sábado, 24 de junio de 2023

A HUNDRED FLOWERS (2022)

PERDIENDO LA MEMORIA


PAÍS: Japón (2022)
TÍTULO ORIGINAL: Hyakka
DIRECCIÓN: Genki Kawamura
AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 1979, Yokohama (Japón)
INTÉRPRETES: Mieko Harada, Masaki Suda, Masami Nagasawa, Masatoshi Nagase, Yumi Kawai
GUIONISTAS: Genki Kawamura, Hirase Kentaro
FOTOGRAFÍA: Keisuke Imamura
MÚSICA: Shohei Amimori
GÉNERO: drama
PRODUCCIÓN: AOI Pro, Toho
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Avalon Distribución
DURACIÓN: 107 minutos
PREMIOS: 1 premio en el Festival de San Sebastián de 2022


SINOPSIS:
La mente de Yuriko comienza a deteriorarse rápidamente, ya que padece de demencia. Sin embargo, para su hijo Izumi, los recuerdos de su madre permanecen tan nítidos como cuando vivió la experiencia que los originó. El recuerdo de una vivencia lo persigue y atormenta especialmente: cuando pensó que ella había desaparecido.
 (fuente de la sinopsis y del cartel: Avalon Distribución)
 (fuentes de las imágenes: Avalon Distribución, Zinemaldia, IMDb)


CRÍTICA:
La ópera prima en la dirección del productor Genki Kawamura es una historia dramática dura, abordada en dos etapas temporales en la vida de la protagonista, una pianista que vive en Kobe llamada Yuriko Kasai. 
Durante la primera parte se desarrolla principalmente en la actualidad, desde el momento en el que se empiezan a hacer visibles los síntomas de la enfermedad, para continuar en la segunda mitad con la rápida evolución de la demencia y la relación de Yuriko con su hijo Izumi y su yerna Kaori, y la del pasado cuando vivía con su marido Asaba. 
La propuesta se presentó en la pasada edición del Festival de cine de San Sebastián, formando parte de la sección oficial a concurso, en la que fue una de las mejores películas de las que integraron la sección más importante del Zinemaldia 2022, y donde ganó la Concha de plata a la mejor dirección.


Si hay un tema que me suele interesar en el mundo del cine es el de los dramas sobre personas que sufren una enfermedad terminal o degenerativa, y en esta ocasión el cine japonés aborda la demencia senil, un asunto que no es novedoso en la historia del cine, y que se ha tratado en otras ocasiones mucho mejor que en esta notable cinta nipona. 
Grandes  películas como "Dejad paso al mañana" (1937) de McCarey, dos películas de 1952 como "Vivir" del maestro Kurosawa y "Umberto D." de De Sica, "Fresas salvajes" (1957) de Bergman o más recientemente "Amor" (2012) de Haneke, "El padre" de Zeller o "Vortex" (2021) de Noé, tratan mucho mejor el tema de la soledad de las personas mayores, con independencia de si están enfermos o no, porque al menos a mí me tocaron más la fibra sensible.
"A hundred flowers" sale perdiendo en relación a todos esos títulos citados anteriormente, sobre todo porque no acierta a la hora de contar el pasado de la protagonista, con algunas elipsis demasiado cortas que no aportan nada, y el abuso en incidir en algunos detalles innecesarios.


La película tiene tantas cosas positivas que merece la pena ir a una sala de cine para verla, pese a esos peros citados anteriormente, entre las que destacan las actuaciones de Mieko Harada, que interpreta a la mujer protagonista, y a Masatoshi Nagase a su hijo Izumi, que hacen creíbles cada una de las reacciones de sus personajes, que desprenden sensibilidad y naturalidad en sus gestos y miradas.
Además juega bastante bien con los tiempos de evolución de la enfermedad en las escenas del presente, muestra de manera realista los síntomas que sufre Yuriko, se emplean bastante bien las elipsis temporales en esos recuerdos lejanos que tiene la protagonista de cuando era más joven.
A todo ello sumamos la belleza de algunas imágenes, el uso adecuado de la música, y la dirección por parte de Genki Kawamura, premiado en Donosti, que mueve la cámara con naturalidad en cada una de las situaciones, ya sea en las conversaciones en el interior de la casa familiar o en esos paseos que recuerdan tanto a otras películas de la misma nacionalidad, como las filmadas por Hirokazu Koreeda.


Las flores están presentes en gran parte del relato, teniendo en cuenta que la protagonista ama a las flores (la frase "cómprame muchas flores" en una de las escenas más importantes es la que da título a la cinta), y a los paseos por las calles de esa bella localidad costera japonesa, con esos almendros en flor tan característicos de la primavera en Japón.
Hay otro personaje de gran importancia en la trama, el de Kaori, la pareja de Izumi, que está embarazada. Esta joven en la parte inicial no parece tener mucho cariño por su suegra, pero que con el avance de la trama, y por varios detalles, nos damos cuenta que las cosas en realidad no son como parecen.
El otro tema que está presente en la segunda mitad de la película es el del "perdón", después de conocer algunas situaciones del pasado, con unas heridas que todavía no se han cerrado. El avance rápido de la enfermedad hace que Izumi quiera recuperar ese tiempo perdido con su madre, aunque tenga que compaginarlo con su trabajo y con no dejar de lado a su mujer que está embarazada.
Con un buen final, bastante emotivo, con un par de situaciones bastante bien introducidas, y una gran escena con el montaje paralelo de lo que están haciendo la protagonista y su hijo, y que explican cosas desconocidas por el espectador y por Izumi.
Una película que puede gustar a los aficionados a ese cine japonés de ritmo pausado, que aborda historias familiares dramáticas, y que es fácil de recomendar a los habituales del cine en versión original.


LO MEJOR: Las interpretaciones de Mieko Harada y Masatoshi Nagase. La dirección.
LO PEOR:
Algunas escenas del pasado no aportan nada.

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Ricardo Pablo López en Destino Arrakis


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