EL MUSICAL AL ESTILO DUMONT
TÍTULO ORIGINAL: Jeannette, l'enfance de Jeanne d'Arc
DIRECCIÓN: Bruno Dumont
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 14 de Marzo de 1958, Bailleul ( Francia )
INTÉRPRETES: Lise Leplat Prudhomme, Jeanne Voisin, Lucile Gauthier, Victoria Lefebvre, Aline Charles
GUIONISTA: Bruno Dumont
BASADA EN: La obra " Les Mysteres de la charite de Jeanne d'Arc " escrita por el dramaturgo francés Charles Péguy en 1910
FOTOGRAFÍA: Guillaume Deffontaines
MÚSICA: Gautier Serre
GÉNERO: Musical
PRODUCCIÓN: Arte France, Taos Films, Pictanovo Nord-Pas-de-Calais, Région Hauts-de-France, 3B Productions, Centre National de la Cinématographie, Le Fresnoy Studio National des Arts Contemporains, Sacem, Cinémage 10 Développement, Cofinova Développement 3, Procirep, Angoa-Agicoa
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: La Aventura Audiovisual
DURACIÓN: 106 minutos
PREMIOS: 1 Premio en la International Cinephile Society 2018
SINOPSIS:
Francia, 1425. En plena Guerra de los Cien Años, la joven Jeannette, a la tierna edad de 8 años, cuida de su rebaño en el pequeño pueblo de Domremy. Un día le cuenta a su amiga Hauviette que no soporta ver el sufrimiento que causan los ingleses. La monja Madame Gervaise intenta razonar con la niña, pero Jeannette está lista para emprender la lucha por la salvación de las almas y la liberación del Reino de Francia. Guiada por su fe, se convertirá en Juana de Arco.
( Fuente sinopsis y cartel: La Aventura Audiovisual )
( Fuentes imágenes: La Aventura Audiovisual, Débordements )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, IMDb, La Aventura Audiovisual )
CRÍTICA:
El francés Bruno Dumont dirige su noveno largometraje, además de la miniserie " El pequeño Quinquin " que se proyectó en los cines en una película de 3 horas. No he visto sus primeros trabajos y la primera película que pude ver hace unos años no me convenció, se trata de " Camille Claudel 1915 ( 2013 ) ", que me pareció demasiado pesada. Sin embargo tanto " El pequeño Quinquin ( 2014 ) " como " La alta sociedad ( 2016 ) " me convencieron y me lo pasé muy bien con ese humor tan surrealista rozando lo absurdo a partir de unos argumentos simples y con unos personajes bastante inútiles, que recuerdan a Monsieur Hulot de las películas de Jacques Tati. Su cine es apreciado por los festivales europeos ya que ha estado presente en el festival de Cannes en 5 ocasiones, y en España sus películas han pasado por lugares tan diferentes como Sitges, Valencia, Gijón, Sevilla o San Sebastián.
Su nuevo trabajo se presentó en el pasado festival de Cannes ya que formó parte de la sección Quincena de realizadores, y en España se pudo ver por primera vez en Gijón ya que estaba englobada dentro de la sección oficial de la 55ª edición del FICX, en donde la pude ver, y en general no fue muy bien recibida por la crítica y el público asistente a la localidad asturiana.
La película no es fácil de digerir como los trabajos anteriores del director y está basada en la obra " Les Mysteres de la charite de Jeanne d'Arc " escrita por el dramaturgo francés Charlrs Péguy en 1910, cuya historia se desarrolla en el siglo XV y tiene como protagonista a Juana de Arco, pero no a la que conocemos por los libros de historia, sino a una bastante peculiar ya que canta, teniendo en cuenta que la propuesta es un musical, con dos etapas bien diferenciadas, una cuando Juana de Arco es una niña de 8 años y otra en su etapa adolescente. La primera mitad funciona bastante bien como musical y crítica social, en donde los textos cantados por la pequeña Lise Leplat Prudhomme ponen su punto de mira en lo absurdo de las guerras, y también en una crítica a la política y las religiones. Además la niña canta bastante bien y esas canciones bastante poéticas tienen unas letras interesantes. Un gran trabajo interpretativo de la niña, que es lo más destacado de la película. Alrededor de la protagonista van apareciendo otros personajes que en algunos momentos intercambian diálogos y en otros cantan canciones.
Esa primera parte me parece notable, pero la propuesta se estropea en la segunda mitad cuando hay un cambio en los intérpretes. En la parte final lo que cuentan se vuelve menos interesante, las canciones se vuelven mucho más potentes y enérgicas al estilo del rock más duro que no encajan en la historia.
Los escenarios naturales son un río y unas dunas que parecen el mismo lugar en donde se grabaron sus dos trabajos anteriores, y de nuevo Dumont no busca un diseño de producción complejo sino elementos naturales sencillos que encajen bien en la historia, y en esta ocasión vuelven a ser adecuados para esta historia. El vestuario diseñado por Alexandra Charles y algunas situaciones cómicas son otros aspectos destacados de la película, que no pasará a la historia como la mejor película del director francés, pero que tiene su público que disfrutará con esta película extraña y alejada de los cánones del cine actual. No al recomiendo al público medio, ni siquiera a los aficionados a los musicales, y únicamente a los incondicionales del cine de Dumont.
LO MEJOR: La actuación de Lise Leplat Prudhomme, sus canciones durante la primera mitad.
LO PEOR: La segunda mitad no funciona al nivel de la parte inicial.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Miguel Martín en Nos Hacemos un cine en Orión
PODCASTS:
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Tras tus incursiones en la comedia con El pequeño Quinquin en televisión y La alta sociedad en cine, has decidido embarcarte en un musical con Jeannette, la infancia de Juana de Arco, ¿ por qué ?
Muy fácil, para embarcarme en una nueva aventura fílmica que no había explorado aún: el musical. Cualquiera sabe que la música puede tener una fuerza expresiva intensa, infinita, avasalladora... y tan instantánea que pensé en convertirla en el elemento central de una película. La idea de adaptar a Charles Péguy y su versión de Juana de Arco vino a continuación, dado su impresionante empleo de prosa y verso, pero con alguna cautela: si la poesía es el culmen del arte, en nuestro momento actual es literatura imposible; es oscura, secreta, inaudible. La mantenemos escondida, por no decir arrojada al cubo de basura de la modernidad. La dificultad intrínseca del género lo ha convertido en pasado de moda, como consecuencia automática de lo contemporáneo.
Sin la música, la poesía pasaría la mayor parte del tiempo desapercibida, como algo perdido y de culto. En esta historia, la música –misterio, canción, polifonía, vocal, opera, rock, variedades, electrónica– transporta tan bien la poesía que se podría pensar que es algo natural; sin su canción, la poesía sufre y queda inexpresiva. Casi pienso que esto es aplicable a todas las artes que, en sus distintas expresiones, encierran poesía y la transmiten más allá de sus límites, al mundo.
Nunca habría abordado Péguy, con su mareante poesía –en especial su Juana de Arco– si no hubiese encontrado el refuerzo de otro arte para transmitir su prosa y sus versos con el arma que es el poderoso teatro del cine. La música era obviamente ese otro arte, capaz de insuflar empuje y vida al texto. La música es la banda sonora, de la que Péguy es el libreto. Así nació una ópera cinematográfica.
Juana de Arco, como Bernanos escribió, es " una maravilla entre las maravillas ". Es una figura prominente dentro de la mitología francesa, porque ninguna mujer ha amado tanto a Francia –en las convulsiones de la Guerra de los Cien Años– y Francia nunca ha sido tan amada.
A la manera de San Agustín, puede resumirse así: si no me preguntas qué es Francia, lo sé; si me lo preguntas, ya no lo sé. Es tan difícil expresar lo que es nuestro país, y al mismo tiempo, en lo profundo, lo sabemos perfectamente, y cómo nos atormentamos cuando nuestro país está siendo atormentado. La cuestión actual sobre la identidad francesa sigue sin respuesta, por no decir del revés. Juana de Arco responde rápidamente a esta honda pregunta, sencillamente con su vida. Contarla, narrar su vida, no es más que dejar escuchar lo que Francia es. Barrès solía decir que Juana de Arco es el milagro de la reconciliación nacional. Todos los franceses, sean realistas, populistas, nacionalistas, socialistas, agnósticos, devotos... encuentran en Juana lo que buscan; hasta ese punto su figura engloba la totalidad de los ideales y sensibilidades francesas, reuniendo en una sola persona todas las diversidades y contradicciones internas.
Hija del pueblo, viviendo en la pobreza e infortunio de su casta, horrorizada por la ocupación de Francia por los ingleses y por la ausencia en el trono del Delfín, alma atormentada por la maldición divina y la injusticia de la gracia, escogida por Dios, amada y luego abandonada por el rey... Pasó por todo, por cada sentimiento, por los más bajos, por los más elevados, por todos nosotros. Juana arrastra a Francia como nadie lo había hecho, de ahí su mística y su capacidad para simbolizar en un movimiento y un personaje el total de la infinita diversidad francesa. Y aunque Juana de Arco, santa y guerrera, ha sido abordada por el cine en múltiples ocasiones, su infancia sigue siéndonos muy desconocida. ¿Y acaso los héroes no nos iluminan más en las sombras de su luz, y en los detalles y contrastes de su mito? Ya he filmado a Camille Claudel en su día a día, en su existencia de espera, y la visita de su hermano Paul cuando ya había pasado casi treinta años abandonada en un manicomio. Del mismo modo, así buscaba a Juana: pequeña, latente y en desarrollo.
Péguy en Domremy, la primera parte de su obra sobre Juana de Arco, que escribió con veintitrés años, cuenta la infancia y adolescencia de Juana, hasta que parte para salvar Orleans. En 1910, con treinta y siete años, escribió El misterio de la caridad de Juana de Arco, un trabajo más lírico y poético, que abordaba el mismo periodo de la vida de Juana. Jeannette, la infancia de Juana de Arco es la adaptación al cine de El misterio, y como tal acaba donde el resto de películas acerca de Juana arranca. El film trata sobre el despertar de la joven Juana, el inicio de su vocación guerrera y espiritual.
En la obra de Péguy, Juana comienza con trece años, y luego tiene dieciséis cuando marcha de Domremy. Buscando una actriz con aproximadamente esas edades, rápidamente encontré a una, amateur, que es quien la interpreta. Tenía trece años, pero pensé que estaba lo suficientemente crecida como para meterse en el corazón bullente de la joven Juana. También busqué a alguien más joven, y encontré a una niña de ocho años que parecía la adecuada, en cuerpo y alma, para representar la infancia de Juana. La niñez es el tema favorito de Péguy: somos niños menores de doce años. Con estas dos Juanas, la más niña y la mayor, podía abordar mejor el relato del largo germinar de su vocación –que el historiador Jules Michelet piensa que duró unos buenos cinco años–, desde la primera vez que escucha voces hasta que parte de Domremy.
A la hora de dirigir, los musicales tienen sus propios códigos. La continuidad lírica y musical no encaja bien con la discontinuidad que suponen las tomas. El ritmo necesario para variar los enfoques fragmentaría los bailes y canciones; solo un storyboard muy preciso aseguraría la estructura correcta. Podíamos trabajar así por temas y por tomas, sin cronología, y luego encajar todo al montar.
Realmente me gusta este desorden, incluso a la hora de filmar películas tradicionales, lo que es fantástico para cualquiera que quiera huir de los aspectos más monótonos de cualquier aproximación cronológica, que es siempre la madre de la convención. El montaje está inspirado en todo este falso tumulto.
( Fuente del texto de la entrevista: Pressbook-La Aventura Audiovisual )
TRAILER:
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