domingo, 14 de enero de 2018

UNA BOLSA DE CANICAS (2017)


EL VIAJE DE DOS NIÑOS ESCAPANDO DEL NAZISMO


PAÍSES: Francia- Canadá-República Checa (2017)
TÍTULO ORIGINAL: Un sac de billes
DIRECCION: Christian Duguay
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 30 de Marzo de 1956, Outremont (Canadá)
INTÉRPRETES: Dorian Le Clech, Batyste Fleurial, Patrick Bruel, Elsa Zylberstein, Christian Clavier, César Domboy, Ilian Bergala, Kev Adams, Lucas Prisor, Bernard Campan
GUIONISTAS: Jonathan Allouche, Christian Duguay, Alexandra Geismar, Benoît Guichard
BASADA EN: La novela "Un saco de canicas" escrita por el francés Joseph Joffo, y publicada en 1973
FOTOGRAFÍA: Christophe Graillot
MÚSICA: Armand Amar
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Quad Productions, Main Journey, Forecast Pictures, Gaumont, Okko Productions
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: A Contracorriente Films
DURACIÓN: 110 minutos
PREMIOS: 1 Premio en el festival de Filadelfia de 2017


SINOPSIS:
Basada en una historia real. Durante la ocupación nazi en Francia, Maurice y Joseph Joffo son dos hermanos judíos que deben separarse de su familia para evitar su deportación a campos de concentración. Haciendo muestra de gran astucia, coraje e ingenio, intentarán sortear a los soldados alemanes para llegar a la zona libre del sur de Francia y reunirse con los suyos.
(Fuente de la sinopsis, cartel e imágenes: Image.net-A Contracorriente Films)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, IMDb, Wikipedia, A Contracorriente Films, Sensacine)



CRÍTICA:
La nueva película del director canadiense Christian Duguay es una historia que se desarrolla en la segunda guerra mundial, y que está basada en la novela homónima autobiográfica escrita en 1973 por Joseph Joffo (el niño más pequeño de la película que está interpretado por Dorian Le Clech), y que se decidió a escribir 30 años después del sufrimiento familiar que tuvieron que vivir sus padres, sus tres hermanos y él, para sobrevivir tras la ocupación nazi de París, en donde vivían de manera tranquila gracias al trabajo de su padre como peluquero. El director se puso en contacto con Joseph para explicarle el proyecto y pedirle permiso para la adaptación de su novela, y el protagonista del relato, que en el momento de rodar la película tenía 86 años, dio el visto bueno y estuvo presente en muchos momentos del rodaje. La historia retrata muy bien la época, y cuenta una historia dramática de manera natural y creíble, sin buscar la lágrima fácil, pese a que tiene algunas escenas de gran dureza. La película está contada desde el punto de vista de los niños, Joseph y su hermano Maurice, que van juntos a la escuela en París, y que por petición de sus padres tienen que iniciar la marcha hacia Niza, en donde tienen previsto encontrarse con sus padres y hermanos si todo va bien y consiguen esquivar las tropas nazis. Ambos tienen un espíritu aventurero gracias al cual logran sobrevivir, pese a que tienen que modificar su itinerario inicial por circunstancias en el recorrido.


La propuesta tiene un gran trabajo de semanas buscando escenarios en donde rodar las escenas para recrear lo mejor posible la época, y uno de los responsables de que el proyecto funcione bastante bien en ese aspecto siendo creíble es Franck Schwartz, el responsable del diseño de producción, cuya labor luce en las escenas iniciales en París, durante el recorrido de los dos jóvenes protagonistas y en lo que tiene lugar en Niza, en especial la espectacular recreación del Paseo de los ingleses. La historia pasa por diferentes etapas, unas más alegres, otras más tristes y otras en donde sale a la luz el espíritu aventurero de esos dos niños luchando por la supervivencia. Dorian Le Clech es el encargado de dar vida a Joseph Joffo, mientras que Batyste Fleurial es su hermano mayor Maurice, y los dos intérpretes sacan adelante sus personajes con nota, haciéndolo de manera natural y creando empatía con los espectadores. Luce más el trabajo del primero, ya que su papel tiene más protagonismo, de manera lógica teniendo en cuenta que su personaje es el que ha escrito la novela. Pero la película tiene también un gran elenco de secundarios, en algunos casos con breves apariciones, y en otras con un papel más importante como el matrimonio Joffo, compuesto por Roman, interpretado por Patrick Bruel, y Anna, con la actriz Elsa Zylberstein. Ambos cumplen con nota y me parece un acierto su elección, al igual que la de los dos actores que dan vida a los hijos mayores del matrimonio, Henry (César Domboy) y Albert (Ilian Bergala).


Entre los secundarios de lujo destaca Christian Clavier, el actor cómico de moda del cine francés, que en esta ocasión tiene un papel más dramático, el doctor Rosen. Bernard Campan interpreta a Ambroise, el librero colaboracionista, y Kev Adams a Ferdinand el resistente. El reparto, tanto los niños protagonistas, como el elenco de secundarios, es uno de los elementos fundamentales para que el proyecto funcione tan bien. El director explica en una entrevista que empleó el Steadicam para seguir el desplazamiento de los actores. Christophe Graillot, que ya había trabajado anteriormente con Duguay, es el director de fotografía ,y sin ser el aspecto más destacado de la película, consigue filmar de manera convencional y sin emplear técnicas modernas el recorrido de los hermanos Joffo. La música es excelente, gracias a una composición de tono clásico y muy variada de Armand Amar, dando alegría, tensión o emoción a la trama según lo que se necesita en ese momento. La segunda mitad no tiene la frescura de la parte inicial, pese a todo ello aguanta bastante bien el paso de los minutos, con algunas escenas impactantes, y un final bastante decente. La película es fácil de recomendar y puede gustar mucho a los aficionados al cine y a un público medio que busca historias sencillas, creíbles y con momentos de gran emotividad.


LO MEJOR: La banda sonora. La interpretación de Dorian Le Clech.

LO PEOR: El relato pierde fuerza en la segunda mitad.

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario

Guillermo Navarro en Habladecine

Pedro de Frutos en El Ónfalos




PODCASTS:



 


DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA CON EL DIRECTOR:
Primeramente, tuve un encuentro muy agradable con Nicolas Duval, Laurent Zeitoun y Yann Zenou de Quad; querían verme porque les había encantado "Jappeloup: de padre a hijo". A los tres les apasiona el cine y conocen los complejos engranajes de este oficio. Me hace feliz encontrar gente que ha reflexionado profundamente lo que va desde la escritura del guión hasta el rodaje.
Cuando me preguntaron si conocía “Una bolsa de canicas”, de Joseph Joffo, tuve que admitir que jamás había leído el libro. La verdad es que éste es poco conocido en Quebec. Al descubrirlo, me impactó la tenacidad, la convicción y la fuerza de esta historia llena de esperanza. Es una epopeya luminosa narrada desde el punto de vista de los niños, acerca del mundo que los rodea y sobre la manera en que la realidad los atrapa. La historia es de gran envergadura, pero sobre todo tan desafortunadamente universal que se hace imposible no ver en ella la realidad reflejada, el sufrimiento y, si, a veces los momentos felices de las gentes que se desplazan actualmente por el globo.


¿CÓMO FUE SU ENCUENTRO CON JOSEPH JOFFO? 
Con Joseph hablamos sobre todo de su padre: en su voz he comprendido lo que hay en las entrañas del libro. La obra, tornada mi libro de cabecera, y cuanto me contó Joffo me permitieron entrever el nexo de unión entre Joseph y mi cine; es posible hallar el mito del padre en todas mis películas. La figura paternal, para mí, es de naturaleza divina, aporta seguridad. Contrariamente, en el libro se evoca al padre pero no resulta la columna vertebral del relato.

¿EN QUÉ DIRECCIÓN PENSABA ORIENTAR LA ADAPTACIÓN?
El libro está en primera persona, pero se escribió treinta años después de los hechos. Por el contrario, la película expone constantemente el punto de vista de un niño sin la perspectiva del narrador del libro. Se trata de un relato iniciático en el curso del cual los infantes experimentan acontecimientos tan increíbles que cuando Jo retorna a París, casi dos años más tarde, ya no es el mismo. 

EXPLÍQUEME LA ESCRITURA DEL GUION
Leí el libro y quise partir de cero al escribir el guion. Hallé inmediatamente cómo abordarlo y recurrí a un guionista francés que vive en Quebec, Benoît Guichard, con quien he coescrito varios de mis proyectos; con gran rapidez y naturalidad surgió la secuenciación: la trama del film. Desde aquel momento, tuvo que montarse un equipo. Laurent Sivot, el director de producción, intercedió para que conociera al diseñador de producción Franck Schwartz y la primera ayudante de dirección Laure Prévost.
Si la película es una realidad, es gracias al concurso de toda esta gente que me ha seguido y que nunca se ha venido abajo ante la presión. Teníamos la trama de la película, Benoît estaba a mi lado, escribíamos al tiempo que se buscaba las localizaciones y el reparto y se activaba los preparativos, una aventura que se revelaba ardua. Era necesario identificar los lugares más importantes de los niños, en un contexto histórico preciso al tiempo que había que pegarse a la narración del libro. Por ejemplo, el Paseo de los Ingleses, culminación de la trayectoria de nuestros dos jóvenes protagonistas. Y en lo referente al final del film –que no revelaré–, lo escribí en medio del rodaje. Jamás lo habría podido escribir sin haber sido testigo de cuanto se construía entre los dos niños.


USTED CONOCE LA ÉPOCA DADO QUE HA REALIZADO UN FILM SOBRE HITLER. PESE A ELLO, ¿HA SENTIDO LA NECESIDAD DE DOCUMENTARSE SOBRE EL PERIODO?
Efectivamente, hice un trabajo tremendo para "Hitler: el reinado del mal", conocía el contexto político, pero me fascinaba la ocupación alemana en Francia. Me fascinan el machismo político y el reparto entre los que bajan la cabeza y los que se rebelan. Tal como lo entiendo, era preciso sentir la Historia a través de los escenarios. Por ejemplo, en la parte de Niza, cuando vemos a los italianos abandonar Francia precipitadamente, comprendemos que los Aliados han desembarcado. Son este tipo de detalles los que nos permiten no ser demasiado explicativos. Una vez más, es la universalidad de esta historia la que ha conmovido tanto al mundo desde la aparición del libro. Se han visto tantos largos de esta época, que lo que hoy cuenta es la idoneidad de las emociones, las mismas hoy en día por más que el decorado haya cambiado.

LOS ESCENARIOS RESULTAN MUY PRECISOS
Como ya he dicho, conocí a un diseñador de producción formidable, Franck Schwartz. No me convenció tanto su recorrido como su capacidad para escuchar, su calma y la manera de funcionar. Comprendió que queríamos hacer una película histórica sin demorarnos obstinadamente en el contexto.
En Niza, rodamos en un apartamento muy pequeño, que complicaba lo referido a decorados, vestuario, maquillaje, etc… Pero ya llevábamos dos tercios del rodaje, y teníamos un equipo increíblemente compenetrado: formidable ejemplo de la absoluta confianza que me otorgaron actores y técnicos.

HÁBLEME DE LA AUDICIÓN PARA LOS PAPELES INFANTILES 
Tuve la fortuna de trabajar con Valérie Espagne, una formidable directora de reparto. Procuró más de un millar de niños, y entre éstos quedé seducido por Dorian Le Clech (Joseph) y Batyste Fleurial (Maurice). Por fortuna, se produjo un pequeño milagro entre ellos dos.
Dorian tiene chispa en la mirada. Por ejemplo, para la escena de la bofetada, le di la réplica, y las emociones emergieron con naturalidad. De súbito, comprendió lo que buscaba en su papel y se ciñó a mis directrices y al espacio en el que había de interpretar. Era necesario que viviera las escenas. Batyste tenía menos experiencia que Dorian, pero supo trabajar con rigor para entrar en la piel del personaje. Tiene un fuego interior que aprecio mucho y se mostró muy atento. Le mostré lo que era el arco de un personaje sin intelectualizar demasiado el papel: quería que pudiera sentir su texto y que se sumergiera en el detalle de la interpretación proveyéndola de la perspectiva de la escena en su totalidad.

¿CÓMO LOS HA DIRIGIDO?
Todas las noches trabajaba con ellos las escenas del día siguiente para marcar adecuadamente la evolución de sus personajes. Era necesario tener de su parte una confianza plena. También tuve considerable ayuda de Amour, la coach de los niños, que estuvo maravillosamente atenta a mis demandas. Ella quería que el texto fuera natural, nada interpretado. Les hacía hablar de sus respectivos papeles y recitar en todos los sentidos, para que el texto emanara con naturalidad y fuera experimentado. Y en un momento dado, les decía «olvidaos del texto e inspiraos en quien tenéis delante». A menudo, los actores profesionales se quedan centrados en sus diálogos y no toman en consideración a su compañero. No fue en absoluto el caso de Dorian o Batyste.

¿PENSÓ EN SEGUIDA EN PATRICK BRUEL Y ELSA ZYLBERSTEIN PARA ENCARNAR A LOS PADRES?
Patrick se hizo una evidencia en pleno proceso de escritura. Esperaba la ocasión idónea para proponérselo. Patrick había leído un primer esbozo del guión y quedó prendado. Nos tuvimos confianza rápidamente y se mostró extraordinariamente generoso. Le mostré las escenas con Dorian, quedó atónito: creo que se proyectó en sus propias películas. Hablamos de nuestros hijos, del libro, de Un secret, de Claude Miller, y de mi percepción del papel. Y su encuentro con Dorian fue magnífico.
Al comienzo, temía que Elsa fuera demasiado joven para el papel. Pero pensándolo mejor, tomé consciencia de que en la época las mujeres eran madres muy jóvenes: no es sorprendente pues que tenga chicos en la veintena. Quería que asumiera su papel de madre y ha sido formidable.

HAY TODA UNA SERIE DE PAPELES SECUNDARIOS MAGNÍFICOS: EL DOCTOR ROSEN, EL LIBRERO COLLABO, EL RESISTENTE, ETC
Para mí, es como en el cine de Claude Berri y las interpretaciones de Pagnol. Vengo de esa tradición y me habitan imágenes de la literatura. Por otro lado, para los papeles secundarios tenía la impresión de estar guiado por el libro y es extraño.
Bernard Campan encarna al librero Collabo, un personaje poco vistoso pero que tiene un discurso glacial sin volcarse demasiado hacia lo teatral. Sobre todo quedó seducido por este universo y por la razón por la que quería rodar esta adaptación.
Christian Clavier, que interpreta al médico, constató que podía ofrecer toda una tonalidad a su personaje, con todo y tratarse de un papel pequeño de sólo dos días de rodaje. En el plató, lo empujé un poco, y comprendió el trabajo que quería hacer con Dorian. A menudo, le pedía llevara el niño a su espacio interpretativo, y a cada toma aportaba la misma intensidad y precisión.
Con Kev Adams, que encarna al resistente, ¡fueron tres días de rodaje memorables! Sabíamos de su energía, de su burbujeo y de su humor desbordante de inteligencia. Cuando se deja pillar y se sacrifica es un momento muy intenso de la película, Kev comprendió de inmediato que lo llevaría a un registro fuera de lo común, hacia una energía particular, sin teorizar demasiado. Yo quería que la secuencia palpitara vida. Me siguió, se dejó ir, y su aporte deja una marca importante en el relato.

¿CUÁLES HAN SIDO SUS PREFERENCIAS DE PUESTA EN ESCENA?
He privilegiado el uso de Steadicam para poder dejarme guiar por los desplazamientos de los actores. Pues es la interpretación de los actores lo que dicta el movimiento y no que los actores tengan que adaptarse a un movimiento prefigurado. Pero no quería que fueran conscientes. Así que se ha creado todo para posibilitarme la mayor flexibilidad de juego. Con el atrezzista y la script, antes de llevar a los actores al lugar, quería que se comprendiera el universo en el que estábamos pero sin desvelarlo. Y entonces aquí están los accesorios y una serie de ínfimos detalles que dan a los actores la posibilidad de materializar su tensión: es una vaso de agua lleno a rebosar, una mano que tiembla, o el modo en que un oficial alemán unta el pan en el huevo. No son motivos estéticos los que imponen estas elecciones, éstas están para llevar a los actores al clima emocional de la escena.

¿Y LA FOTOGRAFÍA DEL FILM? 
Tras Belle et Sebastian, l’aventure continue, he vuelto a trabajar con Christophe Graillot, que es un director de fotografía formidable: sabe que soy intuitivo en lo referente al encuadre, y es consciente de que debe ofrecer una imagen bella y contrastada. Dado que mi cámara es particularmente móvil, es imperativo procurar adaptar la técnica a los desplazamientos de los actores y a los movimientos del aparato, como en los instantes imprevistos captados en vivo.

EN OCASIONES, USTED ESTÁ LO MÁS CERCA POSIBLE DE LOS ACTORES.
Si, en los momentos más traumáticos de la película quería estar en los detalles. Por ejemplo, para la escena del tren he rodado con un objetivo macro para ser lo más sofocante posible y centrarme en dos o tres detalles concretos. Una lente cerca de los actores es la que deja una perspectiva y ofrece un punto de vista opresivo. 

LA MUSICA LA FIRMA ARMAND AMAR 
Es mi segundo largo con él tras Belle et Sebastian, l’aventure continue. Sabe cómo la música se inscribe para acompañar la dramaturgia y dar una nueva emoción a la película. Su generosidad y franqueza han sido absolutas. Hemos tenido un verdadero diálogo para crear los temas musicales. Antes había que instalar específicamente un tema para Elsa Zylberstein, a fin de que ésta fuera creíble en su modo de tener el violín y de afinarlo. Además, desde que ella toma el instrumento y los niños la miran, se comprende todo el pasado de la familia. Pues en Un saco de canicas el universo familiar es muy importante: cada vez que los padres de Jo y sus hijos se reencuentran era preciso se percibiera hasta qué punto se sienten bien juntos, y eso llega con la música. Esta escena sólo dura diez segundo, pero se comprende todo.
 (Fuente del texto: Dossier de prensa de A Contracorriente Films)



ENTREVISTA CON JOSEPH JOFFO:
¿CÓMO VIO LA LUZ EL PROYECTO DE ADAPTACIÓN?
Primero tuve un encuentro fabuloso con el productor Jean-Charles Lévy, que me permitió conocer a Nicolas Duval, de Quad. Rápidamente se sintió fascinado por el proyecto.Tras la adaptación de Jacques Doillon de hace más de cuarenta años, quería que se relatara mi verdadera historia. Christian Duguay ha rubricado imágenes de gran autenticidad: creo que mis lectores serán sensible a ellas.
  
¿SE ENCONTRÓ PRONTO CON CHRISTIAN DUGUAY? ¿CÓMO SE DESARROLLÓ LA CITA?
¡Aquella reunión fue un auténtico placer! Primero me mostró su cinta Jappeloup: de padre a hijo, que me gustó mucho. Luego vi su película sobre Hitler. No se hace un film sobre tal tema por azar. Claramente, me pareció el hombre idóneo, y no me he equivocado.


¿HA SIDO USTED RECEPTIVO A LA MIRADA EXTERNA DE UN CANADIENSE ACERCA DE LOS HECHOS ABORDADOS EN LA PELÍCULA?
¡Es el tercer ojo! Todos tenemos una visión distinta de cuanto aconteció durante la guerra. Christian sobresale, pues ha dado con la medida justa: no se excede en nada, ha sabido permanecer objetivo al tiempo que aporta su punto de vista de autor y realizador.


¿QUÉ OPINA RESPECTO AL PADRE SEGÚN CHRISTIAN DUGUAY?
Cuando los niños se reencuentran con el padre, éste le da un cachete a Jo, que queda estupefacto. Mi padre había conocido los pogromos: fue un tipo duro que vivió el Montmartre de antes de la guerra, lo que me hace pensar en el Brooklyn de los años 30 que vemos en Érase una vez en América. Puedo decirle que esto forja el carácter...


¿HA EJERCIDO COMO ASESOR EN EL PLATÓ?
Sí, en especial para la reproducción de decorados como el local del barbero de Niza que, por cierto, presentaba un aspecto tan realista que al entrar una dama al mismo –a decir verdad un restaurante reconvertido– exclamó: «¡por fin una barbería como Dios manda!» ¡Nos reímos a carcajada tendida!


¿QUÉ LE PARECIERON LOS ACTORES?
Al principio, tenía dudas respecto a Patrick Bruel, pero es un actor inmenso y ha encarnado a mi padre de modo extraordinario. Elsa Zylberstein es increíble, y Christian Clavier da vida al Doctor Rosen tan bien que ha hecho que me olvide de su papel de culto Delcojón “el Bribón”. ¡Queda dicho!


¿Y LOS NIÑOS?
Estuvieron fantásticos tanto en convicción como en determinación. En pleno invierno, antes de la tormenta de Niza, se metieron en el agua sin objeciones. Hablé mucho con ellos: querían saber si todo lo que hay en el libro era cierto. Les dije que incluso mitigo la realidad pues deseaba que el libro apostara por la vida al demostrar que los niños tenían una posibilidad de salvarse: hay que dar esperanza a los que nos leen, mostrarles que se puede sobrevivir con mucho coraje.


¿CÓMO DIRIGÍA CHRISTIAN A LOS NIÑOS?
Christian ama su oficio, y su talento está en que escucha a los otros. Ha logrado dirigirlos sin darles la sensación de estar recibiendo órdenes. Así que ellos se avanzaban a sus deseos y se integraron plenamente en la película.


¿QUÉ SINTIÓ LA PRIMERA VEZ QUE VIO LA PELÍCULA? 
Acababa de montarse y no estaba del todo acabada. Con todo, me estremecí y lloré. Creo que Christian Duguay ha hecho la película de su vida.


¿CREE QUE VIABILIZA UN MENSAJE PARA EL PÚBLICO ACTUAL?
En la actualidad, la historia que viví resuena de manera particularmente intensa. Debido al terrorismo, los niños, también ellos, se ven obligados a huir. Igual que nosotros hace 50 años, vuelven a estar en las carreteras, totalmente solos y librados a ellos mismos. Espero que la película haga que nos preguntemos sobre el destino de esos niños y de esas familias rotas.
 (Fuente del texto de la entrevista: Dossier de prensa de A Contracorriente Films)


TRAILER:




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