EL GRUPO MAYALDE
DIRECCIÓN: Gabriel Velázquez
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 1968, Salamanca ( España )
INTÉRPRETES: Eusebio Mayalde, Beltrán (Zaniki) Mayalde, Pilar Mayalde, Arturo Mayalde, Laura Mayalde, Cuba Mayalde
GUIONISTAS: Gabriel Velázquez, Blanca Torres, Manuel García
FOTOGRAFÍA: Manuel García
MÚSICA: Pablo Crespo, Eusebio Mayalde
GÉNERO: Documental
PRODUCCIÓN: Escorado Producción SL
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Pirámide Filmes
DURACIÓN: 76 minutos
SINOPSIS:
Eusebio Mayalde es un chamán que aúlla como los lobos en las noches de luna llena. Y también un folclorista que hace música con cucharas, con sartenes y hasta con sus propias manos. La naturaleza ha decidido que ha llegado el momento de transmitir su saber a Zaniki, su nieto de ocho años. En un viaje iniciático se echan los dos al monte, en el confín de la meseta castellana, para compartir los ritos más atávicos de su tierra, hasta que Zaniki tome el relevo como nuevo trovador de la tradición.
( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Pirámide Filmes )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, Pirámide Filmes )
CRÍTICA:
El director español Gabriel Velazquez dirige su cuarto largometraje en solitario, y de nuevo vuelve a contarnos una historia extraña, con unos personajes reales pero que en algún caso como en el de Eusebio tienen algún comportamiento extraño, a la vez que interesante. En esta ocasión la propuesta es un documental, que se presentó en la sección oficial del pasado festival de cine de Gijón, aunque está en la línea de la ficción, ya que aunque los personajes existen, y viven en esa localidad de la Provincia de Salamanca, que tanto conoce el director, y observamos su vida diaria, hay ciertas cosas que parecen ficcionadas aunque son reales.
En esta historia de poco más de una hora de duración nos presentan Beltrán apodado Zaniki, el niño que da título a la película, a su madre y a su abuelo Eusebio, y a una tradición local sobre el folclore y la música, en donde desde enseñan a los niños desde que son pequeños a tocas instrumentos de viento, percusión y cuerda, y que forman un grupo de tamborileros para así preservar esas tradiciones tan bonitas.
La propuesta es emotiva, instructiva, tiene una buena música de fondo muy variada, tanto en los momentos en los que los habitantes de esa región tocan y cantan, como en los sonidos de fondo muy bien insertados, y tiene una parte final bastante sorprendente, aunque me descolocó y es lo que me hace dudar de si toda la película es documental, aunque a posteriori y leyendo las declaraciones del director pude comprobar que era real esa historia de Eusebio Mayalde, el abuelo de Zaniki y chamán que realiza sus conjuros en medio de la naturaleza a las afueras de ese pueblo castellano leonés en donde se desarrolla la película, en Aldeatejada de la Provincia de Salamanca. Las conversaciones entre el abuelo y el nieto, la relación de amistad y compañerismo entre los tamborileros y las escenas en donde se toca algún instrumento son elementos suficientes para recomendar esta película extraña, pero interesante por su calidad y contenido.
LO MEJOR: La originalidad del proyecto. La música.
LO PEOR: El asunto de los chamanes me descoloca.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Rafael Nieto en Cinema Nostrum
PODCASTS:
NOTAS DEL DIRECTOR:
“Zaniki” habla de los valores musicales y culturales más antiguos de nuestra tierra y la necesidad de transmitirlos de generación en generación. Esta película la quería hacer desde el día que conocí a Eusebio Mayalde hará unos siete años. Desde el primer momento me quedé prendado de su imagen y la aureola que desprendía. Era invierno. Llegó en una moto antigua de gran cilindrada. Llevaba puesto un casco y unas gafas como los aviadores de la primera guerra mundial, con un pañuelo al viento anudado a su cuello. Vestía con una cazadora vieja de cuero y unos pantalones de pana metidos en unos botos camperos. Bajó de la moto y se encendió un cigarro sin filtro embutido en una pipa hecha con el hueso de una liebre. Charlamos un rato. Su voz profunda me acabó de cautivar. Esa misma tarde quedé con el director de fotografía ( Manuel García ) y fuimos a la casa de Eusebio en el pueblo de ( Salamanca ). Allí, entre cuentos y leyendas, nos enseñó la música que hacía con las manos, las sartenes, las cucharas... Todo un mundo que yo entonces desconocía y que me dejó maravillado. Esa música era ancestral y básica; atávica. Eusebio la había ido recuperando de todos nuestros viejos a lo largo de varias décadas, por toda la provincia de Salamanca y alrededores. Cuando salí de su casa, ya tenía en mente rodar una película sobre él y la magia que desprende. Sentía que era esencial dejar un documento fílmico de la existencia de ese hombre y su familia porque la memoria de nuestra tierra lo necesita.
La película, basada absolutamente en la realidad, cuenta el momento en el que Eusebio, como los chamanes, decide que ha llegado el momento de ceder el testigo a su nieto Beltrán, de ocho años. Decide llevárselo al monte y enseñarle todo lo que sus antepasados le enseñaron a él. Curiosamente, durante este viaje iniciático, Eusebio comienza a llamarle “Zaniki”. Por intuición, por puro instinto, porque de pequeño el niño lloraba con la “i”. Para mí es como el pequeño halo de lagartija con alas de ángel que desprende el niño. Y así se ha quedado el título, como símbolo de iniciación, de transmisión. Es puro Folk, porque esa es la esencia de esta película; recoger nuestras tradiciones musicales y culturales, y contárselas a los demás para que no se nos olvide de dónde venimos, ni quiénes somos. “Zaniki” es el apodo que Eusebio le dio a su nieto. Es el alma del propio Eusebio. En definitiva, es la alegría del nacimiento de un nuevo trovador de nuestra historia.
( Fuente del texto: Pressbook-Pirámide Filmes )
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