lunes, 26 de febrero de 2018

FOXTROT ( 2017 )


CONTINUO DOLOR


PAÍSES: Israel-Alemania-Francia ( 2017 )
DIRECCIÓN: Samuel Maoz
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 23 de Mayo de 1962, Herzliya ( Israel )
INTÉRPRETES: Lior Ashkenazi, Sarah Adler, Yonaton Shiray, Shira Haas, Rami Buzaglo, Aryeh Cherner, Yehuda Almagor, Yael Eisenberg,
GUIONISTA: Samuel Maoz
FOTOGRAFÍA: Giora Bejach
MÚSICA: Ophir Leibovitch, Amit Poznansky
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Spiro Films, Pola Pandora Filmproduktions GmbH, A.S.A.P. Films, KNM , Bord Cadre Films, Arte France Cinema, ZDF/arte
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Wanda Films
DURACIÓN: 113 minutos
PREMIOS: 16 Premios, incluyendo 3 en el festival de Venecia de 2017 y uno en los National Board of Review de 2017



SINOPSIS:
Michael ve cómo crece su rabia ante las excesivas muestras de luto de sus familiares y las palabras bienintencionadas de los burócratas del ejército.
Su mujer, sedada, descansa. Mientras tanto, Michael se sumerge en una espiral de ira para experimentar uno de esos giros insondables de la vida, a la altura de las surrealistas experiencias de su hijo mientras realizaba su servicio militar.
 ( Fuente sinopsis e imágenes: Wanda Visión )
 ( Fuente cartel: Sensacine )
 ( Fuentes información de las películas: Filmaffinity, IMDb )


CRÍTICA:
El director israelí Samuel Maoz nos presenta su segunda película, un drama cuyo punto de partida es el anuncio de unos funcionarios del ejército a un matrimonio de que su hijo ha fallecido mientras prestaba servicio. La película obtuvo el gran premio del Jurado en el último Festival de cine de Venecia. En su debut también trataba en mundo de la guerra, “Lebanon” en la cual un grupo de soldados pasaban 24 horas dentro de un tanque en plena guerra del Líbano
La verdad que es que hay lugares en el mundo donde uno tiene las mismas posibilidades de que le maten a propósito o por error. Ese lugar en Israel, donde el conflicto armado es constante. La experiencia del propio director que fue militar se nota en todo momento.
La cinta se divide claramente en tres partes. La primera en la cual los padres tienen que asumir la noticia de la muerte de su hijo, resultan impresionantes las imágenes de dolor de los progenitores, casi agónicas que se extienden en la piel de miles de familias del Estado israelí.



En la segunda parte el director nos lleva a la zona norte, en la frontera, donde el hijo junto con otros compañeros está al cargo de un puesto de control y su labor es inspeccionar los vehículos que cruzan la zona revisando las tarjetas de identificación. Viven en una caravana contenedor y su vida es monótona y aburrida. Las imágenes que nos muestra el director acaban por hipnotizar al espectador. Cualquier movimiento les pone nerviosos y disparan casi sin preguntar.
Y en la tercera parte el director vuelve a mostrarnos el claustrofóbico apartamento de los padres, e intenta conmover mostrando la gestión de pena de los padres y los problemas psicológicos que han ido pasando.
Desde la escena inicial te engancha, esta maravillosamente dirigida y las actuaciones de todo el elenco de actores es impresionante. En muchos tramos sobran las palabras y solo con las imágenes y el movimiento de cámara hacen de la película una pequeña obra maestra.
Puntuación: 7.5/10



LO MEJOR: La maravillosa dirección y las actuaciones.
LO PEOR: No es para todo tipo de espectadores.
( Crítica escrita por Christopher Laso )

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Guillermo Navarro en Habladecine

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Miguel Martín en Último Cero

Jorge Aceña en Esencia Cine

Laura Zurita en Cine de Patio


PODCASTS:




 


DÍAS DE CINE:
COMENTARIOS DEL DIRECTOR:
Einstein dijo que la coincidencia es la manera que tiene Dios de permanecer anónimo. Foxtrot es un baile de un hombre con su destino. Es una parábola filosófica que intenta deconstruir ese difuso concepto llamado ‚destino‘ a través de una historia sobre un padre y un hijo. Están lejos uno del otro, pero a pesar de la distancia y la separación, intercambian sus destinos y a partir de entonces, ya nunca serán los mismos. He querido abordar la brecha que existe entre las cosas que controlamos y las que están fuera de nuestro control. 
Quise que mi historia tuviera el formato de una tragedia griega clásica en la que el héroe crea su propio castigo y lucha contra cualquier persona que intenta salvarlo. Es evidente que no sabe cuál será el resultado de sus actos. 
Por el contrario, está haciendo algo que parece correcto y lógico. Y esa es la diferencia entre una coincidencia casual y una coincidencia que parece una confabulación del destino. El caos se ha instalado. El castigo corresponde al pecado en su forma exacta. Hay algo clásico y circular en este proceso. Sin olvidar ese toque de ironía que siempre viene asociada con el destino. La estructura de una tragedia griega en tres actos me pareció una plataforma dramática perfecta para hacer realidad mi idea. 
Quería contar una historia que pudiera ajustarse a la insólita realidad en la que todos vivimos. Una historia que transmitiera un mensaje tanto local como universal. Una historia sobre dos generaciones: la segunda generación de supervivientes del Holocausto y la tercera generación. Y cada una de ellas sufrió un trauma durante su servicio militar. Se nos impuso una parte de esta interminable situación traumática y parte de ella hubiera podido evitarse. 


Un drama sobre una familia que se separa y vuelve a reunirse. Un conflicto entre amor y culpa; un amor que debe enfrentarse a un dolor emocional extremo. Y como en mi anterior película, Lebanon, he querido seguir investigando una dinámica humana que se desarrolla en una unidad cerrada, pero con un enfoque que combina crítica y compasión. 
La película tiene un plano en el que se ve la pantalla de un ordenador portátil con un aviso de duelo y junto a él un bol con naranjas. Este fotograma es la historia de mi país en cuatro palabras: naranjas y soldados muertos.
Cuando mi hija mayor iba al instituto nunca se despertaba a tiempo y para no llegar tarde me pedía que llamara a un taxi. Este hábito nos estaba costando mucho dinero y me parecía una prueba de mala educación. Una mañana me enfadé y le dije que cogiera el autobús como hace todo el mundo. Y si por eso llegaba tarde, pues llegaría tarde. Así aprendería a levantarse a tiempo. Su autobús era la línea 5. 
Media hora después de que se fuera vi en una página web que un terrorista se había inmolado en la línea 5 causando la muerte de decenas de personas. La llamé al móvil pero la línea estaba sobrecargada debido al atentado. Media hora después volvió a casa. Había llegado tarde y no cogió el autobús que había explotado. Vio cómo se alejaba de la parada y cogió el siguiente. Así que me siento muy afortunado de tener hijas.
 ( Fuente del texto: Pressbook-Wanda Visión )


TRAILER:

( CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO )


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