lunes, 6 de julio de 2020

LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA (2019)


DOS HERMANOS MUY DIFERENTES


PAÍS: Argentina (2019)
DIRECCIÓN: Mateo Bendesky
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 12 de Septiembre de 1989, Buenos Aires (Argentina)
INTÉRPRETES: Tomás Wicz, Laila Maltz, Alejandro Russek, Sergio Boris, Edgardo Castro, Ofelia Fernández, Javier Abril Rotger
GUIONISTA: Mateo Bendesky
FOTOGRAFÍA: Roman Kasseroller
MÚSICA: Santiago Palenque
GÉNERO: Comedia
PRODUCCIÓN: Varsovia Films, Volpe Films
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Barton Films
DURACIÓN: 86 minutos
PREMIOS: 2 premios, incluyendo uno en el festival de Cinema Jove 2019



SINOPSIS:
Lucas (17) y Gilda (20) viajan a un pequeño pueblo costero para intentar cumplir la última voluntad de su madre recientemente fallecida: depositar sus restos en el mar. Desafortunadamente, el único “resto” con el que cuentan es su mano prostética, aunque como dice Gilda “da lo mismo, mientras nos lo saquemos de encima”. 
Listos para volver a casa, un paro nacional de transporte los deja varados en el pueblo. Lucas, obsesionado con el físicoculturismo, encuentra en la costa tierra fértil para explorar su sexualidad y los límites de su cuerpo. Gilda, aún afectada por su reciente estadía en un centro de rehabilitación y obsesionada con su “mala energía”, pone a prueba innumerables terapias y métodos de adivinación para intentar encontrar algún sentido en el mundo que la rodea. Atrapados en un limbo, deberán confrontar el espacio vacío que dejó el suicido de su madre, al mismo tiempo que despiden su adolescencia y se enfrentan a la ambigüedad de la vida, la muerte y el fitness. 
 (Fuente de la sinopsis y el cartel: Barton Films)
 (Fuentes de las imágenes: IMDb, Cinergia Online)
 (Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Barton Films, IMDb)


CRÍTICA:
El segundo largometraje del director argentino Mateo Bendesky es una película intimista, que se puede englobar en ese cine latino actual en donde hay pocos diálogos, con un ritmo pausado, y con unas historias familiares en donde se cuenta poco y es el propio espectador el que tiene que ir construyendo las vidas de los personajes. Ese cine me suele gustar, cuando los temas que abordan son atractivos y cuando se consigue crear una atmósfera enigmática que me atrape, pero no es el caso de esta propuesta bastante plana y aburrida que funciona por escenas aisladas, sobre todo en la parte final que es cuando tienen lugar las mejores situaciones de una película que tarda en arrancar y va de menos a más.


La película tuvo su presentación en la sección panorama del festival de Berlín de 2019, y en nuestro país en el festival de Cinema Jove, en donde recibió la mención especial del jurado de la pasada edición de ese festival que tiene lugar anualmente en Valencia.
La propuesta cuenta con un guion escrito por el propio director, y tiene como protagonistas a dos jóvenes hermanos, Lucas y Gilda, que se encuentran atrapados en una localidad costera argentina, de la que no pueden salir porque las carreteras están cortadas por la huelga nacional de transportes. El motivo por el que se encuentran en ese pequeño municipio es echar las cenizas de su madre al mar, cumpliendo así sus deseos, ya que en esa ciudad es donde había pasado una etapa de su vida junto a sus progenitores.


Los dos hermanos se ven atrapados en ese lugar y terminan contando sus problemas, planteando sus inquietudes y salen a relucir temas a debate importante relativos al pasado familiar. La película no aporta las soluciones para que esas subtramas sean atractivas, y si mantiene algo el interés es por la atmósfera intrigante que hay alrededor de la que fue la casa familiar y los enigmas en la vida de esos dos personajes, además de por las interpretaciones de Tomás Wicz y Laila Maltz, que cumplen en unos papeles que no son fáciles de interpretar, teniendo en cuenta que el guion no ayuda a la hora de aportar soluciones. 
La película no destaca por sus aspectos técnicos y artísticos, aunque la dirección de Mateo Bendesky es uno de los puntos fuertes del proyecto, y me parece un acierto la ausencia de la música durante gran parte de la película para aparecer en los momentos en los que es necesario.
Una película que puede tener su público, en especial los que disfrutan con historias familiares que se desarrollan a ritmo pausado.


LO MEJOR: Las actuaciones de Tomás Wicz y Laila Maltz.
LO PEOR: El guion no aporta las soluciones necesarias para mantener el interés de la historia.


CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Pedro de Frutos en Coveralia


PODCASTS:





NOTAS DEL DIRECTOR:
Desde el día que dejé de ser uno me interesó hacer una película sobre adolescentes. LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA tiene dos tópicos centrales: la adolescencia y el duelo, procesos que considero fundamentales en la construcción de la identidad y del sentido propio. Me interesa explorar la adolescencia como estadio medio, como una sala de espera a la adultez donde el cuerpo y la mente se encuentran en pleno desarrollo pero todavía no tienen una dirección concreta. 
Lucas y Gilda , sin embargo, tampoco son adolescentes típicos: Lucas, obsesionado con su cuerpo, encuentra en el físicoculturismo y las peleas de contacto una válvula de escape para sus inquietudes sexuales. Gilda, por su parte, acaba de abandonar un centro de rehabilitación y busca de forma desesperada algo de sentido en el mundo que la rodea. Esto, sumado a la tensión constante en su relación, hizo que su aventura excéntrica en un mundo sin adultos me resulte aún más interesante de retratar. 
Como dos exploradores perdidos en la niebla, Gilda y Lucas avanzan con pasos firmes sin tener en claro hacia dónde van ni por qué. Esta imagen es para mí la más precisa para definir al duelo y a la adolescencia al mismo tiempo, y es la forma que elegí para retratar la historia de estos hermanos en el film.
 (Fuente del texto: Pressbook-Barton Films)


TRAILER:

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