EL VETERANO VOLKER SCHLÖNDORFF DIRIGE LA ADAPTACIÓN DE UNA OBRA DE TEATRO. UN REPARTO ENCABEZADO POR ARESTRUP Y DUSSOLLIER
PRODUCCIÓN: FRANCIA ( 2014 )
DIRECCIÓN: Volker Schlöndorff
INTÉRPRETES: André Dussollier, Niels Arestrup, Robert Stadlober, Paula Beer, Burghart Klaußner, Charlie Nelson, Jean-Marc Roulot
GÉNERO: Drama
DISTRIBUIDORA: A Contracorriente Films
SINOPSIS:
5 DE AGOSTO DE 1944. LOS ALIADOS ENTRAN EN PARÍS.
Noche del 24 al 25 de agosto de 1944. Los aliados entran en París. Poco antes del amanecer, Dietrich von Choltitz, gobernador militar alemán, se prepara para ejecutar las órdenes de Hitler de volar la capital francesa.
Y, sin embargo, París no se destruye. ¿Por qué razones Von Choltitz se niega a llevar a cabo las órdenes del Führer, a pesar de su lealtad sin límites al Tercer Reich?
¿Fue Raoul Nordling, cónsul general sueco de París, el que hizo cambiar de opinión al general?
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
( FUENTE CARTEL: A CONTRACORRIENTE FILMS )
CRÍTICA:
El veterano director alemán Volker Schlöndorff dirige en Francia a sus 75 años. Conocido principalmente por " El tambor de hojalata ", con la que ganó el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 1980.
" Diplomacia " ha estado presente en la sección oficial del último festival de Valladolid, en donde ganó dos premios: dirección y actor.
Durante los últimos años del nazismo, en donde las tropas aliadas estaban empezando a derrotar al ejército de Hitler, en París se encontraba Von Choltitz dispuesto a cumplir las órdenes del Fuhrer. Pero un personaje que aparece para reunirse con él, hace que la película se convierta en uno de los mejores duelos interpretativos de los últimos años. Basada en una obra teatral. Tiene unos diálogos muy ágiles, con tono dramático y mucha ironía. Los dos protagonistas tienen un tour de force, y por segunda vez en 2014 podemos verles en nuestras pantallas ( André Dussollier en " La bella y la bestia " y Niels Arestrup en la notable " Crónicas diplomáticas " ).
Esas conversaciones en un espacio cerrado recuerdan a " La venus de las pieles ", pero sobre todo a la película de Tavernier en la que también aparece Arestrup ( Se habla en francés y alemán, y en el caso de este actor lo hace en ambos idiomas según con quién hable ).
Un guión sin aristas, y que nos explica en menos de dos horas una situación histórica. No es aburrida y si podemos citar algún aspecto negativo es que no tiene una fotografía y banda sonora destacables. Es verdad que la propuesta no lo necesita. Sin ser de suspense, tenemos la incertidumbre de lo que va a ir sucediendo. Unos grandes escenarios y montaje.
El inicio de la película son imágenes reales de Varsovia destruida. Esas imágenes aéreas recuerdan a las de " Alemania, año cero ( 1948 ) " de Rossellini, aunque en aquella película era en otra ciudad diferente.
Antes de la película se proyectará el corto " La gran invención ". No lleguen tarde para poder disfrutar del cortometraje.
Muy recomendable a los aficionados al cine francés, al político, y a cualquier buena película europea. Pero puede gustar a los aficionados al cine más taquillero y convencional.
SPOILERS:
Aunque es muy dramática, porque Arestrup se encuentra en una situación complicada entre Hitler, al que tiene que servir, y lo que cree en realidad, y algunas escenas divertidas. Los momentos más cómicos suceden cuando el cónsul sueco en París le presenta sus planes al gobernador. Hitler quería poner una bomba en la capital francesa, y Nordling consigue que Von Choltitz incumpla las normas del Führer.
LO MEJOR: Los dos intérpretes, sobre todo Arestrup. El guión.
LO PEOR: La fotografía y la banda sonora son muy convencionales.
PREMIOS Y NOMINACIONES:
- 2 PREMIOS Y 2 NOMINACIONES, INCLUYENDO LOS DOS PREMIOS EN EL FESTIVAL DE VALLADOLID.
( FUENTE: IMDB )
CRÍTICAS EN MEDIOS ESPECIALIZADOS:
Manuel Yáñez Murillo en Fotogramas 3 / 5
Toni Vall en Cinemanía 4 / 5
Carlos Losilla en Sensacine 2 / 5
Miguel Montañés en Cineol 4 / 5
J R Palomar en Faces on the box
Jesús Villaverde Sánchez en Esencia Cine 6 / 10
Victor Blanes Picó en El Antepenúltimo Mohicano 3 / 5
Javier Ocaña en El País 3,5 / 5
Luis Martínez en El Mundo
Oti Rodríguez Marchante en Abc 3 / 5
Lluís Bonet Mojica en La Vanguardia 5 / 5
Jordan Mintzer en The Hollywood Reporter 4,5 / 5
Scoot Foundas en Variety 4 / 5
Serena Donadoni en Village Voice 3,5 / 5
A. O. Scott en The New York Times
Farran Smith Nehme en New York Post 3 / 4
Carson Lund en Slant Magazine 2,5 / 4
Nota IMDb:
Nota Filmaffinity: 6,8 / 10
Días de cine:
UN POCO DE HISTORIA:
- En 1933, Hitler sube al
poder en Alemania. Obsesionado por los rencores y humillaciones que
sufrió su país bajo el tratado de Versalles, después de la Primera
Guerra Mundial, el Führer sueña con extender su poder por toda
Europa. El 1 de septiembre de 1939 invade Polonia. Dos días después,
Francia y Gran Bretaña declaran la guerra a Alemania.
- En junio de 1940, el
mariscal Pétain, héroe de la Primera Guerra Mundial, firma el
armisticio con Hitler. Empieza el periodo de ocupación y
colaboración de Francia.
Ese mismo año, Hitler
visita París y cae prendado de la belleza de la capital francesa.
Sobre todo admira la Ópera, el Panteón, el Louvre, el Palacio de
Justicia y las proporciones de los edificios de la Rue de Rivoli.
Comparte su entusiasmo con Albert Speer, su arquitecto oficial, y le
pide que se inspire en la armonía y majestad de París a la hora de
trazar sus planes para un "Gran Berlín".
- Cuando Berlín es
destruida por los aliados, Hitler no soporta la idea de que París
-la ciudad a la que llama "esa puta"- siga en pie. Tras
sobrevivir al atentado instigado por oficiales de la Wehrmacht, el 20
de julio de 1944, el Führer nombra gobernador de París a uno de los
pocos generales en los que aún confía, el general von Choltitz. Le
ordena defender París hasta el final o dejar sólo escombros al
enemigo.
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
BIOGRAFÍA DE VON CHOLTITZ:
Dietrich von Choltitz
nació en 1894, en el seno de una familia aristocrática de oficiales
prusianos. En 1940 encabeza la toma de Rotterdam, en la que se
produce un elevado número de víctimas civiles. En junio de 1942
participa en la batalla de Sebastopol, después de la cual treinta
mil judíos mueren ejecutados. Más tarde se incorpora a la batalla
de Járkov y combate en el frente italiano y en Normandía. Por no
haber formado parte de la conjura de los generales contra HItler, el
7 de agosto de 1944 es designado gobernador de París. Capitula el 25
de agosto, tras negarse a destruir la ciudad. Pasa por prisiones de
Inglaterra y Estados Unidos y en 1947 es excarcelado. Vuelve con su
familia, que ha sobrevivido a las represalias contra los nazis, y
muere en 1966.
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
BIOGRAFÍA DE NORDLING:
Raoul Nordling nace en
París in 1882, de madre francesa y padre sueco. Nombrado cónsul de
Suecia en París en 1926, durante la Segunda Guerra Mundial participa
en una serie de conversaciones de paz entre los bandos enfrentados. A
partir del 18 de agosto de 1944 negocia con el general Von Choltitz
la liberación de tres millares de prisioneros y más tarde el alto
el fuego entre la Resistencia francesa y los alemanes. De esta manera
impide que la Jefatura Superior de Policía sea bombardeada. Muere en
1962.
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
ENTREVISTA CON EL DIRECTOR:
¿Qué fue lo que le
atrajo del proyecto?
La guerra sitúa a los
hombres en situaciones extremas y hace aflorar lo mejor y lo peor de
la humanidad. En nuestros días sería tan inconcebible que se
produjera un conflicto entre Francia y Alemania que me pareció
interesante recordar la clase de relación que nuestros dos países
han mantenido en el pasado. Si París hubiera sido arrasada -no fue
así, a Dios gracias-, dudo que Francia y Alemania hubieran
estrechado tanto sus lazos, o que Europa se hubiera recuperado. Por
lo demás, lo que me atraía era la oportunidad de rendir homenaje a
París. Yo llevo recorriendo la ciudad desde que tenía 17 años, me
conozco cada puente y cada monumento. Creo que durante todos los años
en que fui ayudante de dirección de Louis Malle y Jean-Pierre
Melville, ¡exploré más calles que un taxista de París! Además,
me encanta París, y que 50 años después me pidan celebrar su
supervivencia es todo un privilegio.
¿Se documentó usted
acerca de la "reunión" que mantuvieron el cónsul Raoul
Nordling y el general Dietrich von Choltitz?
La
reunión que rodamos no tuvo lugar en la vida real. En realidad,
Nordling y Choltitz se reunieron varias veces, una de ellas sólo unos
días antes del 24 de agosto, en el Hotel Meurice y en la Kommandantur,
para negociar un intercambio de prisioneros políticos alemanes por presos de la
Resistencia francesa. Y esa reunión dio muy buenos resultados. Por
otro lado, entre el 20 de agosto y el 24, los dos hombres habían
negociado una especie de alto el fuego. La Resistencia había
conseguido invadir la jefatura de policía de París, pero tenían
miedo de que los alemanes tomaran represalias, porque aún tenían
tropas destacadas en el terreno. El cónsul y el general negociaron
una tregua para que los alemanes pudieran cruzar París sin
encontrarse con emboscadas y que la Resistencia pudiera
reorganizarse. Durante esa reunión también se habló de la belleza
de París y del peligro de su destrucción inminente. Existen
biografías de los dos hombres escritas en los años cincuenta. Pero
como incluyen testimonios personales en los que los dos intentan
quedar bien, o, en el caso del general, limpiar su nombre, hay que
acercarse a ellas con cautela.
¿En qué momento se
impuso la ficción?
La ficción es una parte importante de la película. Eso es lo que más me interesaba. Pero hay un elemento histórico, y Cyril Gerly lo usó como punto de partida: los dos hombres se conocían y hablaron de lo que iba a pasar con París. Por eso utilizaron los aliados al cónsul, para
hacer llegar una carta al general, una carta que seguramente escribió
el general Leclerc, que incluía una propuesta a Von Choltitz para
que capitulara y entregara la ciudad sin destruirla. Parece que el
general rechazó el ultimátum, tal como se ve en la película.
Basamos nuestra historia en esos pocos hechos históricos e
intentamos penetrar en la psicología del general alemán. La
habitación del pasadizo secreto y la escalera
oculta a través de la cual entraba en el hotel la amante de Napoleón
III son totalmente inventados. Me gustó el tono de alta comedia y el
humor de los diálogos. El espacio cerrado apunta a un elemento de
ficción. No pretendíamos reproducir la realidad histórica. Pero
una película, a diferencia del teatro, necesita un punto de vista,
uno tiene que saber quién cuenta la historia y por qué la cuenta.
En este caso sólo podía ser el cónsul: por eso empezamos con él
andando por las calles de París, de noche, recreando en su cabeza
las imágenes de la destrucción de Varsovia y obsesionado por una
pregunta inquietante: cómo convencer al general para que no cumpla
la terrible orden que le ha dado Hitler el día anterior. Y así, el
punto de vista desde el que se narra la historia pasa a ser el del
cónsul, que da su resolución a la historia cuando se va con el
portero después de traicionar al general para salvar París. Sin
pensárselo dos veces. Si París está en peligro, todo vale.
¿Cómo construyó los
personajes?
Sin ser un mártir, ni mucho menos, Von Choltitz se encontraba en una situación complicada: era uno de los soldados leales del Führer, decían que había participado en la masacre de los judíos de Europa oriental y en la destrucción de Rotterdam, y todo eso eran crímenes de guerra irreconciliables con la tradición militar prusiana. De hecho, el general representa la tercera o cuarta generación de una larga estirpe de oficiales, y su identidad se basa en valores castrenses
como la obediencia -la base de un ejército eficaz-, el amor a la
patria y el honor familiar. Tanto era así, que cuando en agosto de
1944, cuando ya todos los generales alemanes habían dejado de creer
en la victoria, Von Choltitz recibió la orden de destruir París, su
reacción fue un ataque de asma: no podía ejecutar la orden, pero
tampoco era capaz de faltar a su deber. Era una cuestión de libertad
de elección, pero él no tenía esa elección. Sabía lo que debía
hacer, pero no tenía la fuerza necesaria para hacerlo. Y como no
podía tomar una decisión, su cuerpo la tomó por él. Fue entonces
cuando apareció el cónsul Nordling, casi como un salvador, aunque
al principio el general lo considerara un intruso que se había
colado como un ladrón en la suite del hotel. Y entonces, cada vez
que el cónsul iba a marcharse, Von Choltitz sufría un ataque de
asma, como si quisiera retenerlo: era la voz de su subconsciente. El
cónsul quería acabar con la guerra a cualquier precio. Hay que
decir, por cierto, que los métodos de la diplomacia son casi tan
nocivos como los militares, aunque es verdad que no tan letales. Por
lo tanto, mi intención era rendir homenaje al valor, entrega y arte
de este eficaz diplomático, el auténtico héroe de la película.
Porque este hombre representa unos valores humanos que trascienden
las leyes del estado.
Los dos personajes se
enfrentan con mucha cautela, como si estuvieran jugando una partida
de ajedrez.
O más bien un combate de
boxeo de cinco o seis asaltos. Cada contrincante prepara el siguiente
golpe con mucho cuidado, pero no hay K.O.s. Dividí el guión en
varios movimientos musicales. Después de una introducción en
andante, durante la que los dos personajes se estudian mutuamente,
para adivinar cómo va a reaccionar el rival, llegan los asaltos en
furioso -el tempo se acelera aquí vertiginosamente-, seguidos de
momentos más sosegados. No es habitual encontrar unas
interpretaciones tan fascinantes en unos actores que no buscan
eclipsarse. Todo lo contrario. Niels Arestrup y André Dussollier
pusieron su talento y oficio al servicio de la trama.
Han interiorizado por completo sus personajes.
Durante los ensayos,
enseguida me di cuenta de que Niels, además de ser un actor
extraordinario, tiene una personalidad muy marcada que incorporó al
personaje. Esta apropiación absoluta de su personaje, que a veces
hasta daba miedo, fue como su regalo al general. Se había convertido
total y absolutamente en ese general alemán, más de lo que lo
podría haber hecho cualquier actor alemán, con sus sentimientos
contradictorios, su terquedad y su lealtad a las tradiciones
militares. Estaba tan habitado por el personaje que parecía casi
hipnotizado, como si no controlara su propia interpretación. A su
lado, Dussollier es un gran artista que lo tiene todo controlado, y
cuyo trabajo se hacía más refinado con cada toma que rodábamos. A
veces no era fácil armonizar los dos estilos, cada uno con su
dinámica y su ritmo. Pero la confianza y camaradería que había
entre ellos, y que también tenían conmigo, nos ayudaron a evitar
tensiones, aparte de las que siempre se producen cuando se hace un
trabajo honesto.
¿El hecho de que ya
hubieran interpretado los mismos personajes en el teatro les ayudó a
compenetrarse?
Claro, eso fue una
ventaja, porque se conocían los personajes al dedillo, pero podría
haber sido un inconveniente, porque existía el riesgo de que la
cámara percibiera su trabajo como algo mecánico. En el cine, los
actores deben interpretar sus escenas como si lo hicieran "por
primera vez". Nosotros necesitábamos recuperar la
espontaneidad, una especie de virginidad. Y para conseguirlo tuvieron
que hacer muchos ensayos. Y eso es lo que hicimos antes de empezar a
rodar, y luego, durante la filmación, los sábados ensayábamos las
escenas que se iban a rodar a lo largo de los cuatro o cinco días
siguientes. Nos ayudó el decorado, que era muy complejo: gracias a
la distribución de las distintas habitaciones de la suite, pudimos
crear una distancia entre los personajes, adaptar los gestos y
entonaciones a este nuevo espacio, momentos de duda y debilidad,
momentos en los que se observan mutuamente y otros en los que alguno
de ellos se queda solo y se siente desorientado y desanimado, y desde
luego muy cansado, al cabo de muchas horas de rodaje...
¿Cómo los dirigió?
Sin premisas
psicológicas, más bien como en un happening. El cónsul fue el
cómplice que me ayudó a sacar al general de su caparazón. Las
reacciones de éste son impredecibles. Niels pasaba de una
desesperación real a momentos de baladronada, en los que el general
mostraba su cara más enérgica. Era como si pasáramos de un estilo
documental a otro operístico, con rupturas de tono que discurren al
filo de la trama y que puntúan el ritmo. Además, rodé con dos
cámaras móviles y con jirafas, para capturar de cerca las
extraordinarias voces de mis actores.
¿Qué papel tiene la
ciudad de París en la película?
París no es el telón de
fondo de la historia, en absoluto. ¡Es el tercer personaje! La
ciudad tenía que ser ubicua, tanto cuando la oscuridad daba paso a
la luz del amanecer como cuando las brillantes luces del hotel
Meurice desaparecen en la semipenumbra causada por el apagón.
París es la ciudad de la
luz, tanto de día como de noche, y vive inmersa en un clamor
vibrante. Sin embargo, la ciudad sigue siendo un elemento externo.
Pero en cuanto salimos de ese espacio cerrado, la historia se relaja.
Era importante subrayar la idea de reclusión, y para ello
abandonamos el hotel un momento y luego regresamos. Cuando el general
toma su decisión definitiva, que es el clímax de la película, la
cámara nos muestra los tejados de París. De pronto irrumpe ante
nuestra mirada todo el esplendor del Louvre, y también el imponente
Grand Palais, y el Sacré-Coeur, y la Opera en el horizonte. Sólo
entonces se nos revela este tercer personaje en todo su esplendor,
sentimos su presencia fascinante, y entonces queda claro que París
es el tema en torno al que gira la película. Junto al director de
fotografía, Michel Amathieu, y el diseñador de producción,
Jacques Rouxel, intentamos integrar la ciudad en la trama de la
película. Incluso pensé en usar paredes transparentes, a través de
las cuales podría adivinarse la ciudad. Al final nos inspiramos en
fotos y cuadros y decidimos fotografiar la suite con unas luces muy
contrastadas, a veces discordantes. Eso era importante para
transmitir la idea del paso del tiempo y de la inminencia del
desenlace. Cuando rompe el día,
comprendemos que los aliados han llegado a la ciudad.
El diseño de
producción está muy cuidado.
El contraste entre un
hotel de alto standing y un soldado empeñado en la siniestra idea de
destruir todo lo que ve por la ventana es muy llamativo y
cinematográfico. El hotel Meurice no es un palacio rutilante, sino
un establecimiento elegante, propio del siglo diecisiete, que marca
un contraste aún más acentuado con el general. La suite está
decorada en el estilo de Napoleón III, porque éste es otro
personaje secreto de la película. Allí recibía a su amante, que
entraba a través de una escalera secreta. Yo quería que se palpara
que la suite había sido habitada por otros personajes antes que el
general, y que en el aire aún flotaba un rastro de ese pasado. Fuera
de esa habitación, la gente está luchando por la liberación de
París, y el hotel es comparable al Titanic tras chocar contra el
iceberg: de repente este lugar tan confortable se convierte en el
escenario de una guerra que puede destruirlo todo.
( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
TRAILER:
Hola Guillermo, aquí David:
ResponderEliminarAl final pude verla ayer. Una notable peli basada en los instantes previos a la recuperación de la ciudad de París por parte de americanos/ingleses y los propios franceses en el 1944. No diré más de la trama pero sólo diré una cosa, ambos protagonistas lo bordan en su cara a cara. Un ejercicio de dialéctica y de negociación al 100%. Está muy bien porque no se van por las ramas con alguna historia secundaria. Se centran en el meollo de la negociación y ya está. Detalles que me chirrían? Sí. Sobre todo el final, demasiado "patriota" y que durante toda la película no se notan apenas los bombardeos que soportaron los últimos nazis en París. No me lo creo y es un grave error.
Nota final: 8. A los protagonistas, Andre Dussollier y Niels Arestrup les doy un 10.
De acuerdo David.
Eliminar