimbledon 1980, el sueco imperturbable Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el temperamental norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf) se enfrentan en una final legendaria que marca la historia del tenis. Dos iconos de este deporte completamente opuestos que se convirtieron en leyenda. Fuego y hielo en la pista. La película que recrea una de las mayores rivalidades deportivas de todos los tiempos.
(Fuente de la sinopsis: A Contracorriente Films)
(Fuentes del cartel y las imágenes: Image.net-A Contracorriente Films)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, IMDb, Wikipedia)
CRÍTICA:
El director Janus Metz nos cuenta el mítico partido que disputaron estas dos leyendas del tenis en la final de 1980 en Wimbledon. Han pasado casi 40 años, y los aficionados al tenis aún recuerdan ese gran partido.
La película lejos de ser un simple partido de tenis, es un gran drama deportivo con toques de thriller psicológico, porque la metáfora de la película no es el duelo, la raqueta es simplemente una gran excusa para hablar y conocer la personalidad de cada uno de los jugadores.
El sueco era el número uno del mundo en ese momento, lugar que venía ocupando en los últimos tiempos el americano, la final sobre todo dirimiría el lugar de honor que debía ocupar cada uno. Uno tenía un carácter bastante hierático y el otro era un motor de combustión, incapaz de dominar su fuerte carácter. Pero a medida que va pasando la historia vamos descubriendo sus vidas desde pequeños y no damos cuenta que no todo es lo que parece.
LO MEJOR: Shia LaBeouf.
LO PEOR: Me gustaría que hubiera indagado más en los protagonistas.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario
Santi Abad en Habladecine
Xavier Vidal en Cinoscar & Rarities
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Roberto Resino en Argoderse
Javier Gutiérrez en Cine de Patio
PODCASTS:
DÍAS DE CINE:
COMENTARIOS DEL DIRECTOR:
Para mí Borg/McEnroees la versión tenística de Toro salvaje. En realidad se trata de dos jóvenes que luchan para ser el mejor para de demostrarse algo a si mismos, con la finalidad de tener importancia, porque quieren ser algo o alguien. Atrapados en una rivalidad del uno contra el otro –una de las mayores rivalidades en la historia del deporte– en definitiva están jugando contra si mismos y contra sus propios demonios.
Björn y John tenían ambos una capacidad especial para llegar hasta el límite y superarlo. Creo que esto caracteriza a los campeones más grandes, a las personas que logran conseguir sus objetivos. Y aunque el mundo los viera como contraposiciones perfectas, tenían esta cosa particular en común; de hecho, ambos reconocieron esto el uno en el otro. Los dos jugaron al tenis como si sus vidas dependieran de ello y a medida que la historia se desarrolla vemos cómo estas dos personas solitarias en última instancia encuentran entendimiento y amistad el uno en el otro.
Explorando la confusión interior tanto de Björn como de John, la película despliega una tipo de fotografía visceral, con mucha cámara de mano y steady-cam, cosa que acentúa la sensación de inmediatez y de realismo. Y luego, esto se yuxtapone con elementos icónicos -que confieren estabilidad- y con la creación de una atmosférico rica y, a veces, incluso de imágenes simbólicas, que conducen al tema y a su importancia histórica. La película es sobre un choque de titanes y esto impone una escala. Colocamos el punto de vista del espectador en los zapatos de Björn y de John, pero también conseguimos salir de este espacio saturado y a veces claustrofóbico, mediante imágenes a gran escala que acentúan la magnificencia del partido y la dimensión existencial de la historia.
Como biopic inspirado en los acontecimientos reales de las vidas de Björn y de John y, en particular, su legendaria final de Wimbledon de 1980, Borg/McEnroeevoca de nuevo una era en los deportes en la que los jugadores de tenis eran «estrellas de rock» y donde John y Björn destacaron probablemente como los dos máximos iconos. Aunque yo mismo solo era un niño en 1980, recuerdo claramente esta época del tenis. En mi familia esperábamos todos la final de Wimbledon de 1980, como si fuese el sermón de la misa del gallo en la Catedral de San Pablo. Probablemente solo vi a un tipo con un peinado gracioso que lanzaba gemidos a un lado de la red y a otro tipo que daba rienda suelta a su carácter furioso en el otro, pero era un tiempo en que todavía todo quedaba revestido por un aire sagrado que recuerdo hasta este día. Ahora veo que el núcleo de la cuestión era el modo en que estos dos jugadores se estaban enfrentando el uno con el otro.
En mi familia esperábamos todos la final de Wimbledon de 1980, como si fuese el sermón de la misa del gallo en la Catedral de San Pablo.
Esta final no era únicamente dos hombres que jugaban a tenis. La final eran dos continentes que se enfrentaban. Dos actitudes completamente enfrentadas y dos caracteres que se tienen que medir en un duelo. Dos modos completamente diferentes de ser humanos. Borg/McEnroecapta esto de una manera maravillosa.
CRÍTICA:
El director Janus Metz nos cuenta el mítico partido que disputaron estas dos leyendas del tenis en la final de 1980 en Wimbledon. Han pasado casi 40 años, y los aficionados al tenis aún recuerdan ese gran partido.
La película lejos de ser un simple partido de tenis, es un gran drama deportivo con toques de thriller psicológico, porque la metáfora de la película no es el duelo, la raqueta es simplemente una gran excusa para hablar y conocer la personalidad de cada uno de los jugadores.
El sueco era el número uno del mundo en ese momento, lugar que venía ocupando en los últimos tiempos el americano, la final sobre todo dirimiría el lugar de honor que debía ocupar cada uno. Uno tenía un carácter bastante hierático y el otro era un motor de combustión, incapaz de dominar su fuerte carácter. Pero a medida que va pasando la historia vamos descubriendo sus vidas desde pequeños y no damos cuenta que no todo es lo que parece.
Sobre todo destaca la gran rivalidad que tenían entre ellos, ofrecían momentos únicos, incluso para gente que no tenía ningún interés en el tenis. La película indaga sobre todo en la relación que tenían y en cómo cada uno de ellos buscaba un sentido a su vida.
Los dos actores que interpretan a los jugadores están sensacionales, el parecido es increíble y parece que estamos viendo a los verdaderos protagonistas. La tensión narrativa es continua y consigue que el espectador se meta de principio a fin en la historia.
Yo no puede ver el partido en director, pero he disfrutado como el que más viendo esta cinta que es muy recomendable para todo tipo de público.
Como anécdota que sirve como punto de partida para la película, John McEnroe lanzó una pregunta a la prensa ¿Nadie quiere hablar de tenis?
Puntuación: 7.5/10
LO MEJOR: Shia LaBeouf.
LO PEOR: Me gustaría que hubiera indagado más en los protagonistas.
(Crítica escrita por Christopher Laso)
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario
Santi Abad en Habladecine
Xavier Vidal en Cinoscar & Rarities
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Roberto Resino en Argoderse
Javier Gutiérrez en Cine de Patio
PODCASTS:
DÍAS DE CINE:
COMENTARIOS DEL DIRECTOR:
Para mí Borg/McEnroees la versión tenística de Toro salvaje. En realidad se trata de dos jóvenes que luchan para ser el mejor para de demostrarse algo a si mismos, con la finalidad de tener importancia, porque quieren ser algo o alguien. Atrapados en una rivalidad del uno contra el otro –una de las mayores rivalidades en la historia del deporte– en definitiva están jugando contra si mismos y contra sus propios demonios.
Björn y John tenían ambos una capacidad especial para llegar hasta el límite y superarlo. Creo que esto caracteriza a los campeones más grandes, a las personas que logran conseguir sus objetivos. Y aunque el mundo los viera como contraposiciones perfectas, tenían esta cosa particular en común; de hecho, ambos reconocieron esto el uno en el otro. Los dos jugaron al tenis como si sus vidas dependieran de ello y a medida que la historia se desarrolla vemos cómo estas dos personas solitarias en última instancia encuentran entendimiento y amistad el uno en el otro.
Explorando la confusión interior tanto de Björn como de John, la película despliega una tipo de fotografía visceral, con mucha cámara de mano y steady-cam, cosa que acentúa la sensación de inmediatez y de realismo. Y luego, esto se yuxtapone con elementos icónicos -que confieren estabilidad- y con la creación de una atmosférico rica y, a veces, incluso de imágenes simbólicas, que conducen al tema y a su importancia histórica. La película es sobre un choque de titanes y esto impone una escala. Colocamos el punto de vista del espectador en los zapatos de Björn y de John, pero también conseguimos salir de este espacio saturado y a veces claustrofóbico, mediante imágenes a gran escala que acentúan la magnificencia del partido y la dimensión existencial de la historia.
Como biopic inspirado en los acontecimientos reales de las vidas de Björn y de John y, en particular, su legendaria final de Wimbledon de 1980, Borg/McEnroeevoca de nuevo una era en los deportes en la que los jugadores de tenis eran «estrellas de rock» y donde John y Björn destacaron probablemente como los dos máximos iconos. Aunque yo mismo solo era un niño en 1980, recuerdo claramente esta época del tenis. En mi familia esperábamos todos la final de Wimbledon de 1980, como si fuese el sermón de la misa del gallo en la Catedral de San Pablo. Probablemente solo vi a un tipo con un peinado gracioso que lanzaba gemidos a un lado de la red y a otro tipo que daba rienda suelta a su carácter furioso en el otro, pero era un tiempo en que todavía todo quedaba revestido por un aire sagrado que recuerdo hasta este día. Ahora veo que el núcleo de la cuestión era el modo en que estos dos jugadores se estaban enfrentando el uno con el otro.
En mi familia esperábamos todos la final de Wimbledon de 1980, como si fuese el sermón de la misa del gallo en la Catedral de San Pablo.
Esta final no era únicamente dos hombres que jugaban a tenis. La final eran dos continentes que se enfrentaban. Dos actitudes completamente enfrentadas y dos caracteres que se tienen que medir en un duelo. Dos modos completamente diferentes de ser humanos. Borg/McEnroecapta esto de una manera maravillosa.
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