miércoles, 9 de enero de 2019

RAZZIA ( 2017 )


CASABLANCA EN TODO SU ESPLENDOR


PAÍSES: Francia-Marruecos-Bélgica ( 2017 )
DIRECCIÓN: Nabil Ayouch
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 1 de Abril de 1969, París ( Francia )
INTÉRPRETES: Maryam Touzani, Arieh Worthalter, Abdelilah Rachid, Dounia Binebine, Amine Ennaji, Abdallah Didane, Mohamed Zarrouk, Nezha Tebbaai, Saâdia Ladib, Maha Boukhari, Younes Bouab
GUIONISTAS: Nabil Ayouch y Maryam Touzani
FOTOGRAFÍA: Virginie Surdej
MÚSICA: Guillaume Poncelat
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Unité de production, Les films du nouveau monde, France 3 Cinéma, Artemis Productions, Ali n' Productions
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Pirámide Films
DURACIÓN: 119 minutos



SINOPSIS:
Casablanca, vibrante y áspera, atractiva pero implacable.
Entre el pasado y el presente cuatro seres en busca de la verdad, treinta años después de que un apasionado maestro en las montañas del Atlas fuera obligado a renunciar a su idioma y a la enseñanza de determinadas asignaturas.
Rostros distintos, trayectorias distintas, luchas distintas, pero la misma búsqueda de la libertad: Hakim, joven homosexual que sueña con ser una estrella de rock. Salima, al borde de la resignación, no es sino objeto de sumisión para su marido. Joe, dueño de un restaurante judío, elige vivir en la Casablanca con la que fantasea desdibujando su realidad. Inés, joven y rica, se mueve entre la tradición y la modernidad mientras se ocupa de su despertar sexual…
Y el rugido de la revolución que sube poco a poco, alimentado de los deseos de libertad de miles de personas que no pueden expresar lo que realmente son.

 ( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Pirámide Films )
 ( Fuentes información de la película: Filmaffinity, IMDb, Pirámide Films, Wikipedia )


CRÍTICA:
Uno de los directores más prestigios de Marruecos nos presenta su nuevo trabajo, se trata de Nabil Ayouch, el veterano director que desde su opera prima no ha dejado de tratar la situación sociopolítica marroquí, tratando temas como las desigualdades sociales, el terrorismo, la prostitución y la pobreza. Por todo esto muchas de sus películas directamente han sido prohibidas en su país. Entre sus anteriores trabajos destacan sobre todo “Los caballos de Dios” que gano la espiga de oro en Valladolid y “ Much loved” la cual generó un polémica increíble hasta el punto que su actriz protagonista fue agredida.
La historia transcurre en la ciudad de Casablanca, donde cuatro personas muy distintas entre sí comparten la misma sensación de libertad, persiguen conseguir realizar sus sueños y todo ello en un ambiente infernal, debido a que la ciudad está en los inicios de la primavera árabe y las manifestaciones de los jóvenes son constantes. La historia de estos personajes está muy relacionada con un apasionado profesor que treinta años antes fue obligado a renunciar a su idioma y su forma de dar clase en las montañas de Atlas. Queda claro que el paso del tiempo no ha servido para mucho
.


Entre las historias que vemos aparece Hakim, un joven homosexual que sueña con ser una estrella del rock, pero que tiene que lidiar con un padre muy autoritario. Salima, casada con un hombre que solo quiere tenerla encerrada en casa, como una sumisa. Joe es dueño de un restaurante judío, se tiene que hacerse cargo de su padre enfermo y por último está Inés, una joven que pertenece a la clase adinerada y que poco a poco irá pasando a la edad adulta e irá descubriendo su sexualidad.
Aunque la base es muy interesante, el director no consigue entrelazar las historias y cuesta bastante entrar en la película, su objetivo es querer mostrar la frustración que vive la sociedad actual marroquí. Nos quiere enseñar el retrato de una ciudad donde la insatisfacción y el choque entre modernidad y tradición son constantes. Eso sí la última media hora me parece muy interesante y me deja un sabor de boca bastante agradable.
Puntuación: 6/10



LO MEJOR: La media hora final.
LO PEOR: Cuesta entrar en la historia.

( Crítica escrita por Christopher Laso )

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Christopher Laso en Habladecine

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Pedro de Frutos en Coveralia

Laura Zurita en Cine de Patio



PODCASTS:




NOTA DEL DIRECTOR:
Las grandes revoluciones comienzan con pequeñas revoluciones individuales. Lo que ocurrió en el mundo árabe durante la primavera de 2011 no fue sino el culmen de una serie de frustraciones, humillaciones, ignorancias, retrocesos en los derechos civiles fundamentales. Estos grandes movimientos populares que hicieron tambalearse a los gobiernos estaban formados por seres humanos que habían hecho su revolución interior, íntima, antes de expresar su cólera en las calles. Tenía ganas de acercarme a ellos, de comprender qué es lo que lleva a algunos a resistir y a otros a abdicar.
En Marruecos, donde yo vivo, he visto evolucionar a la sociedad, desde una forma de vida comunitaria hasta la exclusión sectaria de todas aquellas personas que sobresalen, que desbordan el marco. El proceso de arabización iniciado a principios de la década de 1980 es devastador, porque quiso erigir una regla de pensamiento único, expulsando toda forma de crítica. Los diferentes ataques que mis actrices y yo sufrimos después de haber hecho mi película Much Loved me demostraron hasta qué punto, cuando se abordan temas sensibles, la masa puede fácilmente atravesar la frontera y pasar de la escucha a la condena, al anatema y después a la violencia.
Acusé todo esto como un despertar brutal, un desencadenante. Sentí la urgencia de decir y, más que nunca, la de mostrar. Siempre he sentido la necesidad de hablar de lo que nos hace daño y de lo que quisiéramos distanciarnos. Me gusta dar cuerpo a esos personajes a quienes se intenta silenciar e invisibilizar, empujándolos a los márgenes. 
Con Razzia he querido ir aún más lejos y explorar el alma de la mayoría silenciosa, ese ejército de las sombras que no se expresa con fuerza suficiente y que sin embargo tiene derecho a reivindicar su derecho a la existencia. Al hablar de ellos, hablo de nosotros, de nuestras derrotas, de nuestros sueños rotos u olvidados. Hablo de lo que hace que una sociedad siga en pie y apegada a los valores universales o que abandone a los más débiles y se hunda en el totalitarismo. 


Abdallah, Salima, Joe, Hakim e Inès son seres a quienes se ha querido encadenar, domar. Sin embargo, son la materialización de una esperanza, puesto que, cada uno a su manera, encarnan una diferencia y una lucha interior que nos mantiene con vida. Son personas normales, con las que nos cruzamos todos los días en la calle y que, a mis ojos, se vuelven héroes. Como en esos cantos guerreros de Aïta que en la película nos trae Yto, sus gritos son estridentes. Si prestamos atención, escucharemos su soledad, su desgarro, sus contradicciones. Se comunican entre sí sin hablarse, sin ni siquiera conocerse. Se tejen vínculos invisibles, se cruzan trayectorias, algunos bajan la cabeza cuando una de ellas decide alzarla y parir a su hija.
Casablanca es su casa. Casablanca es también mi casa. Esta ciudad es bulliciosa, sucia, opresiva y, sin embargo, cada día me suscita deseo. Tengo la sensación de que es el teatro de toda posibilidad donde, en cualquier momento, podemos ser arrastrados en una dirección u otra. El corazón de la ciudad, sus barrios populares, su Medina, son vibrantes y emocionantes. Desde hace algunos años, Casablanca se esfuerza en abrirse al mar. Hoy la ciudad le tiende los brazos, como si su salud dependiera de ello. Sin embargo, como una paradoja terrible, una mujer ya no puede estar en sus playas en traje de baño. Ese espacio nos ha sido arrebatado por aquellos que han decidido que los cuerpos deben taparse. Retomar lo que es nuestro, recuperar ese espacio público es en sí una reconquista de un territorio mental y físico. Pues ese mar se abre hacia un otro lugar que realmente nos falta, una capacidad de proyectarnos.
Casablanca también es una película, un mito que Maryam Touzani (coguionista) y yo hemos querido deconstruir, reapropiarnos de él a la vez que le rendíamos un homenaje.
Casablanca es, finalmente y sobre todo, ese fragmento de realidad en el que nuestros personajes construyen su propia historia. Esas historias son posibilidades que se quiere aplastar, luchas personales en el seno de una lucha esencial. Esta lucha los engloba y los desborda al mismo tiempo. Acompasa de manera imperceptible el destino de una nación y, a través de su dimensión universalista, el destino de todas las naciones. Unos mundos que no se conocen y que no se aceptan, y una crónica del odio latente, cotidiano, que se construye día a día, mediante gestos en apariencia anodinos pero enormemente significativos, para transformarse en una Razzia colectiva.
 ( Fuente del texto: Pressbook-Pirámide Films )


TRAILER:


( CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO )

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