miércoles, 5 de septiembre de 2018

YUCATÁN (2018)


ENGAÑOS EN ALTA MAR


PAÍS: España (2018)
DIRECCIÓN: Daniel Monzón
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 17 de Julio de 1968, Palma de Mallorca (España)
INTÉRPRETES: Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Joan Pera, Stephanie Cayo, Toni Acosta,Adrián Núñez, Txell Aixendri, Angelo Olivier, Alicia Fernández, Leticia Etala, Xavi Lite, Cristóbal Pinto, Óscar Corrales, Joche Rubio, Alex Amaral, Aranzazu Coello
GUIONISTAS: Daniel Monzón, Jorge Guerricaechevarría
FOTOGRAFÍA: Carles Gusi
MÚSICA: Roque Baños
GÉNERO: Comedia
PRODUCCIÓN: Ikiru Films, Telecinco Cinema, Movistar+
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: 20th Century Fox
DURACIÓN: 130 minutos



SINOPSIS:
Lucas ( Luis Tosar ) y Clayderman ( Rodrigo de la Serna ) son dos estafadores, profesionales del engaño a turistas ingenuos en cruceros de lujo. Hace años trabajaban juntos, pero la rivalidad por Verónica ( Stephanie Cayo ), la bellísima bailarina del barco, les hizo perder la cabeza y dio al traste con su sociedad. Ahora trabajan por separado, Lucas en el Mediterráneo y Clayderman en el Atlántico. Ese fue el acuerdo. Pero un inesperado botín impulsa a Lucas a irrumpir en el barco de su exsocio, lo que convierte la exótica travesía de Barcelona a Cancún, pasando por Casablanca, Tenerife, Brasil y la selva de Yucatán, en un encarnizado duelo de tramposos sin ninguna regla, pero muchos golpes bajos.

 ( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Twentieth Century Fox )
 ( Fuentes información de la película: Filmaffinity, Twentieth Century Fox, IMDb, Wikipedia )


CRÍTICA:
La presencia de Daniel Monzón al frente de un largometraje es sinónimo de al menos una película entretenida y, con independencia de la calidad de sus guiones, por lo menos te mantiene despierto y mantiene un gran nivel técnico y artístico. Después de 3 trabajos en el género del thriller, en donde se mueve como pez en el agua y un ejemplo es la magnífica " Celda 211 ( 2009 ) ", por la que ganó sus dos únicos premios Goya ( por la dirección y el guion de esta excelente película ), vuelve al género de la comedia negra de enredos y aventuras como en su segundo proyecto titulado " El robo más grande jamás contado ( 2002 ) ". Aquella película es bastante floja e inferior a su filmografía posterior, y con el paso de los años su experiencia le ha permitido sacar adelante un proyecto mucho más ambicioso a nivel económico y que cuenta con el apoyo publicitario y de producción del grupo Mediaset, junto a Ikiru Films.


La propuesta se mueve por diferentes géneros, comenzando por el musical, sobre todo en la primera mitad con varios números musicales magníficos el primero durante los títulos de crédito iniciales, la comedia de enredos y humor negro, y el thriller de aventuras en varias escenas en Marruecos y México. Funciona bastante bien en todos los géneros y tiene muchos giros, varios sorprendentes que me engañaron, y que tiene mucho de cine clásico norteamericano, cuyo argumento central y el en concreto Antonio, el señor mayor y panadero millonario, recuerda a muchos personajes de otras películas. 
La película tiene un escenario móvil, el de un crucero de lujo que recorre diferentes lugares paradisiacos, y en el que viajan unas personas que a priori no tienen conexión, pero que iremos descubriendo según pasan los minutos que tienen un objetivo común, y cada uno emplea sus armas para ser el primero en llegar a la meta y así convertirse en un millonario.


Hay muchas sorpresas y el guion está bastante bien, y también tiene una gran calidad artística y técnica, desde el diseño de vestuario, el maquillaje y peluquería, el montaje, sonido y la música con grandes canciones. En todos estos aspectos hay un gran trabajo que merecerían el premio de algunas candidaturas en los premios Goya 2019, aunque parece pronto para valorar las opciones de la película que teniendo en cuenta la recepción crítica y la fecha de estreno parecen ínfimas.
A nivel interpretativo es donde hay más sombras que luces y donde la película cojea respecto al conjunto del proyecto, aunque cuenta con dos grandes trabajos interpretativos, los del argentino Rodrigo de la Serna y del español Joan Pera. El primero confirma su talento en el papel del pianista Clayderman, demostrado en " Diarios de motocicleta ( 2004 ) " y " Cien años de perdón ( 2017 ) ", con gran ironía y capacidad para estar creíble en las situaciones dramáticas. 
En el caso de Joan Pera, uno de los grandes actores de nuestro país conocido por su labor en el mundo del teatro, y sobre todo por ser la voz de doblaje de Woody Allen desde mediados de los 80. En esta ocasión tiene la labor de interpretar a Antonio, ese anciano millonario desde que le tocó la lotería y que viaja con sus tres hijas y dos cuñados. 


No me convence Luis Tosar, en un registro que no se adapta a sus dotes interpretativas, y que curiosamente realizó la mejor interpretación de su carrera a las órdenes del director balear en " Celda 211 ( 2009 ) ", y en esta ocasión está forzado sobre todo en la primera mitad mejorando algo en las escenas finales, y cuyo peluquín ha dado mucho que hablar en redes sociales. El resto del reparto están correctos, aunque tampoco es una película en donde la capacidad interpretativa es lo más importante.
Una película que mantiene el interés hasta el final y que podía haber durado 10-15 minutos porque hay un momento en la parte central en donde hay un parón que puede desconectar a algunos espectadores. Rodada en tres continentes, Europa, África y América, durante casi dos meses, y a historia se desarrolla en dos semanas en alta mar por el Océano Atlántico.
Puede gustar a los aficionados a las comedias negras de enredos y no tanto al público medio convencional. La recomiendo para pasar un rato agradable en una sala de cine y desconectar de la realidad diaria.


LO MEJOR: Los números musicales y funcionar bastante bien en diferentes géneros.
LO PEOR: El reparto, con la excepción de Rodrigo de la Serna y Joan Pera.



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NOTAS DEL DIRECTOR:
Una película es un viaje. Lo es para quien la hace y debería serlo para el espectador. YUCATÁN, desde luego, lo es. No puede plantearse de forma más evidente. Es una boatmovie donde los personajes no sólo recorren diversas ciudades, océanos y continentes sino también distintos géneros, como la comedia, el musical, el cine de aventuras, el drama… Pero como toda película itinerante, en este caso marítima, también es un viaje emocional. Se trata de un divertimento preparado sin el menor complejo para el disfrute -como el propio pianista del crucero le dice al público al principio- pero que trata de no olvidarse de conmover por el camino, de intentar que sus personajes le importen a uno, porque de lo contrario sería un viaje hacia ninguna parte.
Nunca pensé en subirme a un crucero, como tampoco me imaginé recorriendo cárceles, pero cuando lo hice, descubrí que era un extraordinario espacio abonado para la ficción, un mundo aparte plagado de los personajes más dispares ( y disparatados ) en una comunión imposible, un pequeño universo cerrado en constante movimiento empeñado en convertirse en una burbuja de ficción para hacerle olvidar al pasajero sus preocupaciones y empujarle a ser feliz mientras dure el trayecto. Si cambiamos pasajero por espectador obtenemos una curiosa metáfora de lo que es el cine. Al menos, el de entretenimiento. Y si en este maravilloso mundo de colores vertemos unas pequeñas dosis de veneno, la mezcla puede resultar aún más interesante.




Es por ello que YUCATÁN, como un crucero, es una película coral con un enjambre de bulliciosos personajes. Donde todos se mezclan y confunden, igual que en la cubierta de uno de estos barcos, con sus distintos acentos, contrastadas personalidades y nacionalidades. Con un quinteto de personajes protagonistas y, como toda comedia que se precie, un contundente corpus de secundarios que resultan tan relevantes como los propios protagonistas, esta es, sin duda, una película de actores. En toda película es fundamental la elección del reparto pero en una comedia, más. De la carne, encanto y humanidad que los intérpretes regalen a sus personajes depende el alma de la película. Y en este caso, no puedo estar más orgulloso y satisfecho de la alquimia del conjunto. Los pasajeros de YUCATÁN componen un casting tan sólido como el propio barco: fresco, inesperado, juguetón, heterogéneo y a la vez extrañamente compacto.
YUCATÁN es una comedia de estafadores, que en estos días es casi como decir una comedia documental. Muchos de sus personajes están comidos por la codicia, una de las pulsiones que mueven el mundo. Dicen que el amor es otra. Lucas, Clayderman, Verónica, Antonio, Carmen, Leticia, Brendon, Ernesto, Fede y los demás se enfrentan cada uno a su manera al poderoso influjo de estos dos grandes motores, el corazón y el dinero, o al contrario. Nadie les juzga, son como son. La película embarca al espectador junto a todos ellos en esta fantasía musical por el Atlántico a la espera de que disfrute del viaje, de Barcelona a la selva de Yucatán, con escala en Casablanca, Tenerife y Brasil, y deseando que se lleve a casa el recuerdo de este singular puñado de cruceristas, alguno de los cuales quizá aprenda algo por el camino… o no. Pero lo importante es que, como sugirió el pianista del Titanic sin dejar de tocar, cuando las gélidas aguas del océano ya le mojaban los pies, mientras suene la música, lo mejor es seguir bailando’.
( Fuente del texto: Nota de producción-Twentieth Century Fox )



TRAILER:




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