VIDEOCLUB Y REDES SOCIALES
PAÍS: España ( 2017 )
DIRECCIÓN: Pedro B. AbreuINTÉRPRETES: Santi Bayón, Cristian Valencia, Vicky Luengo, Mireia Guilella, Biel Montoro, Josep Seguí, Betsy Túrnez, Pep Ambròs, Fina Dómenech, Ignasi Guasch, Ferran Lahoz, Julia Lara, Lluís Marquès
GUIONISTAS: Carlos Franco, Pedro B. Abreu
FOTOGRAFÍA: Maite Astiz
MÚSICA: Joan Vilà
GÉNERO: Comedia
PRODUCCIÓN: ESCAC Films
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Begin Again Films
DURACIÓN: 69 minutos
PREMIOS: 1 Premio en el festival de Málaga de 2017
SINOPSIS:
Se cumplen seis horas de la noticia que tiene conmocionado el país. Ocho rehenes, miles de seguidores en las redes sociales y única petición: dice que sólo quiere volver a ver a su chica. ( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Begin Again Films )
El cine español nos sigue sorprendiendo con películas muy pequeñas pero con ideas originales, en esta ocasión, Pedro B. Abreu nos presenta su opera prima. La película fue presenta en la sección Zonacine de la pasada edición del Festival de Málaga y consiguió el premio del público.
La historia se centra en todo momento en Rai, un joven que regenta un videoclub y que ha decidido pedirle matrimonio a su chica, pero justamente cuando se disponía a ello, recibe una llamada de ella diciéndole que lo deja. Y encima si la cosa no estaba ya comprometida, el día va a peor cuando un ladrón que huye de la policía se mete en el videoclub y toma como rehenes a todas las personas que se encuentran allí.
Pero todo esto le valdrá a Rai para conseguir su objetivo, mediante las redes sociales y poniendo en peligro a todos sus compañeros, intentará recuperar a su chica.
La historia se centra en todo momento en Rai, un joven que regenta un videoclub y que ha decidido pedirle matrimonio a su chica, pero justamente cuando se disponía a ello, recibe una llamada de ella diciéndole que lo deja. Y encima si la cosa no estaba ya comprometida, el día va a peor cuando un ladrón que huye de la policía se mete en el videoclub y toma como rehenes a todas las personas que se encuentran allí.
Pero todo esto le valdrá a Rai para conseguir su objetivo, mediante las redes sociales y poniendo en peligro a todos sus compañeros, intentará recuperar a su chica.
El director consigue mezclar situaciones absurdas, románticas e incomodas, pero que hace que el espectador se entretenga y pase un rato agradable. Te va enganchando porque quieres saber más del porqué de la ruptura y sobre todo por la mezcla de géneros que hacen que la cinta sea más que interesante.
El grupo de actores, no muy conocidos, hacen que la película funcione, el protagonismo lo tienen unos más que otros, pero todos aportan cosas y consiguen que los 69 minutos que dura la cinta, sean entretenidos.
Puntuación: 5.5/10
El grupo de actores, no muy conocidos, hacen que la película funcione, el protagonismo lo tienen unos más que otros, pero todos aportan cosas y consiguen que los 69 minutos que dura la cinta, sean entretenidos.
Puntuación: 5.5/10
LO MEJOR: Su corta duración hace que sea entretenida.
LO PEOR: Se nota mucho que es una película con pocos recursos.
LO PEOR: Se nota mucho que es una película con pocos recursos.
( Crítica escrita por Christopher Laso )
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Juan Murillo en Habladecine
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NOTAS DEL DIRECTOR:
Acostumbrado a procrastinar por encima de mis posibilidades, cuándo me pidieron estas notas me dio por pensar: “perfecto… por fin algo que ya tengo hecho”. Vaya iluso. Volver a sumergirme en las páginas que escribí hace ahora un par de años, cuando la película estaba aún en fase de financiación, en busca de algún párrafo que reciclar ha sido para llorar de la risa, pero un poco sin la risa.
Una financiación que por cierto no llegó, y que a día de hoy sigo sin entender por qué. Una comedia coral, con un tono raro… así como medio indie pero muy chorra para ser de autor, con un guión difícil que ocurría en el mismo espacio y casi en continuidad temporal, sin caras conocidas pero con un director nobel y un equipo recién salido de la escuela. ¿Quién dejaría pasar una oportunidad así?
Poco a poco fue quedando claro que ese híbrido de la High Fidelity de Frears y la Dog day afternoon de Lumet sólo tenía sentido en mi cabeza. Bueno, para ser justos no sólo en la mía. Conseguí rodearme de unos cuantos ilusos más, que decidieron hacer de mi locura la suya; entre ellos, Escac Films, que con su política casi de ONG aportó íntegramente los medios con los que la llevaríamos a cabo. Mucho dinero para una inversión a fondo perdido, muy poco para hacer un largo… o un medio… o un… bueno, ya pilláis el concepto. Gente más inteligente, y con más experiencia que nosotros nos dijo que era imposible hacer la película que queríamos con lo que teníamos, y tenían razón. Pero nosotros no quisimos creérnoslo, así que la hicimos. Una película a pulmón, tan condicionada por, bueno, por absolutamente todo, que poco tiene que ver con lo que imaginábamos, o con lo que escribía yo hace ahora un par de años.
Releo estas líneas y pienso que puede interpretarse como un discurso derrotista, así que diré que estoy enamorado de esta película. La amo, y la odio como sólo ocurre con las cosas que nos importan de verdad. No se parece a lo que creía que iba a ser mi primera peli, ¿y qué? Es inexperta y por momentos torpe como nosotros, pero también es verdadera, y valiente, y tiene voz. No es la película que empecé a escribir con Carlos Franco, el padre de la criatura ( sorry Mike, ya serás la mamá cuando escribas tus memorias ), cuando ambos teníamos 27 años… pero nosotros tampoco somos los mismos, vamos irremediablemente hacia los 34, y se me hace muy difícil separar esa evolución de la que ha sufrido nuestra peli. Así que quizás no sólo sea diferente. Es posible que también sea mejor.
Los más atentos se habrán percatado de un detalle. Así es, siete años. Siete años de nuestra vida para apenas setenta minutos de narración. Toda una declaración de amor al cine… y esto sí es algo que conservamos de la Blue Rai original. La historia de un chaval que se ha criado viendo películas, que ha extraído todo lo que cree saber del amor de esas comedias románticas de los años ochenta y principios de los noventa. Pelis cargadas de cierta ingenuidad naive, pero también épicas y conmovedoras. Rai se ve a si mismo como el héroe romántico de una de esas historias, cree que el fin justifica los medios en el amor, y que una gesta de película sólo puede acabar con la chica entre sus brazos… Bueno, Rai es de los nuestros, de los que aprenden por el camino difícil que el amor en la vida real es mucho más frágil, desesperante y hermoso que en las películas. Que a este lado de la pantalla hay consecuencias, que los errores se pagan, y que no hay finales felices ni tristes, porque sencillamente no hay finales. Porque la peli sigue cuando deberían salir los créditos, y si de verdad se acaba, cuando se acabe, no habrá tiempo para echar una caña y comentar el sabor de boca que nos ha dejado.
Parece demasiada filosofía para una comedia ligera, pero ya os avisé de que tenía un tono raro… digamos que es sólo una contradicción más de esta peliculita demasiado buena para ser mala, y demasiado mala para ser buena. Espero de todo corazón que la disfrutéis.
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