LUCHANDO POR LOGRAR LA FELICIDAD DE UNA HIJA
PAÍSES: Alemania-Austria-Rumanía-Suiza ( 2016 )
TÍTULO ORIGINAL: Toni Erdmann
DIRECCIÓN: Maren Ade
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO DE LA DIRECTORA: 12 de Diciembre de 1976, Karlsruhe ( Alemania )
INTÉRPRETES: Peter Simonischek, Sandra Hüller, Lucy Russell, Trystan Pütter, Thomas Loibl, Hadewych Minis, Vlad Ivanov, Ingrid Bisu, John Keogh, Ingo Wimmer, Cosmin Padureanu, Anna Maria Bergold, Radu Banzaru, Alexandru Papadopol, Sava Lolov, Jürg Löw, Miriam Rizea, Michael Wittenborn
GUIONISTA: Maren Ade
FOTOGRAFÍA: Patrick Orth
MÚSICA: Gabriel Grote
GÉNERO: Comedia
PRODUCCIÓN: Komplizen Film, Coop99 Filmproduktion, KNM, MonkeyBoy, HiFilm
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Golem Distribución
DURACIÓN: 162 minutos
PREMIOS: 51 premios y 67 nominaciones, incluyendo una nominación a los premios Óscar 2017, 1 premio en Cannes y 5 premios del cine europeo en 2016
SINOPSIS:
Ines trabaja en una importante empresa alemana con sede en Bucarest. Tiene una vida perfectamente ordenada hasta que Winfried, su padre, llega de improviso y le hace una pregunta inesperada: "¿Eres feliz?". Incapaz de contestarle, su existencia se ve conmocionada por la presencia de ese padre del que se avergüenza un poco, pero que le va a ayudar a dar nuevamente sentido a su vida gracias a un personaje imaginario: el divertido Toni Erdmann. |
( Fuentes información de la película: Golem Distribución, Filmaffinity, IMDb )
( Fuente cartel e imágenes: Golem Distribución a través de Images.Net )
CRÍTICA:
Cada año hay películas que desde su primera proyección generan bastante expectación, sobre todo dentro del circuito del cine independiente europeo o indie americano, y suele coincidir que han sido cintas aplaudidas por la crítica en el prestigioso festival de Cannes. En 2015 fue la película húngara " El hijo de Saúl " que fue premiada con el premio Fipresci en el citado certamen francés, y el año pasado la película alemana " Toni Erdmann ", el tercer largometraje dirigido por Maren Ade, con guión escrito por ella misma. Desde ese momento era el estreno más esperado y como suele ser habitual el primer pase en España queda reservado para el festival de San Sebastián, que acoge este tipo de trabajos que han tenido repercusión en otros festivales y los incluye dentro de la sección Perlas. Por lo tanto una vez que se dio a conocer la programación de la 64º edición del Zinemaldi uno de los puntos fuertes eran las proyecciones de esta película, cuya primera proyección se colocó de manera estratégica el primer día del festival, en donde tuve la suerte de verla. Desde el primer momento tuve la impresión que los asistentes a ese pase para prensa ya la habían visto en Cannes u otro certamen y que querían repetir para pasarlo bien porque las risas continuas en cada una de las apariciones del personaje que da título a la película me recordaron a las risas enlatadas en algunas Sitcom, lo que me puso nervioso y no llegué a comprender esa diversión cuando en mi opinión no estaba sucediendo nada.
El momento y la situación en la que uno ve una película es clave a la hora de valorarla y sobre todo de disfrutar o no de una película, ya que no es lo mismo estar cansado o en el caso de un festival llevar muchas películas visitadas, esto último no me sucedió en esta película, y salí de la sala pensando que la propuesta tenía algunos buenos momentos y que no se hace pesada, pero que, salvo el tercio final, la historia es repetitiva y con algunas escenas en la parte central muy alargadas. Después del estreno hace casi dos semanas volví a verla y sigo opinando lo mismo sobre esta cinta que ha arrasado en el pasado festival del cine europeo, y que es la gran favorita para suceder a " El hijo de Saúl " en el palmarés de los premios Óscar en la categoría de película de habla no inglesa.
Encuentro muchos problemas en la película, el primero es que no me identifico con ninguno de los personajes, tanto Ines ( Sandra Hüller ) atada al trabajo y a una vida vacía y triste, su padre Toni Erdmann que es un pesado en el intento de ayudar a su hija y hacerla ver que tiene que dar un giro a su vida, y el jefe de Ines que es el prototipo de hombre machista con una situación de poder.
La película se vende como una comedia y es verdad que tiene un par de escenas divertidas en la parte final, además de la primera situación, pero no me parece una buena comedia. Gran parte de la crítica que la defiende opina que es divertida y que no es una comedia sino un drama ácido sobre la vida actual, y sí coincido en que mezcla comedia y drama, y ese puede ser el gran problema por el que no me termina de emocionar como una gran historia dramática ni me convence como la gran comedia del año. Esa indefinición es su mayor lastre y la hace más inaccesible al gran público, aunque el intento de adentrarse en el drama es el principal motivo de sus triunfos en los premios del cine europeo y su nominaciones al Óscar y Globo de oro, ya que si hubiera hecho una comedia sin nada de drama se podría haber vendido al gran público, pero no estaría tan bien considerada entre algunos críticos y personas que nominan en esos premios.
Entre las cosas positivas destaco la actuación de Sandra Hüller, que está excelente en el papel de Ines, la trabajadora alemana que está viviendo en Bucarest y que tiene que aguantar al pesado de su padre. Hay varias situaciones en donde tiene un cambio de registro, y me gustó mucho el momento musical en donde canta un tema de Whitney Houston, y lo hace bastante bien. El guión reserva todos sus buenos momentos para esos minutos finales, con una escena con un disfraz búlgaro muy divertida y con un buen final, que es lo mejor de la película y me parece un acierto de guión.
Pero hasta llegar a ese momento se suceden unas situaciones con la presencia de Toni Erdmann que de manera insistente intenta hacer que su hija se de cuenta de que tiene que dar un giro a su vida, y para ello la acompaña a todos los lados y se repiten una y otra vez las mismas conversaciones, gestos y reacciones del padre y la hija. Se podía haber acortado bastante metraje en esa parte central, en especial la escena en la fábrica que se hace interminable.
Recomendable a los que quieran disfrutar con una historia con algún momento divertido y podría ser que los padres con hijas sepan comprender mejor las actuaciones del padre intentando lograr la felicidad de su hija.
LO MEJOR: El tercio final y la actuación de Sandra Hüller.
LO PEOR: Excesivamente larga, sobre todo en el tercio central, con escenas repetitivas y que se podían haber acortado.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario
Alfonso Asín en Habladecine
Xavier Vidal en Cinoscar & Rarities
Rafael Nieto en Cinema Nostrum
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Sonia Barroso en Faces on the box
Roberto Resino en Argoderse
Miguel Martín en Nos hacemos un cine. 4ª año
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA CON LA DIRECTORA:
¿ Cómo nació la idea de la película y del extravagante personaje Toni Erdmann, inventado por el padre de Ines ?
A menudo, mi familia es mi primera fuente de inspiración; alimenta el relato e incluso puede cambiar el vínculo entre los personajes.
Winfried, el padre de Ines, inventa un alter ego en una tentativa audaz y desesperada por sacudir la relación con su hija. Y entonces Toni Erdmann cobra vida.
El humor, en muchas ocasiones, es la mejor herramienta para trascender la realidad. Ante la incapacidad de comunicarse con su hija, Winfried encuentra una solución creando un personaje. Su única arma es el humor, que le permitirá comunicarse de nuevo con ella...
Sus personajes femeninos siempre se enfrentan a paradojas. ¿ Es una característica de las mujeres con las que se cruza en la socie- dad actual ?
Ines trabaja en un ambiente totalmente dominado por hombres y ha interiorizado ese hecho. Es más, probablemente se considere como uno más de los chicos, pero el problema es que ellos no la ven así. He hablado con varias mujeres que ocupan puestos ejecutivos en empresas y la mayoría reconoce que le gusta ser la excep- ción que con rma la regla, aunque esto implique un cierto aislamiento. Creo que Ines es una auténtica mujer de hoy. Cuando empezó su carrera profesional, estaba convencida de que las mujeres con su decisión ya habían conseguido la autodeter- minación y la igualdad; por lo tanto, el feminismo no tenía razón de ser. Cuando dice: “Si fuera feminista, no trabajaría contigo, Gerald”, lo cree de verdad. Ironiza con la paridad y el acoso laboral, y se permite ser sarcástica, incluso sexista, cuan- do habla de Anca, su asistente. Pero, sinceramente, en ningún momento deseé denunciar el sexismo en el mundo laboral. Simplemente he querido mostrar las cosas tal como son, y el sexismo es parte íntegra del mundo en que vivimos. Todo esto de la igualdad de los sexos tiende a sacarme de quicio por la importancia que se le concede. Como mujer, acostumbro a identi carme con personajes masculi- nos. Cuando veo una película de James Bond, no me identi co con la chica Bond, sino con el mismo James Bond. Quizá sea mejor ver a Ines como un personaje moderno de género “neutro”, un poco como un hombre que se permite llorar de vez en cuando y que reconoce que tiene problemas con la gura paterna.
¿ Por qué escogió Bucarest para TONI ERDMANN ? ¿ Qué le interesaba de Rumanía ?
Rodar gran parte de la película en otro país ofrecía dos grandes ventajas con relación a la historia que deseaba contar. Los dos personajes protagonistas están lejos de su casa, aislados y liberados de las restricciones de la vida cotidiana habitual, por lo que el con icto entre padre e hija se ampli ca. Y el hecho de que Winfried vaya a visitar a su hija a otro país llevándole algo alemán demuestra hasta qué punto se ha conver- tido Alemania en algo lejano en la vida de Ines. Me sentí más libre rodando en otro país. A veces, la falta de puntos de referencia ayuda. No sé si me habría atrevido a rodar del mismo modo la escena con la máscara kukeri si hubiésemos estado en el centro de Berlín, por ejemplo. Y para terminar, pero también es una razón de peso, debo decir que las grandes películas de Corneliu Porumboiu, Christi Puiu y de la pro- ductora Ada Solomon se rodaron en Bucarest, lo que despertó mi curiosidad. Además, el rodaje en Rumanía fue una experiencia maravillosa.
Lo que parece ser un simple con icto familiar acaba llegando mucho más lejos... ¿ Se trata de un conflicto generacional ?
Sí, y al situar la acción en Rumanía, pude hacer hincapié en el aspecto político del con icto entre los dos protagonistas. Por un lado está el padre que se esforzó para que su hija tuviera la seguridad en sí misma y la independencia mental necesarias para lograr el éxito en su vida adulta, y por otro lado está la hija que ha escogido una vida muy alejada de los ideales de su padre, una carrera en un ámbito de lo más conserva- dor donde todo gira en torno al rendimiento y al bene cio, o sea, los valores que Winfried, el padre, siempre ha despreciado. La libertad que quiso obtener la genera- ción de Winfried acabó abriendo la puerta a un capitalismo desmesurado donde rei- nan la competencia y el bene cio. Paradójicamente, supo darle a Ines las herramientas para tener éxito en ese mundo liberal; es decir, la exibilidad, la con anza en sí misma y el convencimiento de que no hay límites. Ines, al contrario, cree que lo políticamente correcto que gobierna el pensamiento de Winfried es muy simplista. Fue más sencillo para la generación de Winfried diferenciarse de la anterior. A pesar de que, desde entonces, la vertiente rebelde de Winfried se ha dejado invadir por la resignación, va a poder resurgir con el personaje de Toni. Cuando Ines le hace participar deliberada- mente en su actividad profesional, los viejos temas políticos se hacen más personales y mani estan su actualidad. Su reacción demuestra que la incertidumbre se ha hecho con su visión ingenuamente humanista.
Muchos realizadores dicen que es sumamente difícil hacer una buena comedia, ¿ está de acuerdo ?
Efectivamente, no fue fácil rodar esas escenas. Lo importante, tanto para los momentos cómicos como para la película en su totalidad, era asegurarse de que Toni fuera creí- ble, sin por eso impedir la presencia de Winfried debajo del personaje. Toni no podía ser un personaje de ciencia- cción, no era posible pasar de un género a otro en medio de la película. Dedicamos tres días a ensayar de cabo a rabo la escena del restauran- te. Peter probó todos los enfoques posibles e imaginables. Lo más difícil para él fue esconder sus increíbles dotes como actor. Se supone que Winfried es un profesor nor- mal y corriente que se mete en un papel; no debía dar la impresión de ser un actor profesional. No hay cosa más difícil para un buen actor que hacerse pasar por uno malo. Peter disponía de todo lo necesario para que Toni fuese un personaje más autén- tico, para aumentar el dramatismo y hacerle más gracioso, pero el humor de la pelícu- la reposa en que se trata de Winfried en el papel de Toni, y no de un actor profesional. Fue un auténtico reto encontrar el equilibrio correcto.
¿ Cómo se preparó con el director de fotografía Patrick Orth para el rodaje ?
Nuestro objetivo era ofrecer la mayor libertad posible a los actores; debíamos estar abiertos a la creatividad mientras durara el rodaje. Técnicamente, esto signi ca que utilizamos sobre todo una iluminación de 180 grados y que estábamos dispuestos a seguir en la cresta de la ola cuando nos íbamos por la tangente; por ejemplo, cuando una escena se alargaba. Patrick Orth estuvo presente en la fase de preparación, los ensayos, las pruebas de luz, de decorados y encuadres. Trabajamos mucho con los actores. Pasamos mucho tiempo en el plató estudiando todos los detalles de cada es- cena, lo que no nos impedía cambiarlo todo el día de rodaje. Estoy convencida de que es necesario pasar mucho tiempo con la película antes del rodaje para que llegue el momento en que la cámara ruede naturalmente, sin por eso caer en el documental.
Entiendo que intentó ser lo más realista posible...
No me gusta restringir la forma narrativa. Necesito que cada decisión tomada por los protagonistas a medida que avanza la historia parezca creíble. Sin ser forzosamente probables, al menos las decisiones deben ser creíbles. Aunque el realismo primaba sobre todo lo demás, quería que hubiera sorpresas y momentos mágicos, ya que son la de nición por excelencia del cine. Pero debía surgir de los personajes, y no de mí como realizadora. Por eso creé una situación en la que los personajes parecen estar rodando una película. Toni aporta frescura, travesura, audacia y libertad a la vida de nes y de Winfried, lo que les permitirá reencontrarse de otra forma. Gracias a la alo- cada idea de Winfried todo vuelve a ser posible de pronto. En cuanto a la fotografía y a los decorados creados por Silke Fischer, buscamos una especie de hiperrealismo que no fuera muy marcado.
¿Puede considerarse que la película es una llamada al desapego?
Para mí, el “desapego” está demasiado cerca del “abandono”; me recuerda demasia- do a las expresiones sacadas de libros de desarrollo personal. Mi película no va diri- gida al desapego, más bien es una conminación a asumirse plenamente. Lo que hace Ines al nal de la película es bastante radical y hace falta valor para seguir adelante. Puede parecer una locura, pero para ella signi ca haber tomado otra dirección.
De hecho, no abandona nada, al contrario, se hace con las riendas. Al nal estamos ante dos personas que quizá han sabido madurar y aceptarse tal y como son. También puede decirse que Toni “se esconde” en su papel, pero me inclino a pensar que Win- fried se muestra del todo en los papeles que interpreta. Esto es especialmente verdad cuando hace de kukeri porque ilustra su verdadero yo, una criatura muy alta, llena de melancolía y con una cara un poco rara.
La película también muestra que todo tiene un fin.
Cualquier relación entre padres e hijos se construye sobre rupturas. Cuando un niño empieza un nuevo capítulo, suele signicar que algo se acaba para los padres. Lo veo con mis hijos. Mi hijo está encantado con cada centímetro que gana, mientras que a mí me invade la melancolía. Por eso hay varias escenas de ruptura en la película. Winfried tiene un alumno que decide dejar de estudiar música, su perro se muere, su hija y él se despiden varias veces sin realmente decirse adiós. El abrazo nal es una forma de comunicar un adiós más de nitivo. La máscara kukeri transforma a Winfried, y por un instante, a Ines le parece reencontrar al padre de antaño, grande y torpe, el padre que conoció de niña. Por un instante vuelve a ser la niña que fue.
( Fuente entrevista: Golem Distribución, a través de Images.Net )
Nuestro objetivo era ofrecer la mayor libertad posible a los actores; debíamos estar abiertos a la creatividad mientras durara el rodaje. Técnicamente, esto signi ca que utilizamos sobre todo una iluminación de 180 grados y que estábamos dispuestos a seguir en la cresta de la ola cuando nos íbamos por la tangente; por ejemplo, cuando una escena se alargaba. Patrick Orth estuvo presente en la fase de preparación, los ensayos, las pruebas de luz, de decorados y encuadres. Trabajamos mucho con los actores. Pasamos mucho tiempo en el plató estudiando todos los detalles de cada es- cena, lo que no nos impedía cambiarlo todo el día de rodaje. Estoy convencida de que es necesario pasar mucho tiempo con la película antes del rodaje para que llegue el momento en que la cámara ruede naturalmente, sin por eso caer en el documental.
Entiendo que intentó ser lo más realista posible...
No me gusta restringir la forma narrativa. Necesito que cada decisión tomada por los protagonistas a medida que avanza la historia parezca creíble. Sin ser forzosamente probables, al menos las decisiones deben ser creíbles. Aunque el realismo primaba sobre todo lo demás, quería que hubiera sorpresas y momentos mágicos, ya que son la de nición por excelencia del cine. Pero debía surgir de los personajes, y no de mí como realizadora. Por eso creé una situación en la que los personajes parecen estar rodando una película. Toni aporta frescura, travesura, audacia y libertad a la vida de nes y de Winfried, lo que les permitirá reencontrarse de otra forma. Gracias a la alo- cada idea de Winfried todo vuelve a ser posible de pronto. En cuanto a la fotografía y a los decorados creados por Silke Fischer, buscamos una especie de hiperrealismo que no fuera muy marcado.
¿Puede considerarse que la película es una llamada al desapego?
Para mí, el “desapego” está demasiado cerca del “abandono”; me recuerda demasia- do a las expresiones sacadas de libros de desarrollo personal. Mi película no va diri- gida al desapego, más bien es una conminación a asumirse plenamente. Lo que hace Ines al nal de la película es bastante radical y hace falta valor para seguir adelante. Puede parecer una locura, pero para ella signi ca haber tomado otra dirección.
De hecho, no abandona nada, al contrario, se hace con las riendas. Al nal estamos ante dos personas que quizá han sabido madurar y aceptarse tal y como son. También puede decirse que Toni “se esconde” en su papel, pero me inclino a pensar que Win- fried se muestra del todo en los papeles que interpreta. Esto es especialmente verdad cuando hace de kukeri porque ilustra su verdadero yo, una criatura muy alta, llena de melancolía y con una cara un poco rara.
La película también muestra que todo tiene un fin.
Cualquier relación entre padres e hijos se construye sobre rupturas. Cuando un niño empieza un nuevo capítulo, suele signicar que algo se acaba para los padres. Lo veo con mis hijos. Mi hijo está encantado con cada centímetro que gana, mientras que a mí me invade la melancolía. Por eso hay varias escenas de ruptura en la película. Winfried tiene un alumno que decide dejar de estudiar música, su perro se muere, su hija y él se despiden varias veces sin realmente decirse adiós. El abrazo nal es una forma de comunicar un adiós más de nitivo. La máscara kukeri transforma a Winfried, y por un instante, a Ines le parece reencontrar al padre de antaño, grande y torpe, el padre que conoció de niña. Por un instante vuelve a ser la niña que fue.
( Fuente entrevista: Golem Distribución, a través de Images.Net )
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