miércoles, 21 de enero de 2015

AUTÓMATA ( 2014 )


UNA HISTORIA DE CIENCIA FICCIÓN CON ANTONIO BANDERAS COMO GRAN PROTAGONISTA


PAÍS: España ( 2014 )
DIRECCIÓN: Gabe Ibáñez
INTÉRPRETES: Antonio Banderas, Birgitte Hjort Sørensen, Melanie Griffith, Dylan McDermott, Robert Forster, Tim McInnerny, Andy Nyman, Dadid Ryall, Andrew Tiernan
GÉNERO: Ciencia Ficción
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: A Contracorriente Films
SINOPSIS:
La Tierra. Un futuro próximo. Jacq Vaucan ( Antonio Banderas ), agente de seguros de la corporación cibernética ROC, está a punto de ser padre. Ante el incierto futuro al que se enfrenta la Humanidad, la responsabilidad de traer una nueva vida al mundo le ahoga. 
En medio de este conflicto existencial, Vaucan investiga una serie de extraños casos que involucran a Autómatas que han trasgredido sus protocolos de seguridad. Lo que en principio parece un expediente rutinario, arrastrará a Vaucan a ser testigo de acontecimientos determinantes para el futuro de la Humanidad. 
" Autómata " es un thriller futurista que supone el debut de Antonio Banderas en el género. Una película de ciencia ficción a camino entre el policíaco y el western y que tiene como trasfondo argumental la Singularidad Tecnológica, teoría que especula sobre el momento en el que la Inteligencia Artificial pueda alcanzar y superar a la inteligencia humana.
 ( Fuente: Filmaffinity )

CRÍTICA:
El director español Gabe Ibáñez presentó su segundo largometraje en el festival de San Sebastián 2014 ( formando parte de la sección oficial ), en donde recibió unas críticas bastante negativas. A nivel personal tampoco me convence la propuesta que pude ver en Donosti. La historia ya la hemos visto muchas veces, incluso las reglas que tienen que tener los Robots para mantenerse en el planeta tierra devastado de 2046. Bastante aburrida, y solamante consigue un mayor interés en su parte final, con algunas escenas de acción y persecuciones en el desierto.


Los efectos visuales tampoco son destacables, aunque el presupuesto sea inferior al de la mayoría de producciones de Hollywood. A nivel interpretativo el más destacado es Robert Forster, que interpreta a uno de los jefes del protagonista. Antonio Banderas lleva el peso de la película, y su actuación es bastante plana. El actor español no imprime carácter a su personaje, que va en consonancia con el ritmo anodino de la propuesta. Ni siquiera en las escenas de acción tiene algo de mala leche. Tampoco está a la altura Dylan McDermott, un malo bastante rutinario.


Melanie Griffith tiene una breve aparición, como Dupré que recibe la visita de su marido en la vida real Jacq Vaucan ( Antonio Banderas ). Javier Bardem da voz a uno de los Robots.
El guión es predecible y con un final convencional, que viene precedido de una escena con bastante tensión pero no bien terminada. La banda sonora es la que necesita la película. La composición musical de Zacarías M. de la Riva es lo más destacado.


Tiene alguna escena interesante, con los Robots como protagonistas, pero son aisladas en relación con la trama general. Nominada a 5 premios Goya 2015.
Es probable que no guste a los aficionados a la ciencia ficción, y quizás guste más a los que disfrutan con una ciencia ficción sin excesivas escenas de acción.  

SPOILERS:
Mis dos escenas favoritas son:
- Jacq se encuentra en una especia de sala forense, en donde están analizando el cadáver de uno de los Robots.
- El baile de Cleo ( Robot ) y el protagonista, mientras escuchamos la canción " Pra Esse Amor ".


En la parte final aparece un Robot, que recuerda a una araña, y que tiene pinchos que amenaza con clavar a los humanos. Cuando Jacq se encuentra acorralado en lo alto de una azotea y está a punto de ser atacado por el Robot se escucha un llanto, proveniente del hijo del protagonista. Viendo la llegada del recién nacido, al que no conoce su padre, el Robot se encoje y deja de atacar. Un final feliz y edulcorado, al que preceden unos minutos previos de bastante tensión.



LO MEJOR: La banda sonora. Las escenas de acción de la parte final.
LO PEOR: Historia predecible y aburrida. El reparto.

CRÍTICAS EN BLOGS Y MEDIOS ESPECIALIZADOS:

Desirée de Fez en Fotogramas  3 / 5

Mariló García en Cinemanía  3 / 5 

José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario  4 / 10

Joan Boter en Faces on the Box

Alfonso Asín en Habla de Cine  4,5 / 10

Attua Alegre en Esencia Cine  5 / 10

Quim Casas en Sensacine  3 / 5

Lucía Pérez en Intracine  5,5 / 10

Ignacio Pablo Rico en Guía del Ocio  2 / 5

Gonzalo Hernández en El Antepenúltimo Mohicano  2 / 5

Arantxa Acosta en Cine Divergente

DeCine21  4 / 10

Ricardo Fernández en El Café de Rick

Carlos Boyero en El País

Javier Ocaña en El País

Luis Martínez en El Mundo 

Oti Rodríguez Marchante en Abc  2 / 5

Jonathan Holland en The Hollywood Reporter  1,5 / 5

Jay Weissberg en Variety  1,5 / 5

Clayton Dillard en Slant Magazine  2 / 5

Stephen Holden en New York Times  2 / 5

Keith Uhlich en Time Out  3 / 5

Elizabeth Weitzman en New York Daily News  2 / 5 

Michael Rechtshaffen en Los Angeles Times 2 / 5

Oktay Ege Kozak en The Playlist  2,5 / 5

Chris Packham en Village Voice  2 / 5

Mike D´Angelo en The Dissolve  2 / 5

NOTA DEL DIRECTOR:
En el año 2009, en una web sobre tecnología, una noticia narraba cómo un grupo de ingenieros había logrado crear una impresora 3d capaz de producir la mayor parte de las piezas necesarias para construir una nueva impresora 3d. Era una máquina prácticamente capaz de clonarse. De alguna manera, capaz de reproducirse. Esta inquietante noticia, cruzada con mis lecturas adolescentes de Asimov y arropada por las teorías de la singularidad tecnológica, configuró el germen de lo que sería el guion de Autómata.
Con estos ingredientes, y junto con Igor Legarreta y Javier Donate, comenzamos a escribir un guion de ciencia ficción realista con influencias claras del western y el thriller. Un guion, en cierta medida ajeno a las modas actuales del género, y por tanto un guion con un futuro complicado dentro de la industria. Era un planteamiento inusual y necesitábamos que algo inusual sucediera. Y sucedió. Elena Anaya, (amiga y protagonista de mi primera película, Hierro) le hizo llegar a Antonio Banderas (con quien estaba rodando en aquellos días La piel que habito) el guion de Autómata y un dossier que exponía las claves visuales de la película.

Pocas semanas después recibí una llamada que venía a decir: “Hola, soy Antonio Banderas. Me gusta mucho vuestro guion y me encantaría hacer esta película. ¿Qué quieres, que la produzca o que la interprete?” Tras unos segundos de desconcierto pude contestar: “¿Se pueden pedir las dos cosas…? Vamos a intentarlo”, dijo él.

En ese instante comenzó un periplo sorprendente en búsqueda de la financiación para una película que, a ojos de una parte de la industria, planteaba una propuesta en la que no terminaba de encajar el protagonista, con el género, con la nacionalidad, con el presupuesto, con el director, con el tono…No encajaban muchas cosas. Un itinerario de más de dos años que nos llevó, desde a quedarnos atrapados en Túnez y ser testigos directos de los primeros instantes de la primavera árabe, a ser recibidos meses después en palacio por la princesa de Qatar, interesada en producir cine dentro de su país, aunque como supimos luego, no de ciencia ficción. 
Tras muchas reuniones, viajes, localizaciones, festivales y dossiers, en los que Antonio movió cada uno de sus contactos, el proyecto llegó a un punto muerto donde pareció agotarse definitivamente. Yo ya estaba trabajando en un nuevo guion de ciencia ficción cuando recibí otra llamada que vino a decir: “Gabe, soy Antonio. Ayer estuve en el cumpleaños de un productor en Los Ángeles. En la cola del baño coincidí con el ejecutivo de un estudio. Haciendo tiempo me preguntó por eso de los robots. Yo le conté un poco. Y él me dijo que les interesaba.

Y así, en una demostración paradigmática de la falta de control de los directores sobre nuestros planes, unos meses después de aquella conversación en la cola de un baño, estábamos en Bulgaria rodando Autómata con Antonio Banderas como productor, protagonista y adalid de una película europea de ciencia ficción realista.

Esta definición, que en el panorama actual puede parecer contradictoria, fue, en otras épocas del género, una afirmación casi redundante. La ciencia ficción a la que aludimos en Autómata es aquella que, planteando un mundo ajeno al de nuestros días, resulta aceptable como especulación racional. Resulta verosímil. Es realista.

Una aclaración ésta que tiene cierta vigencia en el panorama actual, donde la ciencia ficción ha sido suplantada en muchas ocasiones por un “cine familiar de aventuras ubicado en el futuro”. Esa forma de entender el género, acompañada de las posibilidades técnicas de unos efectos digitales con los que parecería que “todo se puede hacer”, ha diluido los límites entre el fantástico y la ciencia ficción, alejando en los últimos años de las salas aquellas propuestas que muchos de los fans de mi generación y de generaciones anteriores siempre hemos admirado. 
Películas que con presupuestos modestos abordaban el cine de ciencia ficción desde una perspectiva adulta, combinando el futurismo especulativo con los procedimientos narrativos de géneros realistas como el thriller, el western o el terror psicológico, y que nunca abandonaron ciertos niveles de verisimilitud y sobriedad en su pacto con el espectador. Películas como La amenaza de Andrómeda, Atmosfera Cero, El planeta de los simios o Cuando el destino nos alcance, que siguiendo la estela de un tipo de literatura de ciencia ficción adulta, marcaron una época del género cinematográfico.

Esto no quiere decir que Autómata sea una película de otra época. Autómata toma de aquel cine la sobriedad en la forma y el respeto por lo verosímil, llevando estos ingredientes a dos de los paradigmas tecnológicos y filosóficos de nuestro propio futuro: la singularidad tecnológica y la amenaza del colapso medioambiental.

Las teorías sobre la singularidad tecnológica giran alrededor del momento teórico en el que la inteligencia artificial pueda alcanzar a la inteligencia humana y los posibles cambios que se producirán en nuestra sociedad a partir de ese acontecimiento. Prácticamente un salto evolutivo que para algunos ocurrirá en unos cuarenta años y que para otros nunca sucederá. Un escenario que, en cualquier caso, por su trascendencia filosófica y sus implicaciones para el ser humano, será en mi opinión uno de los paradigmas argumentales del cine y la literatura de los próximos años.
En Autómata, el salto evolutivo de la inteligencia artificial sucede en un contexto de dificultades para la especie humana, en una situación en la que el hombre lucha por su supervivencia, rodeado de una naturaleza que le ha dado la espalda y que, en un proceso inevitable y ancestral, parece abrir camino a la supremacía de una nueva especie. Y lo hace además desde un enfoque novedoso, puesto que dicho salto evolutivo no es narrado desde la perspectiva de la especie que emerge, sino desde la perspectiva de quien queda atrás. De alguna manera, Autómata es la historia del mono que se queda en el árbol, la historia de la especie que llega a su fin. Y de cómo esa especie, la nuestra, no tiene otra opción que, al igual que ya hizo en el comienzo de su periplo evolutivo, seguir luchando por la supervivencia.
Autómata aborda estos temas desde los códigos narrativos del cine clásico, con iconografía y formas narrativas del western, del policíaco, del cine de aventuras; y lo hace uniendo los planteamientos de un cine hecho por autores europeos, a las necesidades comerciales de una producción de Hollywood.

Autómata no es una película de robots. Es una película narrada desde la perspectiva del ser humano. No puede ser de otra manera, ya que el hombre y sus incertidumbres son, en el fondo, los únicos grandes temas de la Ciencia Ficción.
 ( Fuente del texto: Festival de San Sebastián )

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