miércoles, 6 de marzo de 2019

PÁJAROS DE VERANO ( 2018 )


LUCHA POR LA DROGA EN COLOMBIA


PAÍSES: Colombia-Dinamarca-México ( 2018 )
DIRECCIÓN: Ciro Guerra, Cristina Gallego
FECHAS Y LUGARES DE NACIMIENTO DE LOS DIRECTORES: Ciro: 6 de Febrero de 1981, Río de oro ( Colombia ); Cristina: 1978, Bogotá ( Colombia )
INTÉRPRETES: Carmina Martínez, José Acosta, Natalia Reyes, Jhon Narváez, Greider Meza,José Vicente Cote, Juan Bautista Martínez
GUIONISTAS: Maria Camila Arias, Jacques Toulemonde
FOTOGRAFÍA: David Gallego
MÚSICA: Leonardo Heiblum
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Ciudad Lunar Producciones, Blond Indian Films, Pimienta Films, Snowglobe Films / Films Boutique
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: BTeam Pictures
DURACIÓN: 125 minutos
PREMIOS: 12 Premios, incluyendo tres en los premios Fénix de 2018



SINOPSIS:
Basada en una historia real que explica el origen del narcotráfico en Colombia, la película se sitúa en los años 70 cuando la juventud norteamericana abraza la cultura hippie y con ella a la marihuana. Esto provoca que los agricultores de la zona se conviertan en “empresarios” a un ritmo veloz. En el desierto de Guajira, una familia indígena Wayuu se ve obligada a asumir un papel de liderazgo en esta nueva empresa. La riqueza y el poder se combinan con una guerra fratricida que pondrá en grave peligro a su familia, a sus vidas y a sus tradiciones ancestrales.
 ( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: BTeam Pictures )
 ( Fuentes información de la película: Filmaffinity, BTeam Pictures, IMDb, Wikipedia )


CRÍTICA:
El nombre de Ciro Guerra lleva desde hace unos años ligado al cine, desde que en 2003 se diera a conocer en San Sebastián ganando el premio Cine en Construcción por “La sombra del caminante”. Después llegaron otros trabajos como “Los viajes del viento” y “El abrazo de la serpiente”. Su nueva película la ha dirigido junto a la productora de televisión educativa y cultural Cristina Gallego. La cinta inauguró la quincena de realizadores de Cannes 2018 y ha estado luchando hasta el final por entrar entre las cinco finalistas a la mejor película de habla no inglesa en los Óscar.


La película nos cuenta la historia real de una familia indígena Wayuu, liderada por Rapayet Abuchaibe y su suegra, que a finales de los año 60 manejaron el tráfico de marihuana en la Guajira. Este hecho los enfrentó, no solo a las autoridades locales, que los tenían bastante controlados, sino también con su propio clan, que los repudiaba y los acusaba de perder muchos de sus valores ancestrales.
Me llama mucho la atención el peso que tenían las mujeres en todo el proceso. La cinta esta dividida en cinco capítulos o cantos. Todo lo que vamos viendo es un retrato del ser humano y como las personas son capaces de sacrificar todas sus riquezas simplemente por venganza o por orgullo personal.



La puesta en escena y la fotografía son excepcionales, tanto como el desierto de Guajira y la Magdalena donde se grabó la cinta y que son base fundamental. La película es capaz de desplazar el cine de narcos a un territorio donde el trapicheo llega a convivir con los matrimonios pactados, las dotes y las danzas tradicionales. Uno de los aspectos que siempre se enmarcan en las películas de Ciro Guerra son los colores vivos y aquí se vuelve a representar de manera impecable.
La película no dejará indiferente a ningún espectador, tiene mucha violencia, momentos de venganza y nos muestra un modelo de gánster pocas veces visto. Muy recomendable.
Puntuación: 7/10



LO MEJOR: La matriarca, es la que maneja todo.
LO PEOR: Se hace pesada en algunos tramos.

( Crítica escrita por Christopher Laso )

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Christopher Laso en Habladecine

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Pedro de Frutos en Coveralia

Alberto Tovar en Demasiado Cine

Alain Garrido en Cinema Ad Hoc

Javier Gutiérrez en Cine de Patio

David Sancho en Tierra Filme


PODCASTS:




DÍAS DE CINE:

ENTREVISTA A CRISTINA GALLEGO:
Aunque Pájaros de verano se rodó en la costa norte colombiana empezó en realidad justo en la Amazonía, mientras rodaban su anterior filme El abrazo de la serpiente. No se trata de ninguna equivocación, más bien de la tenacidad de Cristina Gallego, su codirectora y quien en ese momento solo era productora de la película.
A sabiendas de que necesitaba competir por recursos entregados por el estado colombiano empezó a darle forma a la escritura del guión en la mitad de la selva. 

¿ Podría explicarnos mejor los tiempos de esta concepción creativa ?
Esta historia empezó a rondar la cabeza cuando investigábamos para nuestro segundo largometraje, Los viajes del viento, cinta en la que hay una escena sobre la bonanza marimbera y en la que conocimos historias de primera mano, las cuales compartimos con varios de sus protagonistas reales.
Sabiendo que era una película muy grande de una historia no contada sobre la bonanza marimbera, en mi cabeza retumbaba la idea de hacer una especie de El Padrino en La Guajira, sin embargo era un proyecto que estaba muy lejos, pues la cantidad de recursos que necesitábamos no estaban dentro de nuestras posibilidades en esa época.
Luego, cuando estábamos a punto de iniciar la preproducción de El abrazo de la serpiente, se abrió la convocatoria del Estímulo Integral, que en su momento se promocionaba como un estímulo de un millón de dólares, pero que por la devaluación terminó siendo de 600 mil.
Aunque queríamos participar la película no estaba escrita, solo teníamos la idea, así que llamamos a María Camila Arias, para que empezara a escribir mientras estábamos en la selva, conscientes de que necesitábamos un capital base muy grande y que no podíamos dejar pasar esta oportunidad, que tal vez no se repetiría.


Hasta ahora en las cintas en las que ha participado Ciudad Lunar Producciones y especialmente en las dirigidas por Ciro Guerra su participación ha sido como productora ¿ qué tan difícil fue dar el paso a la dirección ?
Fue muy orgánico, la película era una idea original mía por lo tanto no podía decir simplemente ‘¡hey! vayan a hacer esta película’. Mi trabajo creativo en El abrazo de la serpiente fue muy fuerte, fuimos corealizadores, aunque nunca compartimos crédito de dirección. Esa película es una visión compartida de Ciro y mía, por eso la verdad no fue difícil pasar a dirigir.
Pájaros de verano la concebí como productora, pero a medida que iba avanzando, me di cuenta que el punto diferencial de la misma era justamente que estaba arraigada en la comunidad Wayúu, una comunidad ‘matriarcal’ o más precisamente matrilineal, en la que el mundo, la fuerza femenina, la intuición y los sueños jugaban un gran papel, por lo que en la medida en que el proyecto iba avanzando, entrando en el mundo mágico wayúu, vimos que ese ‘Padrino’, debía ser realmente más una ‘Madrina”. Mi entrada a la dirección solo fue el paso siguiente, tenía mucho miedo, pero también un gran apoyo, en principio de Ciro, y luego de Katrin Pors (productora) y así mismo de todos los socios.


Los anteriores largometrajes en esa dupla productora-director fueron siempre con una mirada muy masculina y esta es completamente femenina.
Siento que ha sido bonito también por eso. La película es muy diferente a las películas que Ciro había hecho antes que solamente hablaban “del” y “desde” el mundo masculino en apariencia, aunque para mi Karamakate, en El Abrazo de la serpiente, era un personaje más femenino: emocional, onírico, intuitivo, conectado con el corazón más que con la razón.
En Pájaros de verano, también estamos abordando el mundo de los sueños, de lo no racional, de lo intuitivo, de lo intangible, pero a través de una familia cuya fortaleza, eje y guardián de la tradición es la mujer.
La sociedad Wayúu tiene una cosa bellísima y a la vez contradictoria. Es una sociedad de mujeres fuertes a nivel político, económico y organizativo, pero a la vez es profundamente machista, en el que la mujer pareciera tener voz, pero no voto. En una sociedad azotada por la mayor corrupción de sus dirigentes, los niños y las mujeres sufren hoy de muerte por desnutrición, pero no hay registros de hombres a los que les suceda lo mismo.
En el proceso de acercamiento de la historia vimos que era una característica que la hacía perfecta para nosotros, para contarla desde la fuerza de la mujer, de las luchas invisibles, de esos poderes y motores familiares. Una sociedad que se erige además en torno al comercio.


Un protagónico femenino en una cinta codirigida por una mujer ¿ se podría decir que ustedes también están en esa onda internacional del empoderamiento femenino ?
Estos años como productora han sido increíbles y mi paso a la dirección ha sido justamente la búsqueda de tener una voz propia, reconocernos como dupla, en la que tanto la visión de Ciro, como la mía, son importantes. Reconocer que mi visión como mujer y como individuo es diferente y particular ha sido un paso personal, duro pero importante, y creo que eso está enmarcado en un cambio que estamos dando como sociedad, no solamente en la cinematografía.
Respecto a los protagónicos femeninos, voy sintiendo hace varios años que el mundo masculino, las historias de hombres ya como que me las conozco, pocas cosas me sorprenden, mientras que tantos personajes femeninos están por descubrir. En todo caso las ideas que tengo no se enmarcan en que los protagonistas sean necesariamente mujeres u hombres, siento que estamos es en una búsqueda de historias no contadas y visiones propias.
Ahora claramente por el movimiento Me Too y Ni una menos, se están haciendo visibles muchas cosas, el sistema de poder entre hombres y mujeres, el ‘falocentrismo’, los pagos desiguales, los sistemas de contratación femenina, el comercio sexual en el terreno laboral.
Yo pienso que esto, que ha sido tan visible por el escándalo de grandes estrellas, es solo el reflejo mediático de una sociedad enferma, que no le ha dado a la mujer, o ella no ha tomado, su justo lugar.
Es un momento interesante para tener mujeres directoras y películas con protagonistas femeninas porque hay cambios, voces que se están escuchando. Las películas que estuvieron este año en la temporada de premios son un gran ejemplo: Tres anuncios por un crimen, The Post, Yo Tonya, La forma del agua, protagonizadas por mujeres fuertes, varias de ellas comprometidas con la lucha feminista, cuyos personajes además están justamente en esa búsqueda de su propia voz.


Construir una “ranchería-estudio”, una mansión en medio de un desierto, avionetas, persecuciones, balaceras ¿ Concibió esta película con el tamaño gigante que alcanzó ?
Siempre tengo la ilusión de poder hacerlas pequeñitas y contenidas, pero contener Pájaros de verano fue absolutamente imposible. No tenía la noción del tamaño de la película, sabía que era grande, pero no pensé que tanto. Hasta la preproducción siempre estuvimos batallando con el tamaño del crew y la cantidad de equipos que necesitábamos realmente, porque se vuelven elefantes gigantes para mover, pero la película lo necesitaba, por la cantidad de intervenciones, por la cantidad de extras, coach, preparadoras, asistente 1, 2 y 3 y hasta traductores porque trabajamos en wayuunaiki. Ahora puedo decir que después de esta estamos listos para una “película grande”.


¿ Y con toda esta complejidad si pudo dejar atrás su rol de productora y dedicarse sólo a codirigir ?
Sí, porque teníamos un equipo en el que podía confiar. Es el mismo con el que había trabajado en El abrazo de la serpiente, pero ampliado, además no estaba produciendo la película sola, lo estaba haciendo con Katrin Pors, gran amiga e increíble productora, con una importante experiencia. Como equipo afrontamos las inclemencias del clima y de la naturaleza, pero Dios es tan grande que al mismo tiempo nos socorría con los descalabros que íbamos teniendo con el presupuesto. Caracol Televisión también ha sido un gran aliado y al final pudimos nivelar las cosas. Pero sí, tuve que aprender a soltar, a delegar y a confiar, pues manejar las dos cosas era casi imposible.
( Fuente del texto: Dossier de prensa-BTeam Pictures )


TRAILER:


( CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO )

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