jueves, 5 de mayo de 2016

MONSIEUR CHOCOLAT ( 2015 )



EL ARTISTA DE RAZA NEGRA


PRODUCCIÓN: FRANCIA ( 2015 )
DIRECCIÓN: Roschdy Zem
INTÉRPRETES: Omar Sy, James Thierrée, Clotilde Hesme, Olivier Gourmet, Frédéric Pierrot, Noémie Lvovsky, Alice de Lencquesaing, Olivier Rabourdin
GÉNERO: Drama
DISTRIBUIDORA: Vértice 360ª
DURACIÓN: 110 minutos

SINOPSIS:
Monsieur Chocolat retrata el papel que la fama, el dinero fácil, el juego, la amistad y la discriminación tuvieron en la vida de Rafael Padilla, más conocido como Chocolat, el primer artista negro en aparecer en un escenario francés. El primero también en hacer publicidad, el mismo que inspiró a otros contemporáneos de la Belle Époque como Toulouse Lautrec o a los hermanos Lumière participando en varias de sus primeras películas.  Junto con el payaso Foottit, interpretado por James Thierrée, fueron los primeros en crear un dúo entre un payaso “ Carablanca ” y un payaso “ Augusto ” negro, convirtiéndose en el perfecto producto de su tiempo. 
 ( FUENTE: VÉRTICE 360ª )
 ( FUENTE CARTEL: VÉRTICE 360ª )

CRÍTICA:
El actor-guionista Roschdy Zem dirige su cuarta película, con una adaptación libre de la novela " Chocolat clown négre " de Gérard Noiriel. La cinta ha sido un éxito en Francia, con más de un millón y medio de espectadores y aborda la vida de Rafael Padilla, un cubano nacido en 1865 en Cuba y que siendo un niño se trasladó a Europa, en concreto a España en donde trabajó como sirviente, limpiabotas y obrero en la mina, para posteriormente pasar de ser esclavo a hombre libre trabajando en un circo en Francia. La cinta no es un biopic del personaje, ya que se inicia en 1897 al Norte de Francia, con el protagonista ya adulto, donde inicia su trabajo en el circo Delvaux con el nombre artístico de Chocolat
 

La historia es una mezcla de drama y comedia y no termina de funcionar en ambos géneros. Tiene escenas de humor durante las actuaciones del dúo Foottit-Chocolat y algún momento duro por el racismo existente en la época.
Es verdad que el director consigue sacar el lado más dramático de su protagonista Omar Sy, que hace su actuación más completa, ya que no sorprende que lo haga bien en las escenas más alegres porque en ese aspecto es un buen cómico cuya presencia en el cartel llena las salas de cine, sobre todo porque la gente le recuerda por su personaje de Driss en " Intocable ( 2011 ) ". Hay bastante complicidad entre los dos protagonistas en sus actuaciones circenses y hay una diferencia entre la actuación de ambos, y a nivel personal me quedo con el trabajo de James Thierrée, en el papel del payaso Footit y que lo hace muy bien en las escenas más dramáticas, sobre todo cuando tiene que mantener un largo diálogo con su compañero de reparto en donde se notan las limitaciones interpretativas de Omar Sy, aunque hay que reconocer que es muy simpático y lo hace bien en las situaciones más divertidas.


La película es ideal para el gran público por ser sencilla, amable y con escenas de humor y podría funcionar en los cines españoles. La estética y ambientación de la época está muy bien cuidada, con un gran diseño de vestuario y un maquillaje y peluquería que envejecen a los personajes con el paso de los años. La música compuesta por Gabriel Yared acompaña a la historia sin resultar molesta, en las escenas cómicas y en las más dramáticas. El problema es que la historia es bastante convencional, predecible, se alarga en exceso y se desaprovecha a los personajes secundarios que pasan desapercibidos. Entiendo que el personaje de Marie ( la mujer de Padilla ), interpretado por Clotilde Hesme, tampoco puede tener más recorrido, y en la segunda mitad tiene un peso mayor en la historia. 
 

La pena es que los personajes de los dos empresarios circenses, Théodore Delvaux ( Frédéric Pierrot ) y Joseph Oller ( Olivier Gourmet ), van teniendo menos relevancia según pasan los minutos. Olivier Gourmet realiza una gran interpretación intentando imponer su criterio y el poder frente a sus trabajadores y es junto a Thierrée el otro aspecto positivo de la película.
Recomendable a casi todo tipo de público, incluso a los que no vean cine europeo y sobre todo a los mayores de 40 años.

SPOILERS:
Me gusta como se retrata el paso de Chocolat del circo al teatro, y la diferencia de ser una estrella aplaudida en París a recibir silbidos en el estreno de Otelo. No tiene nada que ver un personaje cómico con interpretar a Shakespeare en un teatro y ese mismo ejemplo se puede extrapolar a la carrera de Omar Sy, un buen cómico pero limitado actor dramático, aunque en la parte final de esta película realiza su mejor interpretación.
Me he reído bastante con las escenas cómicas en el circo de París y me ha interesado el asunto de las reivindicaciones laborales y las quejas de Chocolat por cobrar la mitad que su compañero de trabajo por no tener papeles, un tema bastante de actualidad en el siglo XXI. 


LO MEJOR: El vestuario y el diseño de producción.
LO PEOR: No funciona como historia dramática.

CRÍTICAS EN BLOGS Y MEDIOS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario  7 / 10

Alfonso Asín en Habla de Cine  6 / 10

Pepe Nieves en Radio Marca  8 / 10

Daniel Pamies en MySofa  6 / 10

Charles Ston en Los Lunes Seriéfilos  6 / 10 

Fausto Fernández en Fotogramas  3 / 5

Yago García en Cinemanía  3 / 5

Israel Paredes en Sensacine  3 / 5

Sergio Roma en Cineol  2 / 5

DeCine21  6 / 10 

Roberto Cabanillas en E-Cartelera  8 / 10

Rafael Calderón en Cineralia  2,9 / 5

Javier Ocaña en El País

Oti Rodríguez Marchante en Abc  3 / 5

Lluís Bonet en La Vanguardia  3 / 5

Quim Casas en El Periódico  3 / 5 

Jordan Mintzer en The Hollywood Reporter  3,5 / 5

Bernard Achour en Premiere  3 / 4

Nota IMDb:

Chocolat (2015) on IMDb

Nota Filmaffinity: 6,0 / 10

Días de Cine:

ENTREVISTA AL DIRECTOR:
¿Conocías la historia de Footit y Chocolat?  
No, la descubrí cuando leí el guion. Cuando Nicolas y Eric Altmayer me ofrecieron el proyecto, ya tenían una versión muy avanzada del tratamiento, con todos los personajes y un tema fascinante. Encontrar una idea original es tan raro en Francia como en cualquier otro sitio, así que todo el mérito es de Eric y Nicolas.

¿ A qué se debió ese entusiasmo tuyo, que Omar describe como contagioso ? 

La verdad es que se dieron varias circunstancias. Por un lado, estaba la perspectiva de hacer una película sobre el París de principios del siglo XX con toda su suntuosidad y, por otro, la de contar la historia de una gran amistad entre dos hombres. Luego, estaba Chocolat, un sibarita que vive la vida al máximo, sin que olvidemos su vida anterior como esclavo. Chocolat aprovecha todas las oportunidades que se le presentan para convertirse en una gran estrella. Con un personaje tan optimista, podíamos tratar el tema de la película sin pasar de puntillas por nuestro pasado colonialista, pero sin caer en el dramatismo tampoco. Eso era algo muy importante para mí. 
 
¿ Cómo trabajaste con Cyril Gély en la adaptación del guion ? 

De alguna manera, sentía que tenía que trabajar con otro guionista en la adaptación del guion para hacerlo mío. En este caso fue con Olivier Gorce, el guionista con el que escribí a medias Omar m'a tuer. Los dos nos centramos en la relación entre Footit y Chocolat en la pista, pero sobre todo cuando estaban fuera de la carpa principal.

Esta es tu primera película de época. ¿ Cómo preparaste el rodaje ?  

Los jefes de departamento, es decir, el primer ayudante de dirección, el director de fotografía, el diseñador de producción, el diseñador de vestuario, etc. ya estaban listos para trabajar seis meses antes de que empezáramos a rodar, así que pudimos empezar a prepararlo todo con bastante antelación. Teníamos por delante bastante trabajo de investigación. Sin embargo, en las películas de época, la verdadera dificultad está en la logística. Decidimos rodar en París en lugar de hacerlo en un estudio de Praga o de algún otro país. Cuando estás rodando los exteriores de una película de hace un siglo, puedes montar todos los decorados que quieras, pero siempre habrá una grúa en la distancia señalando con su dedo acusador. Cuando empezamos a hacer el desglose del guion, fijamos los ángulos de la cámara para esas escenas y creamos un story board teniendo presentes una serie de efectos especiales.

¿ Cómo decidiste cuál querías que fuera la estética de la película ? ¿ Tomaste como modelo alguna película en concreto ? 

La verdad es que hubo varias. Nuestro diseñador de vestuario, Pascaline Chavanne, el director artístico, Jérémie Duchier, el director de fotografía, Thomas Letellier, y yo vimos las mismas películas. A la hora de dirigir me inspiré en varias secuencias de La vida en rosa ( Olivier Dahan ). Barry Lindon ( Stanley Kubrick ) nos sirvió de referencia para el tratamiento de las imágenes. La estética es algo fundamental en esta clase de películas. A la hora de elegir los colores y el vestuario, nos basamos en los documentos y las pinturas de la época, y después comprobamos cómo quedarían en la película, porque en el cine digital algunos colores no combinan bien aunque se vean fantásticos cuando los miras directamente. Después de elegir los colores, tienes que combinarlos. Incluso el maquillaje de los payasos tenía que ser el adecuado. Por eso, no quisimos que ninguno de los jefes de departamento trabajara al margen del resto. Cuando diseñamos la iluminación, nos basamos en los trajes, y elegimos los trajes en función de los decorados. Para los trajes de los personajes masculinos tuvimos presentes los trajes femeninos y que los que llevaban puestos los personajes principales tenían que combinar con los de los extras. Al ojo humano no le gustan las interferencias y un color levemente chillón en un segundo plano puede arruinar una escena emotiva.
 
Omar ya formaba parte de la aventura cuando recibiste el proyecto, pero ¿ cuándo pensaste en James Thierrée para el papel de Footit ? 

Cualquiera habría pensado que la mejor pareja para Omar sería otro actor famoso. Sin embargo, para este papel necesitábamos a alguien que conociera el circo por dentro y James no es solo un actor, es alguien que crea sus propios números. Cuando surgió su nombre, todo el mundo se entusiasmó. Omar Sy con James Thierrée... ¡Genial! Y, además, algo único. Teniendo en cuenta las cualidades de cada uno, sabía que de la combinación saldría algo explosivo, y no me defraudaron en absoluto.
 
James Thierrée dice que conseguiste calmar el miedo que tenía a las escenas de circo. ¿ Cómo te planteaste el rodaje ?

James lo hace todo en sus números: dirige, hace los decorados, escribe los sketches, actúa... Lo lógico es que le dejara hacer sus propios números porque ¿quién podía coreografiarlos mejor que él? Le di carta blanca y solo le pedí que introdujera unos cuantos toques modernos. Cuando estábamos rodando, les pedí a Omar y a él que se movieran con libertad: "Si os divertís, nos divertiremos todos". Yo me encargaría de seleccionar las mejores escenas. A la hora de montar la película, tenía un montón de material bueno, porque todos sus números eran muy divertidos y originales. Sin embargo, solo podía utilizar de dos a tres minutos de cada número de diez. El cine no es una grabación de vídeo y aunque quería conservarlo todo, sencillamente no podía.

¿ Cómo enfocaste las escenas de Omar y James juntos ?  

Enseguida me di cuenta de que entre los dos había una relación auténtica. James era el que tenía más experiencia en cuanto al mundo del circo. Era muy exigente durante los ensayos, con él más que con ningún otro, incluso un poco autoritario algunas veces. Cuando vi durante las pruebas de filmación cómo sonreían los técnicos, supe que teníamos algo bueno entre las manos. Omar pasó por una especie de etapa de formación, pero de repente se liberó. Su lenguaje corporal y su voz cambiaron como resultado de ese trabajo previo. En cuanto a James, percibía su locura, su forma de ser, siempre inmerso en una búsqueda permanente. Mi único temor era que desapareciera esa magia, pero no fue así.

¿ Cómo elegisteis al resto del reparto ? 

Todos los actores a los que preguntamos aceptaron. En mis películas anteriores había tenido algunas negativas y había algunos actores a los que no me atrevía a pedirles solo cinco o seis días de trabajo. Para esta película, no solo aceptaron algunos actores acostumbrados a interpretar papeles principales, sino que no se lo pensaron dos veces. Bruno y Denis Podalydès, que interpretan a los hermanos Lumière, firmaron enseguida aunque solo tenían un día de trabajo. El mismo entusiasmo demostraron Olivier Gourmet, Noémie Lvovski, Clotilde Hesme, Frédéric Pierrot… Aparte de su entusiasmo por el guion, yo diría que les encantaba la idea de trabajar con Omar. En general, me gustan más las entrevistas personales que las pruebas.
  

James y Omar hablan de la implicación y de la fuerza de los actores de reparto... 
A menudo se dice que el director es el barómetro de una película, sin embargo, creo que los actores también lo son. La energía de James y Omar iluminaba literalmente el escenario. Durante los doce días que duró el rodaje, su extraordinaria vitalidad inspiró a todo el equipo y a mí me sirvió de muchísima ayuda. De hecho, los actores secundarios pensaban que los más favorecidos eran ellos, porque el intercambio era muy estimulante.


¿ El hecho de haber sido actor influye en tu manera de dirigir
Por supuesto. Me comporto como me gustaría que los demás se comportaran conmigo, con paciencia y amabilidad. No creo en las relaciones difíciles. Sin embargo, yo preferiría no usar el término "dirigir". Los actores saben cómo actuar, es más una cuestión de hacerles sentir de otra manera, de darles algunas opciones a la hora de interpretar. Además, lo que más me preocupa siempre es lograr el tono adecuado, porque lo auténtico tiene su propia tonalidad. Mi labor es ayudar al actor a escucharla, echarle una mano cuando me necesita para encontrar el tono correcto. Unas veces lo logras, y otras no: hacen falta dos para bailar el tango.

¿ Cómo conseguiste que Omar superara su aprensión a las escenas de Otelo ? 

Omar pensaba que estaba pisando terreno sagrado. Todos teníamos en la cabeza la versión de Orson Welles, pero le dije: "¡Olvídate de eso! Interpretar a Otelo significa dejarte la piel y tú sabes cómo hacerlo".

¿ Qué secuencia te resultó más complicada de rodar ?  

No fueron las escenas violentas. La escena en la que Omar es torturado en la cárcel tiene mucha fuerza, porque la situación es muy elocuente. Sin embargo, yo quería que las escenas teóricamente más triviales tuvieran la misma fuerza, como esas escenas en las que la gente que pasa por la calle se vuelve para mirar, porque la peor violencia es la que Chocolat sufre a diario. También las escenas para las que no teníamos todavía los decorados, por ejemplo, cuando Chocolat visita la Exposición Universal. Rodar en un decorado que se creará después durante la fase de posproducción era algo nuevo para mí y me resultaba desconcertante. Por otra parte, en los números de circo, James necesitaba mucha libertad de movimiento en la pista y enseñó a Omar lo mismo. Tuvimos que adaptarnos, sobre todo porque nunca hacían el mismo número dos veces. Esto también hace que fueran tan increíbles.

¿ Qué has aprendido de esta película ? 

¡ A ser atrevido ! Las limitaciones de presupuesto, el tiempo que tienes para rodar aunque procuro no lamentarme mucho. En mi primera película, no fui muy atrevido. Empecé a ser más valiente en la segunda y seguí así en la tercera. En esta película, se convirtió en una especie de leitmotiv. Todas las mañanas me preguntaba: " ¿ Qué puedo aportar a la secuencia de hoy ? ¿ Qué le añadiría más valor? ¿Cómo puedo ir más allá del guion ? " Pero también como actor aprendí mucho sobre cómo enfocar un papel, por ejemplo, con Frédéric Pierrot. Lo mismo que los demás actores secundarios, siempre se implicó mucho en la película aunque no dependía de él. Por no hablar de James y Omar. Estaban siempre centrados en su trabajo y nunca estaban satisfechos. Aunque la cámara estuviera apagada, seguían metidos en el personaje, con un deseo de superación permanente.
 
¿ Qué recuerdos te llevas de esta película ?

El recuerdo de una aventura larga y extraordinaria, mi experiencia profesional más maravillosa hasta la fecha. Nunca podré agradecérselo lo suficiente a Nicolas y Eric Altmayer. Ha sido una época increíble, llena de encuentros extraordinarios, en la que he descubierto el mundo del circo y el trabajo y el sacrificio que exige. Ya nunca volveré a ver el circo de la misma manera. También recordaré el último día de rodaje. Cuando trabajas en una película, vives como en una burbuja, por los tres meses que te pasas trabajando en ella y por la atmósfera que hay allí. En esta ocasión, la burbuja duró más tiempo y salir de ella me resultó más difícil. Se acaba la euforia y, de repente, te ves solo en la mesa de edición. Por un lado, te da penaque termine el rodaje pero, al mismo tiempo, te sientes feliz por haberlo conseguido, porque solo se terminan un diez por ciento de los proyectos que se empiezan.

Por último, ¿ qué mensaje quieres transmitir al público con esta película ? 

La historia de dos hombres que se conocen, crean algo juntos y a los que, al final, termina separando la vida. Pero es también la historia de la emancipación de un hombre, Chocolat, que descubre la vida, se vuelve más cerebral, menos ingenuo y, por lo tanto, en un adulto menos sumiso. Es una historia que habla también de Francia. Sin buscar culpables ni acusar a nadie, Chocolat marcó su época y después cayó en el olvido. Y no es el único. Hablar de él nos ayuda a conocer mejor nuestro pasado, y siempre he creído que es algo fundamental para vivir mejor en el presente.

¿ Qué es lo que más te impactó del destino de Chocolat ? 

Las similitudes que había entre la trayectoria de Chocolat, Omar y la mía. Nos reíamos y decíamos: "La verdad es que somos unos impostores". Omar es un magnífico actor y muy generoso, se merece todas las cosas buenas que le han pasado. No obstante, nuestra generación creció sin ver cómo el hijo de un inmigrante se convertía en una gran estrella. Así que cuando me vi en el estudio con algunos actores que siempre había admirado... Durante casi veinte años, me preguntaba cuándo me despertaría alguien diciéndome: "¡Oye! ¿Qué estás haciendo aquí? Este no es tu sitio". Además, yo habría cedido: "Perdón, me dijeron que podía estar aquí, pero ya me marcho". Hoy en día, ese sentimiento de ser un impostor ha desaparecido, pero descubrir cómo triunfó hace un siglo un artista "de color"... me conmueve y me entristece al mismo tiempo, porque no ha quedado nada de él. A lo mejor esta película cambia las cosas y nos hace pensar en nuestra propia vida. ¿Qué quedará de lo que hemos hecho? 
( FUENTE: VÉRTICE 360ª )


LA HISTORIA REAL DE RAFAEL PADILLA:
Chocolat nació en Cuba, aproximadamente en 1865, y siendo niño se trasladó a Europa. En España trabajó como sirviente, como limpiabotas, como obrero en la mina… El destino le llevó a Francia, a trabajar en el circo. Pasó de ser esclavo a ser un hombre libre, del circo al teatro, y del anonimato a la fama...
Se llamaba Rafael Padilla, nació en La Habana (Cuba), según unos historiadores en 1865, según otros en 1868. Su infancia y juventud está difusa… Hijo de esclavos, se quedó huérfano siendo muy pequeño y, según trascendió después -con algunas dudas-, fue vendido a una familia portuguesa para hacer trabajos agrícolas. Lo que sí parece claro es que poco después Rafael entró a servir en el hogar de la familia Castaño, comerciantes vascos afincados en Cuba, y que uno de los hermanos, Patricio, lo trajo a Vizcaya consigo cuando decidió volver a España.
Rafael era un adolescente sin apenas recursos cuando se escapó de la casa de los Castaño, situada en una gran finca de Sopuerta, al parecer tras una trifurca con las hermanas de Patricio.
Dicen que dirigió sus pasos hacia la capital y que a partir de entonces deambuló por los muelles de Bilbao, que vivió de su astucia, de ayudar en las descargas de las minas, de trapicheos varios. Pero por lo visto, a pesar de todo, Rafael jamás perdió la sonrisa, ni el ritmo… Tanto es así, que el famoso payaso inglés Tony Grice, tras una de sus actuaciones en Bilbao, le descubrió bailando, y se quedó tan impresionado que decidió contar con él para algunos de sus números.
Del payaso Tony Grice aprendió las técnicas de clown, con él llegó a Francia y con él debutó en París, en el Nouveau Cirque. Fue entonces cuando se le empezó a conocer como Chocolat. La relación entre Tony y Rafael se fue deteriorando -Rafael no solo le ayudaba en sus números, también era su sirviente-, y no tardaron en separarse definitivamente.
Lejos de echarle, en el Nouveau Cirque le dieron la oportunidad de continuar apoyando a otros payasos de la compañía e incluso en solitario… el exotismo del primer payaso negro atraía al público francés. Durante los cinco años siguientes Chocolat ve crecer su fama y también se enamora de una cantante, Marie Grimaldi, con quien permanecerá hasta el fin de sus días. Ella tenía dos hijos de un matrimonio anterior que Rafael adoptó. 
 ( FUENTE: VÉRTIC 360ª ) 

TRAILER:




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