LA COMPLEJA RELACIÓN DE ANA Y TOMA
DIRECCIÓN: Cãlin Peter Netzer
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 1 de Mayo de 1975, Petrosani ( Rumanía )
INTÉRPRETES: Mircea Postelnicu, Diana Cavallioti, Carmen Tanase, Vasile Muraru, Adrian Titieni, Tania Popa, Igor Caras-Romanov, Ionut Caras, Ioana Flora, Vlad Ivanov, Elena Voineag, Razvan Vasilescu, Irina Noaptes, Meda Andreea Victor, Iulia Lumânare, Anghel Damian
GUIONISTAS: Călin Peter Netzer, Cezar Paul Bădescu, Iulia Lumânare
BASADA EN: La novela " Luminita, mon amour " escrita por Cezar Paul-Bădescu en 2006
FOTOGRAFÍA: Andrei Butică
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Parada Film, Augenschein Filmproduktion, Sophie Dulac Productions
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Golem Distribución
DURACIÓN: 127 minutos
PREMIOS: 1 premio y 3 nominaciones, incluyendo un premio en el festival de Berlín de 2017
SINOPSIS:
Toma y Ana se conocen en la universidad, se enamoran y se casan. Ana tiene un pasado complicado y padece graves ataques de pánico. La debilidad de Ana parece dar fuerzas a Toma, quien aparenta ser el que controla la relación, pero en realidad, únicamente está gravitando en torno a una mujer a la que no puede comprender. Cuando Ana vence sus miedos y logra triunfar, Toma permanece aislado, intentando comprender el torbellino que ha sido su vida con ella.
( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Image.net-Golem Distribución )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, IMDb, wikipedia )
CRÍTICA:
El cuarto largometraje dirigido por Cãlin Peter Netzer es un drama romántico nada sencillo y no apta para todo tipo de público, por ser de ritmo pausado, su larga duración y los saltos temporales.
Estamos ante otra película rumana estrenada en nuestro país, aunque en este caso es una coproducción europea de Rumanía, Alemania y Francia, pero estos dos últimos países han aportado una parte minoritaria del presupuesto en una película que se puede considerar rumana por la temática, manera de contar la historia, y los miembros del reparto y equipo técnico responsables de la película.
" Madre e hijo ( 2013 ) ", el anterior trabajo del director, estrenado en nuestro país hace 3 años, me gustó bastante y me pareció un drama notable e intenso, diferente a lo habitual por su estética y temática. En la actualidad hay tres países europeos, Rumanía, Islandia y Georgia, cuyo cine está de moda dentro de los círculos de los festivales y en los circuitos del cine más independiente. En el caso del cine procedente de ese país del Este de Europa hay unos cuantos directores cuyo nombre atrae bastante público a las salas, en especial Cristian Mungiu, sobre todo después de ser el responsable de esa obra maestra titulada " 4 semanas, 3 meses y dos días ( 2007 ) ".
La película se presentó en la sección oficial del pasado festival de Berlín, en donde obtuvo el León de plata a la mejor contribución artística, en este caso por el montaje tan complejo de Dana Bunescu. Está basada en el libro " Luminita, mon amour " escrito por Cezar Paul-Bădescu hace 11 años, y nos cuenta las diferentes etapas de la relación de Pana y Toma, desde que se conocen cuando él se encuentra estudiando en la Universidad y ella tenía problemas mentales hasta los cambios en la vida profesional y personal de ambos lo que afecta a su relación de pareja. Esa evolución y las situaciones planteadas reflejan muy bien la vida de una pareja perteneciente a una clase social media-baja en la sociedad moderna, y se puede extrapolar a la de cualquier ciudadano de esa generación que vive en un país como Rumanía en el siglo XXI.
A nivel personal he conectado con la película desde el primer momento y he sufrido con varias escenas de gran carga dramática, con un guión que aporta los elementos necesarios para lograr que el espectador se vaya haciendo su composición de los momentos clave en la vida de esas dos personas, sin necesidad de que un cartel explicativo nos muestre el paso del tiempo o en que año nos encontramos. Hay que estar muy atento para no perderse, ya que hay bastantes saltos temporales, casi siempre hacia adelante, aunque en la parte final vuelve hacia atrás para mostrar detalles que fueron omitidos y que en ese momento pueden servir para comprender mejor algunas actitudes, que si se hubieran presentado de manera lineal en la parte inicial. Esa manera de narrar una historia me parece bien, pero creo que en este caso no era necesario forzar tanto ese montaje tan complejo con los saltos temporales, ya que el guión y las interpretaciones de calidad son suficientes para no necesitar algo diferente y más arriesgado.
Otro de los aciertos es su fotografía opresiva y cercana a los personajes, que provoca más angustia en varias escenas, y esa manera de rodar es típica de la cinematografía de ese país, y un claro ejemplo es " Sieranevada ( 2016 ) ", estrenada hace un mes y que también emplea esas imágenes cercanas a los personajes. La obsesión de ese cine del centro de Europa de retratar situaciones cotidianas, aunque siempre buscando llevarlas al extremo para provocar las reacciones dramáticas de los personajes, es un cine social que me interesa siempre que conecte con los problemas e inquietudes de esos personajes. La película me recordó en muchos momentos a " Mi amor ( 2015 ) ", la película protagonizada por Emanuelle Bercort y Vinecnt Cassel, estrenada en España hace un año.
El trabajo interpretativo de los dos protagonistas es de calidad, destacando sobre todo el de la actriz Diana Cavallioti, ya que tiene un cambio de registro desde la primera mitad a la segunda.
Mircea Postelnicu lo hace bastante bien en el papel de Toma, el joven que parece bastante seguro de sí mismo cuando le conocemos, pero que en el fondo se deja llevar por sus sentimientos y termina a merced de la mujer de la que se enamora. Ellos son los dos grandes protagonistas de la historia, y están presentes en casi todas las escenas, con situaciones de pasión y otras más duras en la consulta del médico o durante las reuniones familiares. El resto del reparto cumple, teniendo algún momento importante, sobre todo la familia de ambos cuando está empezando la relación.
La película no es fácil de recomendar, pero los aficionados a esas historias dramáticas familiares narradas a ritmo pausado pueden salir destrozados con esta película lo que significa que han sufrido con la vida de estos dos jóvenes y seguro que cuando pasen los días todavía recordarán varias situaciones, que al menos en mi caso todavía no se van de mi mente, lo que me sucede pocas veces.
LO MEJOR: El guión y la fotografía.
LO PEOR: El montaje.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario
Rafael Nieto en Cinema Nostrum
Miguel Martin en Nos Hacemos un cine en Orión
PODCAST:
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Ha viajado mucho. Nació en Rumanía, vivió en Alemania, volvió a Rumanía... ¿ Se considera rumano, europeo o ambas cosas ?
Creo que soy europeo. Fue difícil porque dejé Rumanía cuando tenía 7 años, en 1983. Mi padre huía del régimen comunista. Era médico, asistió a un congreso y no regresó. Fue en 1981. Al cabo de dos años, mi madre y yo llegamos a Alemania, después de haber conseguido los papeles. Regresé a Rumanía para estudiar Cine cuando acabé el instituto en 1994. Reconozco que no me sentía cómodo en Alemania. Fue un poco traumático porque salí de Rumanía siendo muy pequeño. Volver a Rumanía fue una buena solución, no quería ir a estudiar a Berlín o a Múnich. Fui tenista profesional hasta los 18 años, pero no tenía futuro, no estaba hecho para aquello. Tenía que estudiar algo. Me gustaba mucho ir al cine. Siempre que podía, me escapaba a ver películas. Mis amigos me animaron a seguir ese camino. Me enteré de que podía regresar a Rumanía, lo hice y me quedé.
¿ Cuándo supo que quería ser cineasta ? ¿ Cómo llegó el cine a su vida ?
Ir a estudiar Cine fue toda una aventura. No tenía ni idea de lo que me esperaba. No soy de esos realizadores que empiezan a jugar con una cámara a los diez años. No me sentía integrado en Alemania, necesitaba irme, ver más cosas. Me gustaba el cine porque era otro mundo, pero nunca pensé en hacer cine. Mis padres se dieron cuenta de que me gustaba. Al principio pensé que era una broma, pero poco a poco empecé a decirme: "¿Y por qué no? ¿Qué tal si lo intento?" Digo que fue una aventura porque no estaba en absoluto preparado para ingresar en una escuela de cine a los 18 o 19 años. Pero no se me debió dar muy mal, sabía contar historias. Al volver a Rumanía, seguía siendo un emigrante. En Alemania era rumano y en Rumanía, alemán. Pero todo fue bien, hice películas, me dieron premios... Estudié con Christian Mungiu, entre otros.
¿ Considera que hay un cine europeo o únicamente cines "nacionales" ?
Creo que se influyen mutuamente. Hay un cine europeo, existe un lenguaje europeo en el cine. Es como el cine estadounidense, hay un cine hollywoodienses, un cine para el gran público, y un cine independiente, igual que en Europa. En Francia se ruedan películas comerciales. Y casi todas ganan dinero en el país que las produce, es parte del sistema económico.
¿Cree que existen temas propios del cine europeo? Un gran número de cineastas, entre ellos Kaurismaki, que también obtuvo un premio en Berlín, tratan el tema de la emigración.
O Happy End, la nueva película de Michael Haneke. Sí, creo que hay tendencias. Por ejemplo, después de la caída del comunismo, el tema no interesaba. La primera película que realmente lo tocó fue la alemana La vida de los otros, ganadora del Oscar 2006. Luego, Christian Mungiu también hizo un largometraje que transcurría en la época comunista. Hay fenómenos de moda, ciclos. Temas que no funcionan hoy en día volverán a estar de moda en algunos años.
Sí, en la medida en que les impliqué en el proceso creativo, como en Madre e hijo. Era un tema emocionalmente muy personal, pero quise ser lo más objetivo posible. Pasa lo mismo con ANA, MON AMOUR. No es la adaptación de la novela, digamos que está inspirada en la novela. Hablando con Cezar Badescu me di cuenta de que la pareja, sacada de la realidad, funcionaba como una terapia para él. A medida que escribíamos el guion sentí que en él todo era subjetividad. En cierto modo, me había convertido en su psicólogo. Entonces entendí que no podía contarse la historia desde su perspectiva; había cosas verdaderas, pero otras se habían modificado, matizado, durante la narración.
Ya que no era una verdadera adaptación, ¿ cómo trabajaron el guion ?
Desde el principio supe que no podía narrarse cronológicamente. La historia transcurre durante un periodo de diez años, casi podría ser una serie de televisión. Decidí escribir el guion desde el punto de vista del paciente que sigue una terapia. Eso me permitía ir y venir en el tiempo sin tener que dar explicaciones. Es el proceso mismo del psicoanálisis: decir todo lo que le pasa a uno por la cabeza.
¿ Filmó cronológicamente o siguiendo el orden del guion ? ¿ Cómo trabajaron los actores con un guion semejante ?
Hemos rodado según las situaciones y la disponibilidad de todos. Era un guion muy complicado para los dos protagonistas, que debían ser jóvenes, de veinte y pico años, pero también aparentar treinta y pocos en algunos momentos. Tardamos mucho en encontrarlos. Incluso empecé a ensayar con otros actores. La primera actriz se fue al cabo de seis meses, era demasiado duro para ella. Fue un auténtico reto para los intérpretes ya que no sabían nada de psicología y tuvieron que documentarse. Trabajamos mucho antes de empezar a rodar. También realizamos bastantes cambios en el guion, sobre todo en los diálogos porque era difícil conseguir cierta naturalidad.
Andrei Butica, el director de fotografía, también rodó Madre e hijo. ¿ Le dio las mismas indicaciones en esta película ? El trabajo de la imagen es muy específico, ¿ quiso guardar ese aspecto un poco documental ?
Sí, ANA, MON AMOUR también se rodó cámara en mano, pero la fotografía es menos brutal que en Madre e hijo. Hay muchos primeros planos por la necesidad de buscar realismo, para estar más cerca de los dos personajes. En esta película se comparte la intimidad de la pareja. Es diferente de la anterior, pero tiene algo de documental. Rodamos con dos cámaras por dos razones. La primera es que una película cuesta muy caro. Cada día de rodaje en Rumanía sale entre 20.000 y 30.000 euros. Si se rueda al estilo clásico europeo, se cambian las luces entre las tomas. Pero prefiero trabajar con los actores, tener más libertad, aunque se pierda algo estéticamente hablando. Si hiciera películas en la época de Fellini, podría rodar la mitad de un año sin problemas.
Haría otra cosa. Pero aquí tenemos la presión económica. Y en segundo lugar, rodamos en digital porque se tiene más libertad con los actores.
El pasado enero hubo importantes manifestaciones contra la corrupción en Rumanía. Su película Madre e hijo hablaba del tema, como lo hace el largometraje Los exámenes, de Christian Mungiu. ¿ Cree que su cine, o el cine en general, tiene un papel político ?
Creo que es un pretexto. En Madre e hijo, se retrata a la clase alta contra la clase popular. Me parece que la película toca un tema más universal. Pero si lo que ocurre en Rumanía pasase en Francia, en Estados Unidos o en Alemania, aunque fuera en menor grado, sería un auténtico escándalo.
Por cierto, el título internacional de la película es ANA, MON AMOUR, ¿ por qué ?
El título de la novela hace referencia a "Luminiţa", pero cuesta mucho pronunciarlo. Los productores pensaron que ANA, MON AMOUR es un título más universal, que vende mejor y no necesita traducción a ningún idioma.
Toma y Ana se conocen en la universidad, se enamoran y se casan. Ana tiene un pasado complicado y padece graves ataques de pánico. La debilidad de Ana parece dar fuerzas a Toma, quien aparenta ser el que controla la relación, pero en realidad, únicamente está gravitando en torno a una mujer a la que no puede comprender. Cuando Ana vence sus miedos y logra triunfar, Toma permanece aislado, intentando comprender el torbellino que ha sido su vida con ella.
( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Image.net-Golem Distribución )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, IMDb, wikipedia )
CRÍTICA:
El cuarto largometraje dirigido por Cãlin Peter Netzer es un drama romántico nada sencillo y no apta para todo tipo de público, por ser de ritmo pausado, su larga duración y los saltos temporales.
Estamos ante otra película rumana estrenada en nuestro país, aunque en este caso es una coproducción europea de Rumanía, Alemania y Francia, pero estos dos últimos países han aportado una parte minoritaria del presupuesto en una película que se puede considerar rumana por la temática, manera de contar la historia, y los miembros del reparto y equipo técnico responsables de la película.
" Madre e hijo ( 2013 ) ", el anterior trabajo del director, estrenado en nuestro país hace 3 años, me gustó bastante y me pareció un drama notable e intenso, diferente a lo habitual por su estética y temática. En la actualidad hay tres países europeos, Rumanía, Islandia y Georgia, cuyo cine está de moda dentro de los círculos de los festivales y en los circuitos del cine más independiente. En el caso del cine procedente de ese país del Este de Europa hay unos cuantos directores cuyo nombre atrae bastante público a las salas, en especial Cristian Mungiu, sobre todo después de ser el responsable de esa obra maestra titulada " 4 semanas, 3 meses y dos días ( 2007 ) ".
La película se presentó en la sección oficial del pasado festival de Berlín, en donde obtuvo el León de plata a la mejor contribución artística, en este caso por el montaje tan complejo de Dana Bunescu. Está basada en el libro " Luminita, mon amour " escrito por Cezar Paul-Bădescu hace 11 años, y nos cuenta las diferentes etapas de la relación de Pana y Toma, desde que se conocen cuando él se encuentra estudiando en la Universidad y ella tenía problemas mentales hasta los cambios en la vida profesional y personal de ambos lo que afecta a su relación de pareja. Esa evolución y las situaciones planteadas reflejan muy bien la vida de una pareja perteneciente a una clase social media-baja en la sociedad moderna, y se puede extrapolar a la de cualquier ciudadano de esa generación que vive en un país como Rumanía en el siglo XXI.
A nivel personal he conectado con la película desde el primer momento y he sufrido con varias escenas de gran carga dramática, con un guión que aporta los elementos necesarios para lograr que el espectador se vaya haciendo su composición de los momentos clave en la vida de esas dos personas, sin necesidad de que un cartel explicativo nos muestre el paso del tiempo o en que año nos encontramos. Hay que estar muy atento para no perderse, ya que hay bastantes saltos temporales, casi siempre hacia adelante, aunque en la parte final vuelve hacia atrás para mostrar detalles que fueron omitidos y que en ese momento pueden servir para comprender mejor algunas actitudes, que si se hubieran presentado de manera lineal en la parte inicial. Esa manera de narrar una historia me parece bien, pero creo que en este caso no era necesario forzar tanto ese montaje tan complejo con los saltos temporales, ya que el guión y las interpretaciones de calidad son suficientes para no necesitar algo diferente y más arriesgado.
Otro de los aciertos es su fotografía opresiva y cercana a los personajes, que provoca más angustia en varias escenas, y esa manera de rodar es típica de la cinematografía de ese país, y un claro ejemplo es " Sieranevada ( 2016 ) ", estrenada hace un mes y que también emplea esas imágenes cercanas a los personajes. La obsesión de ese cine del centro de Europa de retratar situaciones cotidianas, aunque siempre buscando llevarlas al extremo para provocar las reacciones dramáticas de los personajes, es un cine social que me interesa siempre que conecte con los problemas e inquietudes de esos personajes. La película me recordó en muchos momentos a " Mi amor ( 2015 ) ", la película protagonizada por Emanuelle Bercort y Vinecnt Cassel, estrenada en España hace un año.
El trabajo interpretativo de los dos protagonistas es de calidad, destacando sobre todo el de la actriz Diana Cavallioti, ya que tiene un cambio de registro desde la primera mitad a la segunda.
Mircea Postelnicu lo hace bastante bien en el papel de Toma, el joven que parece bastante seguro de sí mismo cuando le conocemos, pero que en el fondo se deja llevar por sus sentimientos y termina a merced de la mujer de la que se enamora. Ellos son los dos grandes protagonistas de la historia, y están presentes en casi todas las escenas, con situaciones de pasión y otras más duras en la consulta del médico o durante las reuniones familiares. El resto del reparto cumple, teniendo algún momento importante, sobre todo la familia de ambos cuando está empezando la relación.
La película no es fácil de recomendar, pero los aficionados a esas historias dramáticas familiares narradas a ritmo pausado pueden salir destrozados con esta película lo que significa que han sufrido con la vida de estos dos jóvenes y seguro que cuando pasen los días todavía recordarán varias situaciones, que al menos en mi caso todavía no se van de mi mente, lo que me sucede pocas veces.
LO MEJOR: El guión y la fotografía.
LO PEOR: El montaje.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Rafael Nieto en Cinema Nostrum
Miguel Martin en Nos Hacemos un cine en Orión
PODCAST:
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Ha viajado mucho. Nació en Rumanía, vivió en Alemania, volvió a Rumanía... ¿ Se considera rumano, europeo o ambas cosas ?
Creo que soy europeo. Fue difícil porque dejé Rumanía cuando tenía 7 años, en 1983. Mi padre huía del régimen comunista. Era médico, asistió a un congreso y no regresó. Fue en 1981. Al cabo de dos años, mi madre y yo llegamos a Alemania, después de haber conseguido los papeles. Regresé a Rumanía para estudiar Cine cuando acabé el instituto en 1994. Reconozco que no me sentía cómodo en Alemania. Fue un poco traumático porque salí de Rumanía siendo muy pequeño. Volver a Rumanía fue una buena solución, no quería ir a estudiar a Berlín o a Múnich. Fui tenista profesional hasta los 18 años, pero no tenía futuro, no estaba hecho para aquello. Tenía que estudiar algo. Me gustaba mucho ir al cine. Siempre que podía, me escapaba a ver películas. Mis amigos me animaron a seguir ese camino. Me enteré de que podía regresar a Rumanía, lo hice y me quedé.
Ir a estudiar Cine fue toda una aventura. No tenía ni idea de lo que me esperaba. No soy de esos realizadores que empiezan a jugar con una cámara a los diez años. No me sentía integrado en Alemania, necesitaba irme, ver más cosas. Me gustaba el cine porque era otro mundo, pero nunca pensé en hacer cine. Mis padres se dieron cuenta de que me gustaba. Al principio pensé que era una broma, pero poco a poco empecé a decirme: "¿Y por qué no? ¿Qué tal si lo intento?" Digo que fue una aventura porque no estaba en absoluto preparado para ingresar en una escuela de cine a los 18 o 19 años. Pero no se me debió dar muy mal, sabía contar historias. Al volver a Rumanía, seguía siendo un emigrante. En Alemania era rumano y en Rumanía, alemán. Pero todo fue bien, hice películas, me dieron premios... Estudié con Christian Mungiu, entre otros.
Creo que se influyen mutuamente. Hay un cine europeo, existe un lenguaje europeo en el cine. Es como el cine estadounidense, hay un cine hollywoodienses, un cine para el gran público, y un cine independiente, igual que en Europa. En Francia se ruedan películas comerciales. Y casi todas ganan dinero en el país que las produce, es parte del sistema económico.
O Happy End, la nueva película de Michael Haneke. Sí, creo que hay tendencias. Por ejemplo, después de la caída del comunismo, el tema no interesaba. La primera película que realmente lo tocó fue la alemana La vida de los otros, ganadora del Oscar 2006. Luego, Christian Mungiu también hizo un largometraje que transcurría en la época comunista. Hay fenómenos de moda, ciclos. Temas que no funcionan hoy en día volverán a estar de moda en algunos años.
En una entrevista realizada para Madre e hijo ( 2013 ) dijo que, como realizador, le gustaba controlar todos los aspectos de la película y que había integrado el equipo al proceso creativo. ¿ Cómo trabajó en ANA, MON AMOUR ?
Del mismo modo. La película se inspira en una novela, Luminiţa, mon amour, de Cezar Paul Badescu, que leí en 2010 cuando estaba trabajando en Madre e hijo. Quería rodar una historia de amor en torno a la dependencia. La película habla de por qué una pareja sigue junta, aunque vista desde el exterior todo indica que deben separarse. Busqué una explicación que va más allá de los personajes. Para mí es psicoanalítico, ¿cuáles son las causas? Esto era lo que yo consideraba importante de la película.
Como realizador, ¿ cree que debe ser muy estricto respetando su visión artística o el equipo puede influir en el proceso creativo ? Más concretamente, ¿ habló del proyecto con el director de fotografía, el montador o alguien más ?Del mismo modo. La película se inspira en una novela, Luminiţa, mon amour, de Cezar Paul Badescu, que leí en 2010 cuando estaba trabajando en Madre e hijo. Quería rodar una historia de amor en torno a la dependencia. La película habla de por qué una pareja sigue junta, aunque vista desde el exterior todo indica que deben separarse. Busqué una explicación que va más allá de los personajes. Para mí es psicoanalítico, ¿cuáles son las causas? Esto era lo que yo consideraba importante de la película.
Sí, en la medida en que les impliqué en el proceso creativo, como en Madre e hijo. Era un tema emocionalmente muy personal, pero quise ser lo más objetivo posible. Pasa lo mismo con ANA, MON AMOUR. No es la adaptación de la novela, digamos que está inspirada en la novela. Hablando con Cezar Badescu me di cuenta de que la pareja, sacada de la realidad, funcionaba como una terapia para él. A medida que escribíamos el guion sentí que en él todo era subjetividad. En cierto modo, me había convertido en su psicólogo. Entonces entendí que no podía contarse la historia desde su perspectiva; había cosas verdaderas, pero otras se habían modificado, matizado, durante la narración.
Desde el principio supe que no podía narrarse cronológicamente. La historia transcurre durante un periodo de diez años, casi podría ser una serie de televisión. Decidí escribir el guion desde el punto de vista del paciente que sigue una terapia. Eso me permitía ir y venir en el tiempo sin tener que dar explicaciones. Es el proceso mismo del psicoanálisis: decir todo lo que le pasa a uno por la cabeza.
Hemos rodado según las situaciones y la disponibilidad de todos. Era un guion muy complicado para los dos protagonistas, que debían ser jóvenes, de veinte y pico años, pero también aparentar treinta y pocos en algunos momentos. Tardamos mucho en encontrarlos. Incluso empecé a ensayar con otros actores. La primera actriz se fue al cabo de seis meses, era demasiado duro para ella. Fue un auténtico reto para los intérpretes ya que no sabían nada de psicología y tuvieron que documentarse. Trabajamos mucho antes de empezar a rodar. También realizamos bastantes cambios en el guion, sobre todo en los diálogos porque era difícil conseguir cierta naturalidad.
Sí, ANA, MON AMOUR también se rodó cámara en mano, pero la fotografía es menos brutal que en Madre e hijo. Hay muchos primeros planos por la necesidad de buscar realismo, para estar más cerca de los dos personajes. En esta película se comparte la intimidad de la pareja. Es diferente de la anterior, pero tiene algo de documental. Rodamos con dos cámaras por dos razones. La primera es que una película cuesta muy caro. Cada día de rodaje en Rumanía sale entre 20.000 y 30.000 euros. Si se rueda al estilo clásico europeo, se cambian las luces entre las tomas. Pero prefiero trabajar con los actores, tener más libertad, aunque se pierda algo estéticamente hablando. Si hiciera películas en la época de Fellini, podría rodar la mitad de un año sin problemas.
Haría otra cosa. Pero aquí tenemos la presión económica. Y en segundo lugar, rodamos en digital porque se tiene más libertad con los actores.
Creo que es un pretexto. En Madre e hijo, se retrata a la clase alta contra la clase popular. Me parece que la película toca un tema más universal. Pero si lo que ocurre en Rumanía pasase en Francia, en Estados Unidos o en Alemania, aunque fuera en menor grado, sería un auténtico escándalo.
El título de la novela hace referencia a "Luminiţa", pero cuesta mucho pronunciarlo. Los productores pensaron que ANA, MON AMOUR es un título más universal, que vende mejor y no necesita traducción a ningún idioma.
( Fuente texto de entrevista: Golem Distribución, realizada por Lucas Nunes de Carvalho el 19 de
junio de 2017 )
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