sábado, 3 de noviembre de 2018

EL ÁNGEL ( 2018 )


ROBAR A TODA COSTA


PAÍSES: Argentina-España ( 2018 )
DIRECCIÓN: Luis Ortega
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 12 de Julio de 1980, Buenos Aires ( Argentina )
INTÉRPRETES: Lorenzo Ferro, Chino Darín, Mercedes Morán, Daniel Fanego, Luis Gnecco, Peter Lanzani, Cecilia Roth, William Prociuk, Malena Villa
GUIONISTAS: Luis Ortega, Rodolfo Palacios, Sergio Olguín

BASADA EN: La vida de Carlos Robledo Puch
FOTOGRAFÍA: Julián Apezteguia
GÉNERO: Thriller
PRODUCCIÓN: K&S Films, Underground Contenidos, El Deseo, Telefé
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Bteam Pictures
DURACIÓN: 117 minutos



SINOPSIS:
Buenos Aires, 1971. Carlitos ( Lorenzo Ferro ) es un joven de rostro angelical, rizos dorados y cara de niño. Cuando llega a la adolescencia descubre su verdadera vocación: ser un ladrón. En la escuela conoce a Ramón ( Chino Darín ), hijo de una familia de delincuentes y preparan juntos su próximo golpe. Ahí dará comienzo una vida llena de pasión, robos, mentiras y asesinatos que convertirán a “ El Ángel ” en el mayor asesino de la historia de Argentina.
 ( Fuente Sinopsis, cartel e imágenes: Bteam Pictures )
 ( Fuentes información de la película: Filmaffinity, Bteam Pictures, IMDb )


CRÍTICA:
La productora El Deseo, de los hermanos Almodóvar, vuelve a repetir la fórmula exitosa de " Relatos salvajes ( 2014 ) " y " El clan ( 2015 ) ", uniéndose a otras productoras argentinas, y con el apoyo en los 3 casos de la cadena de Televisión Telefé. La película está siendo un éxito de taquilla en Argentina y en su primer mes recaudó mucho más dinero del gastado en el presupuesto. La fórmula funciona en su país, y es probable que suceda lo mismo en España, al igual que con las dos películas anteriores, ya que a nivel cinematográfico comparten muchas cosas. La película tiene un ritmo ágil, hay mucha ironía y humor negro en casi todos los personajes, hay muchos giros que impactarán al espectador, y pese a su larga duración no se hace pesada, cerrando la historia de manera correcta y permitiendo al público disfrutar de dos horas de cine de entretenimiento de calidad. Además ha sido la seleccionada por Argentina para representar a su país en la carrera hacia el premio Óscar 2019 en la categoría de película de habla no inglesa. Su presentación tuvo lugar en el pasado festival de cine de Cannes en donde formaba parte de la sección Un Certain Regard, y en nuestro país se pudo ver en el festival de cine de San Sebastián, ya que fue una de las 15 películas que formaron parte de la prestigiosa sección Perlas del Zinemaldia 2018, en donde tuve la suerte de verla.


La historia se desarrolla durante un año en la vida de una de los mayores delincuentes de Argentina, Carlos Robledo Puch apodado Carlitos Brown como el personaje de los libros infantiles de Charles M. Schulz, y está basada en la historia real de esa persona, que al inicio de la película parece un adolescente bueno que vive con sus padres Héctor y Aurora, y que inicia un camino hacia el abismo el día que conoce a Ramón, otro estudiante del mismo instituto, y ambos unen las fuerzas, junto a José, el padre de este último. La película tiene una gran recreación de la época y cuenta con la dirección ágil y certera del joven Luis Ortega, que en su séptimo largometraje logra mantener la atención del espectador, con varias escenas muy bien rodadas, algunas que se desarrollan a un ritmo elevado y otras con movimientos lentos durante la planificación o puesta en escena de algunos de esos atracos.


A nivel interpretativo destaca la actuación del debutante  Lorenzo Ferro que lo hace muy bien en el papel del protagonista, y que está creíble e intenso en las escenas de acción, en las más dramáticas y que tiene una gran ironía y un espíritu de liderazgo que recuerda a los intérpretes clásicos del cine noir más clásico. En general todos están bien, y además de el joven protagonista destaca el papel de Daniel Fanego, que vuelve a ser un secundario de lujo, en esta ocasión como el padre de Ramón. Este último tiene a Chino Darín como su intérprete, el compañero de aventuras y actos ilícitos de Carlos. Mercedes Morán y Cecilia Roth están correctas en sus breves apariciones como las madres de Ramón y Carlos, y en esa película se desaprovecha su calidad interpretativa. 
No me convencen tanto Luis Gneco, que interpreta a Héctor, el padre del protagonista, y Peter Lanzani, como Miguel el amigo de los dos criminales y ladrones.


La fotografía es bastante convencional, hay un buen guion aunque hay un asunto personal del protagonista que no me convence como está contado. El otro defecto del proyecto es que la banda sonora en muchos momentos es excesiva, y las canciones ( la mayoría conocidas y que se adaptan a mi estilo y gustos musicales ) suenan de manera constante, y más todavía en los momentos de cambio de una escena a otra o cuando quiere mostrar algo importante a ritmo elevado y sin diálogos, y por lo tanto en general no están bien insertadas rompiendo el ritmo de la historia. Me gusta el final, aunque me parece un poco precipitado.
Recomendable al gran público y a los que disfrutan con películas de entretenimiento con un buen ritmo, escenas de acción y grandes interpretaciones. 


LO MEJOR: La agilidad del relato y el sentido del humor de los personajes. El reparto.
LO PEOR: La música en algunos momentos es excesiva, y algunas canciones no encajan en la trama.

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Luis Arrechea en Habladecine

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Pedro de Frutos en Coveralia

Alberto Tovar en Demasiado Cine

Javier Gutiérrez en Cine de Patio


PODCASTS:





DÍAS DE CINE:
NOTAS DEL DIRECTOR:
Cuando estás creciendo todo es una imposición. Por eso el delito se naturaliza como una extensión del deseo de libertad. Una especie de derecho natural. A veces no tiene que ver con hacer el mal, sino con sentirse vivo. Y la manera más rápida de hacerlo es ponerse en la línea de fuego. Puede ser que un chico actúe motivado por algo que sólo para él es evidente: como la certeza de que Dios lo está observando de cerca, o de que el mundo es algo apócrifo y que lo correcto es violentarlo.   Carlitos actúa como una estrella de cine. Como si creyera que lo están filmando. Quiere impresionar a Dios, llamar su atención. Percibe que todo es una puesta en escena, que ni siquiera la muerte es real. Camina como él imagina que camina una leyenda, roba como un bailarín y desprecia la naturaleza por una sospecha prematura de que todo destino es una emboscada. Para hacer esta película me inspiré muy libremente en la historia de Carlos Eduardo Robledo Puch, llamado ángel negro, ladrón que entre 1971 y 1972 mató a once personas por la espalda o mientras dormían. Como si la muerte fuera una abstracción para él. Desde muy chico sentí una atracción por la delincuencia. Muchos personajes de películas foguearon esta fascinación y en gran parte me impactaban desde lo estético, pero de raíz correspondía a una demanda física de adrenalina. Eso me identificaba con ellos. Al encarar la historia de un niño asesino devenido en ladrón decidí seguir la tradición del cine donde el acto de delinquir es una declaración de principios, una extensión de la infancia, una celebración, y no una experiencia necesariamente violenta o realista. De entrada, quise presentar el robo como un acto bello, como una ofrenda al espectador.


Es muy atractivo seguir a un personaje que se siente un espía de Dios, es fascinante verlo actuar, porque lo hace para un orden superior. Tiene la vara muy alta con respecto a quién hay que impresionar. O sea, está esperando a Godot a los tiros. Está actuando a fondo por las dudas. Porque piensa que al final todo puede ser una película. Cometer un crimen puede revelarte rápidamente quién sos. En un mundo donde casi nadie sabe quién es, el crimen da una identidad. Por eso es tan tentador para las almas perdidas. Carlitos siente que la naturaleza es una maquinaria sin piedad, por lo que toma distancia de ella. La ve como un artificio amenazante. Decide no reaccionar como se espera que reaccione un ser humano: desconfía de la legitimidad de aquello que puede producir una emoción (como la muerte de una persona). Rechaza deliberadamente la emoción automática, como si lo previsible fuera algo de lo que uno se puede deshacer. Eso lo hace tener un comportamiento de psicópata sin ser un psicópata.
( Fuente del texto: Notas de prensa-Bteam Pictures )


TRAILER:





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