jueves, 21 de septiembre de 2023

EL CONDE (2023)


UNA SÁTIRA DEL DICTADOR CHILENO


PAÍS: Chile (2023)
DIRECCIÓN: Pablo Larraín
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 19 de agosto de 1976, Santiago de Chile (Chile)
INTÉRPRETES: Jaime Vadell, Amparo Noguera, Gloria Münchmeyer, Alfredo Castro, Diego Muñoz, Marcial Tagle, Antonia Zegers, Catalina Guerra Munchmeyer
GUIONISTAS: Guillermo Calderón, Pablo Larraín
FOTOGRAFÍA: Edward Lachman
MÚSICA: Juan Pablo Ávalo, Marisol García
GÉNERO: comedia
PRODUCCIÓN: Fabula
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Netflix
DURACIÓN: 110 minutos
PREMIOS: 1 premio en el Festival de Venecia 2023

SINOPSIS:
El Conde es una comedia de terror y humor negro ambientada en un universo paralelo inspirado en la historia reciente de Chile. La película representa a Augusto Pinochet —símbolo del fascismo mundial— como un vampiro que vive recluido en una mansión abandonada en el gélido extremo sur del continente, saciando su apetito de maldad para subsistir. Pero después de 250 años, Pinochet decide dejar de beber sangre y renunciar al privilegio de la vida eterna. No puede soportar más que el mundo lo recuerde como un ladrón. Pese a que sus familiares son unos arribistas y fuente de decepción para Pinochet, una relación inesperada lo anima a seguir adelante, pero esta vez con una vida de pasión contrarrevolucionaria.
 (fuente de la sinopsis y de las imágenes: Netflix)
 (fuente del cartel: Filmaffinity)


CRÍTICA:
El nuevo proyecto de Pablo Larraín, el director chileno actual más conocido internacionalmente, es una propuesta curiosa, con una crítica de fondo al dictador Augusto Pinochet, que cuenta con la participación de Netflix (ya se puede ver en su plataforma).
La película, que se presentó en Venecia en donde ganó el premio al mejor guion, utiliza elementos de terror como los vampiros para ridiculizar al personaje de Pinochet, y lo hace en una mezcla de géneros que funciona bastante bien, hasta la parte final, en donde la cinta pierde el norte con la introducción de algunos nuevos personajes, perdiendo la originalidad de la primera mitad.
Larraín vuelve a demostrar su talento a la hora de contarnos de manera diferente una parte de la vida de personajes conocidos, como Pablo Neruda, Jackie Kennedy, Diana de Gales, y en esta película Augusto Pinochet.


El inicio es un prólogo bastante largo, pero necesario, en donde nos cuentan el recorrido histórico de más de 200 años del personaje protagonista que da título a la película, a lo largo de los siglos, pasando por diferentes países y periodos históricos, con una voz en off femenina que es la que nos narra el pasado de ese joven Pinochet. Ese elemento narrativo se mantiene durante toda la película, y lo que me parece un acierto en esa parte inicial, me parece un desacierto con el paso de los minutos, ya que me parece innecesaria y empleada más veces de lo que se debería.
El guion está bastante bien desarrollado, y con el paso de los minutos van apareciendo en escena personajes tan peculiares, a los que se intenta ridiculizar, como los del Lucía, la mujer del dictador, Fyodor, el mayordomo, Carmencita, la monja que realiza exorcismos, o los progenitores de Augusto y Lucía, a cada cual más ridículo y que pretenden hacerse con la herencia de su padre, una vez que el protagonista quiere morir. 
En la parte final aparece en escena Margaret Thatcher, en modo de crítica a su figura, y de intentar mofarse de ella, lo que creo que es excesivo, en consonancia con ese tercio final en donde se pierde ese ingenio inicial.


A nivel interpretativo destacan las actuaciones de Jaime Vadell y Alfredo Castro. El primero interpretando al protagonista, y el segundo, un habitual en el cine de Larraín, como Fyodor, el mayordomo con un pasado oscuro.
Pero si hay unos aspectos que destacan en la película son los técnicos y artísticos, con una magnífica fotografía en blanco y negro del veterano Edward Lachman. 
La dirección artística y la recreación de escenarios son de gran nivel, sin necesidad de ser espectaculares. A nivel visual muchas escenas recuerdan al expresionismo alemán de hace un siglo, con un referente como el "Nosferatu (1922)" de Murnau. El mundo de los vampiros, el blanco y negro y la estética son elementos en común de estas dos películas.
Una película que no es fácil de recomendar, y no creo que guste mucho al gran público que esté suscrito a esa plataforma. Por contra, puede ser atractiva para los que quieren ver un cine diferente con crítica a la dictadura chilena.


LO MEJOR: La fotografía. La dirección artística.
LO PEOR: La voz en off. La parte final.

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Ricardo Pablo López en Destino Arrakis


PODCAST:




TRÁILER:

No hay comentarios:

Publicar un comentario