sábado, 26 de mayo de 2018

CARAS Y LUGARES (2017)


LA VITALIDAD DE AGNÉS


PAÍS: Francia (2017)
TÍTULO ORIGINAL: Visages villages
DIRECCIÓN: Agnès Varda, JR
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DE LOS DIRECTORES: Agnés: 30 de Mayo de 1928, Bruselas (Bélgica); JR: 22 de Febrero de 1983, París (Francia)
INTÉRPRETES: Agnés Varda, JR, Jean-Luc Godard, Laurent Levesque
GUIONISTAS: Agnés Varda, JR
FOTOGRAFÍA: Roberto De Angelis, Claire Duguet, Julia Fabry, Nicolas Guicheteau, Romain Le Bonniec, Raphaël Minnesota, Valentin Vignet
MÚSICA: Mathieu Chedid
GÉNERO: Documental
PRODUCCIÓN: Arte France Cinéma, Ciné Tamaris, Social Animals
DISTRIBUIDORAS EN ESPAÑA: Sherlock Films, A Contracorriente Films
DURACIÓN: 90 minutos
PREMIOS: 33 Premios, incluyendo dos en el festival de Cannes de 2017



SINOPSIS:
Agnès eligió el cine. JR, la fotografía. Juntos se unen en un viaje extraordinario y sorprendente por los pueblos de Francia basado en el azar y la creatividad. En una furgoneta mágica que imprime fotografías de gran formato, ambos experimentan el contacto con la gente y forjan una amistad basada en sus diferencias y su sentido del humor. Veteranía y juventud en un recorrido humano e inolvidable.
 (Fuente de la sinopsis, el cartel y las imágenes: Image.net-A Contracorriente Films)
 (Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Sherlock Films, IMDb)


CRÍTICA:
La veterana Agnés Varda, una de las supervivientes de la Nouvelle Vague, nos presenta su nuevo trabajo como directora, un recorrido por los pequeños pueblos de Francia rural y costera, junto al artista y fotógrafo parisino JR. La viuda de Jacques Demy se mantiene en forma y nos vuelve a presentar otro nuevo largometraje documental, un género en el que lleva décadas realizando películas sociales o culturales. La cinta tuvo la presentación en el festival de cine de Cannes de hace un año, en una proyección especial fuera de concurso, y a partir de ese momento ha ido recorriendo diferentes festivales, ya sean o no de cine de autor, entre ellos el de San Sebastián en donde tuve la suerte de verla por primera vez, el lugar en donde Varda recibió el premio Donostia, curiosamente unos meses antes de que la academia de Hollywood la premiara con el Óscar honorífico. La propuesta ha sido un éxito en la carrera de premios, después de haber sido premiado en Cannes y Toronto (en este último con el premio del público al mejor documental) al ser uno de los largometrajes documentales más premiados en Estados Unidos y el colofón fue las candidatura al Óscar 2018 en el apartado de largometraje documental y a los César de la academia del cine francés, siendo derrotado por "Ícaro (2017)" y "I am not your Negro (2016)" respectivamente.


La carrera de la cineasta belga está llena de grandes películas como "Cleo de 5 a 7 (1962)", su ópera prima "La pointe-courte (1955)" y el magnífico homenaje a Demy "Jacquot de Nantes (1991)", así como documentales de calidad entre los que destacan "Los espigadores y la espiga (2000)", pero para los más cinéfilos su nombre es desconocido y siempre se la nombra como "la esposa de Demy", pero en mi opinión personal su carrera es muy superior a la del creador de "Los paraguas de Chesburgo (1964)".
En esta ocasión la película es una road movie por diferentes lugares de Francia y es sencillo, alegre e instructivo, ya que nos permite conocer los trabajos de esas personas que viven en sitios rurales, alejados de los grandes núcleos urbanos, y al mismo tiempo nos permite conocer los trabajos de JR, que retrata esos lugares en unos murales preciosos.



Los diálogos entre esas dos personas de generaciones y personalidades diferentes es una delicia fácil de recomendar, y ambos forman una gran pareja artística con unos diálogos sobre la vida, el cine, la cultura, el pasado y el futuro, y que por un lado parece que estamos viendo un canal de televisión de viajes o de historia. El artista francés que no se quita las gafas de sol conduce la furgoneta y la nonagenaria directora le acompaña como copiloto, y ambos se ríen, lo pasan bien y tienen debates enriquecedores. Hay mucho más cine y arte en esta película que en la mayoría de películas modernas. Es verdad que hay muchos momentos en donde los recorridos por la campiña francesa y los diferentes empresas pueden resultar repetitivas pero merece la pena esperar hasta el final para descubrir una sorpresa con una gran carga de emotividad relacionada con el pasado de la protagonista y su amistad con uno de los iconos del cine francés del siglo XX. Varda que tenía 89 años en el momento de terminar este proyecto se mantiene en un buen estado de salud y con una gran vitalidad.
Recomendable al público medio y a los que quieran disfrutar con un trabajo sencillo y que aporta muchos conocimientos culturales.


LO MEJOR: Es ameno y es interesante a nivel cultural.
LO PEOR: En algunos momentos en la parte central se hace repetitivo.


CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario

Juan Murillo en Habladecine

Xavier Vidal en Cinoscar & Rarities

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Alberto Tovar en Demasiado Cine

Miguel Martín en Nos Hacemos un cine en Orión

Sonia Barroso en Faces on the Box

Laura Zurita en Cine de Patio



PODCASTS:

 







DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA A LOS DIRECTORES:
¿Por qué quisieron realizar este largo juntos?
JR: Comencemos por el principio.
AV: Mi hija Rosalie creyó que el nuestro sería un encuentro agradable. Nos gustó la idea.
JR: Yo di el primer paso. Fui a ver a Agnès a la Calle Daguerre. Fotografié la legendaria fachada de su vivienda, en la que lleva viviendo cien años. Le tomé instantáneas con su gato.
AV: Tu madre es la que tiene cien años, no yo. Todavía. Al día siguiente fui a verlo a su estudio. Lo retraté varias veces, y en seguida me di cuenta de que no iba a sacarse las gafas de sol.
JR: Nos encontramos al día siguiente y también al siguiente para tomar un té.
AV: Sentí inmediatamente que haríamos algo juntos.
JR: Primero hablamos de hacer un corto.
AV: …un documental. Parecía claro que tu hábito de enganchar grandes fotografías de gente en las paredes magnificándolos por medio del tamaño, y mi costumbre de escucharlos y de poner en relieve cuanto dicen iba a llevarnos a algo.
JR: Y quisimos ponernos en marcha juntos. Ni Agnès ni yo habíamos codirigido un film antes.

¿Por qué eligieron centrarse principalmente en gente del campo francés?
JR: Agnès quería apartarme de las ciudades.
AV: Así es, porque tú eres un auténtico artista urbano. Y a mí me encanta el campo. Rápidamente se nos ocurrió la idea de los pueblos. Allí encontraríamos gente, y eso fue lo que pasó. Salimos pitando en tu increíble furgoneta fotográfica. La furgoneta es la actriz de la película, siempre en escena.
JR: He usado esa furgoneta desde hace años en incontables proyectos.
AV: Claro, pero éste era nuestro proyecto y embarcamos juntos en él. Lo mires por donde lo mires, nos divertimos lo nuestro yendo por la Francia rural en esa furgoneta, por aquí y por allá.


¿Había un plan por lo menos, un itinerario? ¿Cómo desarrollaron una película que esencialmente se basa en el azar, en encuentros, en el descubrimiento?
AV: A veces, uno de nosotros conocía a alguien en un pueblo o tenía algo concreto en mente. Entonces íbamos a comprobarlo. Como siempre pasa en los documentales –y he hecho muchos–, tienes una idea, pero pronto el azar entra en escena con quien te encuentras o conoces, y de súbito las cosas te llevan a concentrarte en una persona o lugar específicos. A decir verdad, abrazamos el azar, ¡lo incorporamos como ayudante!
JR: También involucramos la vida, dado que la película también es la historia de nuestro encuentro. Alcanzamos a conocernos en la carretera por medio del proyecto y de la divertida experiencia de trabajar como tándem. Estoy aprendiendo a comprender a Agnès un poco mejor, lo que ve y cómo lo ve, y también ella está procurando entender mi proceso artístico. Hablamos mucho y probamos ideas. Entonces concebimos el largo.
AV: Y ahí es cuando Rosalie tomó las riendas para producirla.
JR: Dijiste “¡hagámosla!”


La película es un viaje por Francia pero también por la memoria, tanto personal como colectiva. De trabajadores, granjeros y aldeanos.
JR: Allá donde estemos, podemos decir con bastante rapidez si vamos a establecer contacto.
AV: Algo que me gusta de ti es la rapidez con que trabajas. Tan pronto como nos encontramos con alguien, ya estás imaginando qué podemos hacer con él. Por ejemplo, el cartero de Bonnieux, a quien conozco, y que quería que encontraras porque me gustan los carteros. Me gustan las cartas y los sellos. Básicamente, te comunicas por la red, y obtienes 20.000 “me gusta” cada vez que cuelgas una imagen, y ahora te avienes a convertir a este cartero en el héroe del pueblo en gran formato.
JR: Tres pisos de altura.
AV: Se sentía orgulloso de ser un gigante. De ahí, nos fuimos al departamento de los Alpes de la Alta Provenza.
JR: Y alguien nos habló acerca de la fábrica cerca de Château-Arnoux.
AV: Conocía al chico del cine local, Jimmy. Presenté Sin techo ni ley allí. Nos enseño la fábrica.
JR: Era un tanto peligrosa (de alto nivel según la directiva Seveso). Sentíamos curiosidad y fuimos a comprobarla. Conocimos a gente y tuvimos algunas ideas.
AV: Los lugares industriales son bellos. Y la gente que trabaja allí tiene buen corazón.
JR: Nos siguieron la corriente para una foto de grupo. Suponía que estaba enseñándote algunos de los otros lugares, pero resultó que ya habías estado en ellos años atrás. Me inspiraban fotografías que tomaste hace tiempo. Los collages de la película son el fruto de nuestra colaboración.
AV: A menudo, lo que enganchas son mis fotografías.
JR: Es cierto.
AV: Como el gran chivo con cuernos. Hice esa foto mientras estábamos buscando localizaciones.
JR: Invertimos mucho tiempo con Patricia, la mujer que dejaba los cuernos en sus chivos en lugar de quemarlos al nacer como hace todo el mundo.
AV: La gente se lo toma muy en serio cuando se trata de su trabajo y de sus palabras. Aquella mujer se apasionaba mucho al hablar sobre chivos y sus cuernos; su convicción era impresionante.
JR: Y también en el norte escuchamos algunas cosas muy poderosas.
AV: Las minas han desaparecido por completo, pero encontramos a una mujer, Jeannine, que era la última habitante de toda una hilera de casas mineras. Nos habló de su padre, que fue minero, y los antiguos mineros compartían algunas bellas historias sobre un mundo del que conocemos poco. Se hacía interesante escucharles con tanto fervor. Jeannine nos emocionó.
JR: Ahondas profundamente en tus entrevistas a la gente. Me cautivaba verte conducir esas conversaciones.
AV: Hablaste con ellos mucho.
JR: Por supuesto. Siempre me ha gustado hacer esto en mis proyectos, igual que he visto siempre que tu haces lo mismo en tus películas con tu propio enfoque personal tan amable y delicado… y también feminista.
AV: Ah, efectivamente ¡soy feminista!


Las mujeres están muy presentes en la película. Ustedes muestran su importancia en el contexto agrícola y en la clase trabajadora.
AV: Si, JR y yo misma coincidimos en que es importante y tiene sentido darles la palabra a las mujeres.
JR: Era la idea de Agnès. Cuando le mostré todas las fotografías de los estibadores de Le Havre, dijo: ‘¿Dónde están las mujeres?’ Así que llamé de nuevo a los estibadores y les pregunté: ‘¿Podrían venir al puerto sus mujeres?’ Me respondieron: ‘Mire, nunca lo hacen; pero quizá ésta es la ocasión’. Fue bastante alucinante hacer que ellas descubrieran el puerto a través de este proyecto.
AV: Tres mujeres interesantes con algo que decir, fue maravilloso. Me complació verlas en el foco, ‘por una vez’, como dijo una de ellas. Los estibadores contribuyeron colocando contenedores enormes a nuestra disposición. Los usamos como legos con que construir torres, bastir tótems. Hay que verlo, las palabras no hacen justicia. ¡Qué aventura!
JR: También deberíamos mencionar que los estibadores se hallaban en una de sus mayores huelgas. Todavía me sorprende que hicieran arte en tal lugar de honor a pesar de cuanto ocurría.
AV: Es la idea de que el arte es para todos. Los estibadores acordaron ayudarnos porque les encantaba participar en un proyecto artístico.
JR: Uno de los trabajadores de la fábrica dijo: ‘¡El arte se hizo para sorprendernos!’ Los importunamos, pero nos aceptaron. En Francia y alrededor del mundo estaban pasando cosas muy serias y complejas, pero nos manteníamos comprometidos con nuestro proyecto y la gente que encontramos lo entendieron.
AV: Un proyecto modesto en medio de un caos generalizado.


Y, de hecho, su película resulta reconfortante.
AV: También les agradó nuestra alegría y el modo en que Agnès bromeaba conmigo. Nos disponíamos a ser nosotros mismos y a involucrarles en nuestro proyecto.

Ustedes desarrollan unas relaciones poderosas con la gente que se encuentran. También recuerdan a los difuntos y les rinden homenaje a lo largo de sus viajes: Nathalie Sarraute, Guy Bourdin, Cartier-Bresson.
AV: Sí, los conocía. Evocarlos significa traerlos al presente. El resultado es que es presente. Pasé por casa de Nathalie Sarraute por azar, y me hizo feliz, pero estábamos interesados en el granjero local calle abajo que labra unos 9 km2 de su propiedad.
JR: Otro lugar en el que rodamos fue un pueblo abandonado. El sitio tenía un pasado, y teníamos nuestra furgoneta fotográfica. Hicimos una fiesta con los lugareños. Tiene un nombre peculiar: Pirou-Plage.
AV: Y aquella noche hubo cientos de rostros en las paredes. Nos fuimos al día siguiente. Más tarde supimos que se demolió el pueblo. Todo cambia.
JR: No trabajamos estructuradamente; nuestros días son concretos.
AV: Eso es lo que me encanta de los documentales. Inviertes unos días con la gente, entablas amistad, entonces pierdes el contacto, igual que tu los muestras con grandes imágenes efímeras que desaparecerán de las paredes. Sabemos que esos momentos son mágicos. El momento de conocer a la gente, el momento de filmarlos, pegarlos y ¡voilà! Me encanta, de verdad.
JR: Los momentos no duran, pero permanecen grabados.

¿Cómo era el rodaje?
AV: Hacíamos uno o dos viajes y parábamos, pues ya no tengo la fuerza para rodar ocho semanas seguidas, de pie en los campos. Rodábamos de dos a cuatro días por mes.
JR: Creo que eso fue bien. Nos permitía sopesar cosas, reflexionar y ver hacia dónde íbamos. Comenzamos el montaje. Hablábamos durante horas para saber adónde ir y cómo. Me he granjeado un costado más ‘improvisador’. "Probemos y veamos si funciona". Agnès, por otro lado, pensaba la secuencia entera y unos pocos planos concretos. Eso reforzó la dinámica de nuestra codirección.
AV: Hay un salto de varias generaciones entre nosotros. De hecho, no pensamos en absoluto en eso, por más que tú subas las escaleras ¡más rápidamente que yo! Éramos modelos para el otro. Así lo sentía porque al filmar el modo en que trabajas, cómo subes los andamios, logramos también un retrato tuyo y de tu trabajo. Y a ti también te interesaban mis ojos vacilantes.
JR: Así es; tratamos de mostrar lo que les ocurre a tus ojos. Quería ver por ti, mejor que tú, que ves borroso… particularmente de lejos. Fotografié de muy cerca tus ojos, y los mostré desde lejos. ¡Y también los dedos de tus pies!
AV: Oh sí, los dedos de los pies. Tus ideas me divertían. Siempre bromeabas; pero también está el modo en que inventabas imágenes de nuestra amistad. Es verdad, compartíamos el deseo de explorar lugares y rostros.
JR: Me gusta hablar de algo que parece importante. Todo aquél que encontramos, nos enseña algo. Y viceversa.
AV: Cuando le hablamos al mecánico sobre los chivos sin cuernos, dijo: ‘¡Oh, qué extraño! He aprendido algo nuevo. Lo comentaré a la gente."
JR: De una persona a otra, de una idea a la siguiente. De hecho, la película es un collage.


Todo el film es un collage. Con JR pegando fotos gigantes en los muros, y Agnès realizando un collage cinematográfico, con rimas y acertijos visuales.
AV: Me gusta la idea de que el proceso de montaje es como una composición, un collage con juegos de palabras e imágenes que arraigan, así no tenemos que decir "capítulo 1, capítulo 2". A veces visualizaba la composición como una serie de palabras que riman (en francés), como caras (visages), pueblos (villages), collages, compartir (partage)...

Y orillas (rivages). Háblenos sobre el fortín, ese búnker en la playa.
JR: A menudo voy a Normandía para ir en motocicleta por la playa; y descubrí un lugar en el que un fortín alemán de cuando la guerra había caído acantilado abajo y había quedado clavado tal cual en medio de la playa. Se lo dije a Agnès, pero no mostró gran interés. Y un día le dije el nombre del pueblo y hubo un click. Me dijo: ‘Un momento, conozco Saint- Aubin-Sur-Mer, fui allí con Guy Bourdin en los años cincuenta. La llevé allí, y ella me llevó a la casa cercana de Guy Bourdin. Me mostró las fotos que tomó de él entonces. Anduvimos juntos por la playa y dijo: ‘¿Por qué no ponerlo aquí?’ El enganchado fue extenuante porque teníamos que ser rápidos. El fortín es enorme y la marea estaba viniendo.
AV: Tomé esa foto de Guy Bourdin sentado con las piernas estiradas, pero tu idea era pegarlo recostado, y convertir el búnker de guerra en una cuna que arrulla a un joven. Me conmoví mucho por cómo se transformó el significado de la foto, y por lo que brevemente devino. Entonces, vino la marea y se lo llevó todo. 

La experiencia de esa foto en concreto al final de esa secuencia en particular me alcanza como la ilustración perfecta de su proyecto: el modo en que tuvo lugar, cómo se desarrolló y cómo desapareció.
JR: La película comunica eso, junto con nuestra amistad que creció a lo largo de esas experiencias. Lo que estaba pasándote en los ojos hizo mella en mí. Me alteró, y también se convirtió en el tema de la película.
AV: Eso es ir un tanto lejos, pero es cierto que "los ojos y la mirada" son importantes en tu trabajo y en la película. Ves con claridad, lo que ayuda a mis ojos vacilantes y, paradójicamente, tus ojos siempre se ocultan tras gafas de sol. Nos sorprendemos mutuamente.
AV: Espero de verdad que sorprendamos al público con nuestra relación y con las sorprendentes historias personales que hemos recopilado. Jamás olvidaré algunas de las cosas que dijo la gente.


El final de la película me sorprendió.
AV: Es una sorpresa que experimentamos, una que no deseo comentar.
JR: Una vez en el tren, no sabía adónde me llevaba Agnès. Ése era el juego. Entonces, dejamos de jugar y todo se hizo real, una aventura. Y miramos al lago Leman...
AV: ... con sus aguas apacibles (es cierto), y ahí es donde dejamos la película.
(Fuente del texto de la entrevista: Dossier de prensa-A Contracorriente Films en Image.net, con la entrevista de Olivier Pére-crítico cinematográfico de Arte France- a los directores)



TRAILER:



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