viernes, 25 de junio de 2021

LA VIDA DE LOS DEMÁS (2020)


VERDUGO PARA SIEMPRE


PAÍSES: Alemania-Irán-República Checa (2020)
TÍTULO ORIGINAL: Sheytan vojud nadarad
DIRECCIÓN: Mohammad Rasoulof
AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 1972, Shiraz (Irán)
INTÉRPRETES: Ehsan Mirhosseini, Shaghayegh Shoorian, Kaveh Ahangar, Alireza Zareparast, Salar Khamseh, Darya Moghbeli, Mahtab Servati, Mohammad Valizadegan, Mohammad Seddighimehr, Jila Shahi, Baran Rasoulof, Zhila Shahi
GUIONISTA: Mohammad Rasoulof
FOTOGRAFÍA: Ashkan Ashkani
MÚSICA: Amir Molookpour
GÉNERO: drama
PRODUCCIÓN: Cosmopol-Film, Europe Media Nest, Filminiran
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: BTeam Pictures
DURACIÓN: 150 minutos
PREMIOS: 15 premios, incluyendo tres en Berlín y uno en la Seminci de Valladolid


SINOPSIS:
Ganadora del Oso de Oro en la pasada Berlinale. El conocido director iraní Mohammad Rasoulof, pendiente de sentencia por mostrar la represión del Gobierno en su cine, nos presenta cuatro historias de la vida cotidiana en Irán donde la pena de muerte no solo afecta a los condenados sino a la vida de los demás. Un poderoso viaje definido por las paradojas del pueblo iraní.
 (fuente de la sinopsis, del cartel y de las imágenes: BTeam Pictures)
 (fuentes de las información de la película: Filmaffinity, BTeam Pictures, IMDb)


CRÍTICA:
El director, escritor y productor independiente iraní Mohammad Rasoulof es un claro defensor de los derechos humanos en su país. Desde hace más de diez años tiene pendiente una sentencia contra su persona por mostrar la represión del Gobierno de su país. Entre sus anteriores trabajos cabe destacar "La Isla de Hierro", " Manuscripts Don't Burn" y " Un Hombre íntegro". Con su nueva película el director obliga al espectador a reflexionar sobre la libertad y la obediencia en regímenes autoritarios, así como a la gestión individual de los actos que impone una autoridad superior. La película obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín 2020 y aquí en nuestro país se pudo ver por primera vez en la Sección Oficial del Festival de Cine de Valladolid ( Seminci) donde obtuvo una Mención Especial del Jurado.


La película se centra en cuatro capítulos, todos ellos sobre la pena de muerte, pero que, aunque sean historias independientes, vamos viendo cómo se entrelazan entre sí. Cada capítulo está dedicado a un hombre que debe gestionar de forma individual su condición de verdugo. Hestmat, Pouya, Javad y Bahram son tan diferentes como sus circunstancias personales. En apariencia son personas completamente normales, un vecino que te saluda a diario, un hombre que sería incapaz de hacer daño a nadie, una persona que prepara su petición de matrimonio y un médico que no ejerce. Pero ninguno de ellos parece estar en disposición de decir que no al régimen de su país.


La cinta tiene mucho de autobiográfico, porque muchas cosas de las que vamos viendo las ha sufrido en sus propias carnes el propio director. En su conjunto me ha parecido estupenda, es una película que se basa en la cruda realidad. Las historias han sido grabadas en distintos territorios para poder engañar a las autoridades. Nos muestra en todo momento cómo la ternura se ve obligada a coexistir con la creciente sensación de aprisionamiento, aunque nadie puede escapar de tomar sus propias decisiones ni tampoco de enfrentar las consecuencias, incluso décadas después, en medio de la nada.
La puesta en escena y su estilo narrativo (no gustará a todo el mundo) son de lo mejor que he visto en mucho tiempo. Y qué decir de la apabullante fotografía que te mete dentro de los acontecimientos y no te deja salir hasta la escena final. Si me tengo que quedar con algunas de las cuatro historias por encima de las otras, me quedo con la primera de todas.
Puntuación: 9/10


LO MEJOR: Toda en su conjunto.
LO PEOR: Que todavía pasen estas cosas en estos países.
(Crítica escrita por Christopher Laso)

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Christopher Laso en Habladecine

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Ricardo Pablo López en Destino Arrakis


PODCASTS:

 



DÍAS DE CINE:
NOTAS DEL DIRECTOR:
El año pasado, mientras cruzaba una calle de Teherán, vi a uno de mis interrogadores saliendo del banco. De repente, experimenté una sensación indescriptible. Sin su conocimiento, lo seguí por un rato. Después de diez años había envejecido un poco. Quería hacerle una foto con mi móvil, quería correr hacia él, plantarme ante él y, enfadado, gritarle todas mis preguntas. 
Pero cuando lo miré de cerca y observé sus gestos con mis propios ojos, no pude ver un monstruo malvado. ¿Cómo transforman los gobernantes autocráticos a las personas para convertirlas en meros componentes de su maquinaria autocrática? En los estados autoritarios, el único propósito de la ley es la preservación del estado y no facilitar ni regular las relaciones entre las personas que viven en dicho estado. 
E impulsado por experiencias tan personales, quise contar historias que nos cuestionaran: Como ciudadanos responsables ¿tenemos alternativa cuando los déspotas nos hacen cumplir órdenes inhumanas? Como seres humanos ¿hasta qué punto debemos ser considerados responsables de nuestro cumplimiento de esas órdenes? Enfrentado a esta máquina de autocracia, cuando se trata de emociones humanas ¿dónde nos deja la dualidad del amor y la responsabilidad moral?
 (fuente del texto: dossier de prensa-BTeam Pictures)


TRÁILER:

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