martes, 14 de febrero de 2023

JOYLAND (2022)


VIVIR


PAÍSES: Pakistán-Estados Unidos (2022)
DIRECCIÓN: Saim Sadiq
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 26 de octubre de 1998, Lahore (Pakistán)
INTÉRPRETES: Ali Junejo, Rasti Farooq, Alina Khan, Sarwat Gilani, Sohail Sameer, Sania Saeed, Salmaan Peerzada
GUIONISTAS: Saim Sadiq, Maggie Briggs
FOTOGRAFÍA: Joe Saade
MÚSICA: Abdullah Siddiqui
GÉNERO: drama
PRODUCCIÓN: Khoosat Films, All in Caps Productions, Blood Moon Creative, Film Manufacturers Inc., Noruz Films, One Two Twenty Entertainment, Vested Interest
DISTRIBUIDORAS EN ESPAÑA: Surtsey Films, Filmin Cinema
DURACIÓN: 126 minutos
PREMIOS: 13 premios, incluyendo dos en el Festival de Cannes y uno en la Seminci de Valladolid de 2022


SINOPSIS:
"Joyland" nos cuenta la historia de Haider, el hijo menor de una clásica familia patriarcal en Lahore (Pakistán), que se une en secreto a una compañía teatral de danza erótica donde los sentimientos por su esposa se ponen en cuestión cuando se enamora de Biba, una joven y ambiciosa estrella trans, provocando una revolución en la familia.
 (fuente de la sinopsis, del cartel y de las imágenes: Surtsey Films)


CRÍTICA:
El realizador paquistaní Saim Sadiq venía pisando fuerte con varios de sus cortometrajes. Por eso su ópera prima era muy esperada, se trata de una película cuyo guion es del propio director y de la guionista Maggie Briggs. 
La cinta analiza los conceptos de feminidad, masculinidad, libertad o familia, y las consecuencias de la visión heteronormativa de las personas trans. 
La película tuvo su presentación oficial en el Festival de cine de Cannes, dentro de la sección Un Certain Regard, en donde obtuvo el Premio del Jurado. 
Aquí, en nuestro país, la pudimos ver antes de su estreno en salas, en la sección Punto de Encuentro del Festival de Cine de Valladolid (Seminci).


La trama nos presenta a la familia Rana, formada por el padre y sus dos hijos, que a la vez están casados y tienen varios hijos. Todo va bien encaminado e incluso están esperando la llegada de un nuevo niño a la familia. Cuando Heider, el hijo menor se enamora de una artista trans llena de ambiciones, empezarán los verdaderos problemas. La historia va transcurriendo enseñándonos cómo esa problemática puede derribar el núcleo familiar.
El director nos va mostrando cómo le va afectando a Heider su nueva vida, y la presión social y familiar con la que tiene que lidiar. Cuando él, al fin, logra trabajo las tareas de la casa se supone que deben recaer en su esposa, aunque eso le suponga abandonar su propio empleo, pese a que el puesto de Heider sea clandestino, como bailarín en una compañía de danza. 
Es allí, durante los ensayos del baile donde Heider se encuentra con su gran historia de amor imposible, y todas esas presiones sociales que tenía se convierten ahora en cuestiones de identidad de género o de opción sexual, hasta el punto de que ni siquiera es posible reconocer donde se encuentra ubicado.


La película es un homenaje a todas esas mujeres, hombres y a personas transgénero que pagan con su vida y tienen que aguantar en su patriarcado particular. Pero el director también consigue con esas imágenes lentas, mostrarnos otros conceptos como la libertad y la tradición en un país musulmán.
Yo salí muy contento después de su visionado, me da la sensación que si no toda, gran parte de la película, es algo autobiográfica. El reparto y el gran guion también ayudan en el resultado final. Muy recomendable
Puntuación: 8/10


LO MEJOR: La fuerza de las imágenes y el mensaje que quiere lanzar.
LO PEOR: Que en las salas comerciales vaya a pasar completamente desapercibida.
 (crítica escrita por Christopher Laso)

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Ricardo Pablo López en Destino Arrakis



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TRÁILER:


3 comentarios:

  1. ELLAS HABLAN
    Ocurrió con una corriente religiosa protestante de los anabaptistas que plantearon diálogos socráticos sobre el perdón, la venganza, la maldad… Los hechos ocurrieron, la autora los noveló y la directora de la película puso su sello personal o el de la producción en la película final. Se ha escrito que los diálogos de la novela resultan ágiles, vivos, agudos y con ciertos tintes de humor. Lo mismo se puede decir de los diálogos de la película en su estremecedora exposición. Los hechos recordados ocurrieron entre los años 2005 y 2009. Las protagonistas fueron unas mujeres a las que se les había negado toda formación en lectura y escritura. Su ultimátum hacia sus hombres les lleva a debatir sobre tres opciones. Una, seguir igual; dos, quedarse y luchar; tres, abandonar el pueblo e irse antes de que los hombres vuelvan del juicio.
    Si en el reciente estreno de “Joyland”, película pakistaní, parecía que su protagonista era víctima del sistema político, social o religioso, en “Ellas hablan”, las mujeres de este pueblo rural, con un punto de exageración en busca de mayor impacto comercial, pero con sus heridas sangrantes, buscan soluciones para que se destierre el sometimiento de género que se viene aceptando por tradición. De alguna forma, violadores y violadas son víctimas del sistema.
    De nuevo la estructura social, la familia, las diferencias de género, la tradición… ocupan el primer plano en una comunidad religiosa un tanto retirada de la civilización. No sé si la autora de la novela Mirian Toews calcó la vida en la colonia menonita religiosa de Molatschna con sus drogas y violaciones. Narra los hechos de un periodo y se publica en 2020. Pero la película llega a destiempo en algunos territorios aunque la reflexión que induce es siempre bien recibida para hablar del cobarde buenismo reinante de boquilla, del presunto arrepentimiento nunca confirmado y las palabras se las lleva el viento, etc. Se ha desperdiciado una excelente ocasión: se ha quedado en intención hueca y huera. Excesiva palabrería con forma pero sin fondo. El sombrajo montado está vacío. No es recomendable por lenta y aburrida: la música coral intenta solemnizar la fallida pretenciosidad de la anécdota.

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  2. JOYLAND
    Cine pakistaní de actualidad que supera el exotismo que sirve o ha servido de gancho para acudir a las salas en que se proyectaba. Varios son los aspectos que han podido servir para mantener en cartelera este ´Joyland´ que, ¡vaya que sí!, presenta su “aquel” entre dramático y tintes jocosos con un final catártico –o quiere serlo- que resulta confuso y escapista.
    No escapa a este ´aquél´ que empatiza con el espectador, la importancia de la familia como núcleo de desarrollo individual, religioso, social y político. Y esta vez no miramos a la vieja doctrina cristiana que se fraguó en Nicea sino la ideología del transportado o iluminado profeta del Islam en el siglo VII.
    Otra esfera que mueve la presunta curiosidad del espectador es la postura, en boga en este tiempo, mantenida sobre la posición ante la opinión sobre el género de los elementos naturales. Ante la posición conservadora o ante la postura más progresista sobre el rol de la mujer en la sociedad, cuando en la calle domina la arcaica tradición.
    Otra presunta expectativa es la actualidad de los temas con desconocimiento del derecho familiar limitado a los consultores de familia, y un último aliciente que puede ser el morbo publicitario sobre el destierro del machismo en esta época cinematográfica en la que parece que solo se asignan premios y participaciones en festivales a películas dirigidas por mujeres, cuando no debía de bastar la voluntad sino los resultados tanto para participar en la competición como para recibir premios. Pero hay inflación de Festivales (todos los pueblos disponen de su festival de cine subvencionado y en cada pueblo hay un presunto artista por homenajear); aunque los contenidos carecen de enjundia.
    También puede picar la curiosidad de los cinéfilos leídos el revuelo de la prohibición del estreno de “Joyland” en su país de origen cuando se dijo que repugnaba la decencia y la moralidad y los valores sociales de la comunidad pakistaní. Sin embargo el filme es inteligente y trabajado; agrada aunque las soluciones políticas no satisfagan a todos los públicos.

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  3. JOYLAND
    Ni la tierra de promisión ni el lugar de la alegría, simplemente un lugar en el mundo: esta vez Pakistán, parte del escenario que es el mundo. Con una historia en la que todos los aspectos Queer que se quieren acentuar, quedan por la censura, prevista, autocensura o incapacidad de elusión, quedan –digo- insuficientes por ya manidos y explotados, y convierte en comedia ligera lo que no deja de ser un drama existencial. Llaman la atención el ritmo premioso, que resulta cansino, y el plano final del baño en el mar con su simbolismo pakistaní. Desarrolla una serie de sucesos diarios en la cotidianidad de una familia en el país surasiático observando la importancia de la aplicación u olvido de uso de las normas de género que pueden hasta colapsar un país. Para el espectador español una prueba de en qué pierden el tiempo los diputados y senadores de nuestras Cortes. No obstante el filme presenta algunos retazos atrevidos pero con más sutileza que claridad y, al cabo, no descubre más horizontes que los ya transidos.
    El desarrollo de la presentación de la familia lleva un tinte de tristeza como los gestos del enamoradizo hijo pequeño de la saga familiar. La película discurre delicada, suave y parece que le pesan los años en su falta de actualización. Sabe a rancia. La tradición parece enmascarar la cobardía y la comodidad de los adultos que, como es el caso del protagonista se esconde entre las faldas femeninas y los bigotes del patriarca aunque se sienta disminuido como hombre.
    La presunta posible simbología de denuncia se queda en una visión acaramelada de rudeza enmascarada. Así Hamer, el hijo joven de esta familia y su sufrida, en el sometimiento forzoso a la sumisión de la cultura social religiosa y política, esposa Muntaz, junto con la Bilba trans, rompedora en su limitación proyectándose como símbolo entre el espectáculo y el entorno social, son señalados por el hijo mayor y su mujer con el cuarto hijo esperado-parece ser que solo la maternidad completa a la mujer-, junto al viejo patriarca, como disidentes del plan ancestral cuando lo que nos muestran es que su mundo no es un parque de atracciones o lugar de divertimento.
    El baño en las aguas del mar no deja de ser un brindis al Sol. El almíbar acomodaticio supera al drama. Las libertades siguen cerradas en un Arca de la Alianza, como en nuestra propia sociedad con los tabúes de una pretendida libertad sexual. El Pakistán puritano falso no deja de ser semejante a nuestra sociedad de libertades de boquilla. Acudir para verla sin grandes expectativas.

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