tag:blogger.com,1999:blog-1080847403792786044.post2138446412082005961..comments2024-02-24T09:58:47.452+01:00Comments on FILM DREAMS: LOS CHICOS DEL PUERTO ( 2013 )Guillermo Navarrohttp://www.blogger.com/profile/09546715622105637349noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-1080847403792786044.post-61231892801214481132013-11-20T16:10:07.571+01:002013-11-20T16:10:07.571+01:00Totalmente de acuerdo en su parecido con el cine d...Totalmente de acuerdo en su parecido con el cine de Bresson y sobre todo de Kiarostami, pero en las películas de estos directores pasan cosas y hay sentimeintos. No he visto " Las olas ", pero en " Los chicos del puerto falta esas cosas que sí hay en las películas de Kiarostami. En " Donde está la casa de mi amigo " el niño hace un recorrido, para encontrar a su compañero al que le tiene que entregar su cuaderno. Todo lo que sucede en esa película tiene emoción, van pasando bastantes cosas y en " Los chicos del puerto " no las he encontrado ( ni empatía por los personajes, ni emoción ). Me da rabia porque me gusta el cine español actual, y este tipo de cine tan realista y que intenta contar nos una historia sencilla. Guillermo Navarrohttps://www.blogger.com/profile/09546715622105637349noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1080847403792786044.post-7519808797116984762013-11-20T15:21:08.663+01:002013-11-20T15:21:08.663+01:00El cine español sigue dando sorpresas, pequeñas, m...El cine español sigue dando sorpresas, pequeñas, medianas, grandes. Esta semana, la sorpresa se titula Los chicos del puerto, tercer largometraje de Alberto Morais. Los que recuerden su anterior película, Las olas, seguramente pensarán mas que en una sorpresa en la confirmación de un director con un universo propio que se construye en torno al silencio y el paisaje. Si Las olas era una road movie de la memoria, Los chicos del puerto se puede definir como una walk movie de la dignidad protagonizada por tres niños que se pierden en una aventura suburbana en una Valencia de ciencia ficción. Kiarostami respira en los personajes empeñados en la búsqueda de algo inaprensible; Bresson asoma en las miradas entre Lola y Miguel; Truffaut se esconde detrás de la pantalla de un cine abandonado. Tres referencias obligadas y que, sin embargo, no son suficientes para describir este film sobre la infancia que forma un díptico imprescindible con Las olas: ancianos, niños. Morais no hace neorrealismo, y mucho menos realismo social. En su cine no hay melodrama, no hay tragedia, no hay casi conflicto. Los adultos que aparecen, pocos y marginales, se comportan como lo que son a ojos de los niños: seres lejanos que no los ven. Lo importante es el itinerario, el recorrido por esa Valencia de extrarradio, fantasmagórica y vacía que Beth Rourich ha retratado de una manera futurista, como si fuera un planeta extraño en el que las líneas curvas de las calles y las líneas rectas de las casas se conjugan para dibujar el paisaje perfecto en el que Miguel, Lola y Guillermo viven su aventura de un día y una noche en busca de un cementerio y una tumba donde hacer una ofrenda al recuerdo.Anonymousnoreply@blogger.com