domingo, 24 de junio de 2018

EL REPOSTERO DE BERLÍN ( 2017 )


COCINAR COMO MEDIDA DE ESCAPE


PAÍSES: Alemania-Israel ( 2017 )
TÍTULO ORIGINAL: The Cakemaker
DIRECCIÓN: Ofir Raul Graizer
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 1981, Ra´anana ( Israel)
INTÉRPRETES: Zohar Shtrauss, Sarah Adler, Tim Kalkhof, Roy Miller,Stephanie Stremler, Tagel Eliyahu, David Koren, Sagi Shemesh, Gal Gonen, Tamir Ben Yehuda, Sandra Sadeh, Eliezer Shimon, Iyad Msalma
GUIONISTA: Ofir Raul Graizer
FOTOGRAFÍA: Omri Aloni
MÚSICA: Dominique Charpentier
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Film Base Berlin, Laila Films
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Karma Films
DURACIÓN: 104 minutos
PREMIOS: 6 Premios, incluyendo uno en Karlovy Vary 2017



SINOPSIS:
Thomas, un talentoso pastelero de Berlín, mantiene un romance con Oren, un joven israelí que visita con frecuencia la ciudad por negocios. Cuando Oren muere en un accidente de tráfico en Israel, Thomas viaja a Jerusalén en busca de respuestas. Bajo una identidad falsa, se cuela en la vida de Anat, la viuda de su amante, que regenta una pequeña cafeteria kosher en el centro de la ciudad. Thomas empieza a trabajar para ella haciendo tartas y otros dulces que devuelven la vida al aburrido local, pero pronto se verá involucrado en la vida de Anat de una manera muy distinta a la prevista, por lo que, para proteger la verdad, tendrá que alargar la mentira hasta un punto de no retorno.
 ( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Karma Films )
 ( Fuentes información de la película: Filmaffinity, Karma Films, IMDb )


CRÍTICA:
Tras su paso por la sección oficial del Festival de cine de Karlovy Vary y su presentación en el Festival de Cine de San Sebastián, nos llega a los cines la opera prima del cineasta alemán Ofir Raul Graizer. Es una historia con tintes autobiográficos que ha recibido también muchos elogios de público y prensa en festivales como el Chicago International Film Festival, el London Filme Festival o el Festival Internacional de cine de Hamburgo.
Nos cuenta la historia de Thomas, un talentoso pastelero de Berlín, que mantiene un romance con Oren, un judío israelí que visita con frecuencia la ciudad por negocios. Cuando de forma repentina desaparece, Thomas no duda en cambiar de vida en busca de respuestas aunque ello conlleve un conflicto con el que pelear. En toda esta lucha interior, la repostería será la perfecta vía de escape.
Este tema ya se llevo al cine hace unos años con la película “Yentl”, aquí se vuelve a tocar temas tan complejos como el judaísmo, la religión, las costumbres atávicas y el machismo. El director alemán toca todos esos temas, pero en su drama también introduce otro ingrediente como es la homosexualidad.



Desde la escena inicial, con una música maravillosa y una puesta en escena exquisita, el espectador se introduce en la historia y la disfruta hasta el final. La cinta desprende una ternura, pasión y emociones intentas. Es una película que no muestra prácticamente nada pero es muy sensual y rebelde.
Uno de los principales objetivos que tiene en reconciliar en cierto modo a los países de Alemania e Israel, cuestionar ciertos comportamientos y dar un mensaje de ilusión.
Para mi es uno de los títulos más destacados de lo que llevamos de año, una película para dejarte llevar y disfrutar de principio al fin.
Puntuación: 8/10



LO MEJOR: La pareja protagonista.
LO PEOR: Nada.
( Crítica escrita por Christopher Laso )

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario

José Antonio Alarcón en Habladecine

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Dácil Muñoz en Faces on the Box




PODCASTS:






DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
EL REPOSTERO DE BERLÍN es una historia muy íntima pero con un gran mensaje político. ¿ Por dónde empezaste cuando te proponías escribir el guion ?
Las ideas para las películas, normalmente, me vienen de un enfado o una frustración personal respecto a un tema político, religioso o social. EL REPOSTERO DE BERLÍN fue para mí una historia muy personal so-bre gente corriente en una realidad en la que el aspecto político no les afecta directamente en su día a día pero sí está presente y de alguna manera les acaba salpicando. Esto es algo que conozco por mi propia experiencia: mi padre es muy religioso pero mi madre no, así que crecí en medio de estas dos identidades y están muy presentes en mi vida hasta el día de hoy. Pero no quería que esto fuera por delante ya que lo que realmente es importante en la historia es la tragedia íntima y personal de estas tres personas.
Esta realidad religiosa y política es algo esencial en la vida. Ser judíoo secular en Jerusalén o ser alemán en Israel, ser gay o ser gay en una familia religiosa... Siempre quise contar una historia sobre gente que no quiere que la definan por su identidad política, sexual o nacional. A esta gente le gustaría decir: “me da igual esta identidad; soy quien soy. Quiero amar a alguien porque necesito estar cerca de esa persona y no porque sea homosexual o heterosexual”.


¿ Cómo encontraste a los actores ?
Hace seis años ya supe que quería trabajar con Sarah Adler y con Zohar Strauss y Sandra Sade, todos ellos actores muy conocidos en Israel.Tenía sus fotos en mi escritorio como inspiración. Me llevó casi ocho años terminar la película y cuando ellos aceptaron participar en ella fue como un sueño hecho realidad. Para el papel de Thomas estuve buscando actores mucho tiempo e incluso tuve dos que encajaban con el papel pero no se sentían cómodos interpretándolo. Hasta que por casualidad, a través de internet, di con Tim Kalkhof, hicimos dos audiciones y se decidió. Tenía buenas vibraciones con él. Era evidente que tenía mucho talento. No es una gran estrella pero seguro que lo va a ser. Verdaderamente comprendió lo que yo estaba buscando.

Las partes rodadas en Berlín son muy distintas a las que suceden en Jerusalén desde un punto de vista estilístico y emocional. ¿ Cómo lo hiciste ?
Cuando Thomas llega a Jerusalén viene de un lugar muy triste y melancólico. Pero al colarse en la vida de Anat es como si ella le diera una nueva oportunidad ya que encuentra un lugar y una familia en la que es bienvenido y en la que le permiten ser creativo y elaborar sus dulces. Es una alternativa a la fría y cuadriculada vida alemana. Además, la forma en que rodamos la película en Alemania estaba mucho más estructurada y utilizamos cámaras y lentes distintas a las utilizadas en Israel, donde todo era mucho más alocado e improvisado.


Un aspecto muy interesante en tu película son los planos largos. Podemos incluso intuir cuando la mayor parte de directores cortarían pero tu mantienes el plano uno o dos segundos mas, lo que es crucial para la forma en que percibimos a los personajes en su soledad. ¿ Por qué lo hiciste así ?
Me gusta planear las cosas y que los personajes se muevan por donde yo les digo.Pero también me gusta mucho el aspecto documental. Siempre tenía la lucha entre si lo que quería obtener debía ser más comercial o más de autor. Para mí estos planos ofrecían la posibilidad de acercarnos a los personajes de una manera documental aunque estuviesen colocados en un escenario en el que todo estuviera planeado. Era una estrategia para convencerme de no pensar en la película entérminos comerciales o de autor. Lo mejor era hacerlo según mi propio instinto.Ese instinto me decía que todo estaba listo así que mejor no parar ni cortar sino tomarnos el tiempo que fuera necesario. En el montaje me encontré con que también teníamos la opción de cortar pero quedaba bien tal y como yo lo tenía en mente. Me siento orgulloso de haber conseguido pelearlo y mantenerlo.

Respecto a la paleta de colores utilizada en la película, hay un equilibrio entre un uso realista y un uso estético. ¿ Cómo fue el trabajo con el director de fotografía ?
Conocí a Omri Aloni, mi director de fotografía, en la escuela de cine. Hicimos dos cortos juntos y trabajamos en la misma dirección. Quise crear a través de los colores y de otros recursos un cambio en el punto de vista de la película, comenzando con colores que mostraran el romanticismo de la historia de amor del protagonista para después hacer un cambio brusco con su llegada a Jerusalén. Allí todo es frío, abrupto y granulado. Pero Jerusalén poco a poco empieza a ser parte de la vida de Thomas y la realidad también empieza a cambiar para el personaje de Amat, cuya vida se vuelve más agradable, colorida y vibrante aunque permanezcan algunos recuerdos oscuros. En los flashbacks que nos llevan de vuelta a Alemania aparecen colores cálidos y eso me encanta. He tenido la suerte de poder rodar con diferentes cámarasen Berlín y en Jerusalén con lo cual ha sido perfecto para conseguir los distintos efectos del montaje final.


También haces un uso del zoom que en los primeros 20 minutos se centra en el protagonista para luego detenerse. Media hora después aparece de nuevo ese zoom. ¿ Por qué ?
Para mí el zoom es una de las herramientas más sorprendentes en el cine. Es puramente cinematográfico. No lo tienes en ningún otro arte, únicamente en el cine, sobre todo en los cláscos italianos de la década de los 70. En la época dorada del cine italiano, los grandes cineastas allí utilizaban el zoom continuamente y creo que nunca volveremos a ver películas como aquellas. El zoom llega desde lejos para meterse en los personajes, en sus ojos yen su alma en una única toma. Siempre que hay un momento en el que el personaje está saliendo de su zona de confort aparece un zoom. Son momentos en los que el personaje muestra una cierta comprensión de la realidad. Esto es para mí el momento más sorprendente en el que poder utilizar esta preciosa herramienta. Me encanta.

 ( Fuente del texto de la entrevista: Pressbook-Karma Films )


TRAILER:


( CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO )

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